El triunfo de estar vivo (Obra poética, 1996-2012)
Luis Alberto de Cuenca
Edición de Ricardo Virtanen
Editorial Cátedra, 2024
Número de páginas: 720
EL POETA DEL AMOR: LUIS ALBERTO DE CUENCA
La obra poética de Luis Alberto de Cuenca, eminente filólogo y hombre sabio como pocos, encuentra ahora su mejor muestra en esta antología coordinada por el poeta, profesor y músico Ricardo Virtanen, que ha publicado la editorial Cátedra, en su colección excelsa Letras Hispánicas.
Cuánto placer me ha dado esta colección, desde el estudiante de Filología en la UNED hasta la actualidad, y el dedicado a la obra de Luis Alberto lleva como título: El triunfo de estar vivo, que representa la mejor manera de entender una obra sustentada en el amor a la vida, a la literatura y al cine. Confluyen en Luis Alberto de Cuenca los espacios de un universo donde respiran los comics, la buena música (tantas letras que ha escrito para grandes músicos), el amor por la Filología Clásica y el mundo del cine, todo ello converge en este libro, donde los poemas nos asombran y nos hablan de dioses y de héroes, de personas cotidianas que se enamoran, todo vive en el cosmos de este gran humanista español.
Recoge la obra poética de Luis Alberto desde 1996 a 2012, con libros que son verdaderas joyas. Sin miedo ni esperanza, recoge poemas desde 1996 a 2002, cito uno de Apariciones, cuando dice en “El bosque”:
“El bosque me contó la vieja historia. / Dijo que hubo otro tiempo en que los hombres / se aventuraban entre su espesura / en busca del oráculo divino”.
Esos hombres que perseguían El Dorado, esos seres que creían que la vida era poca cosa y que solo los dioses vendrían a socorrernos del castigo de vivir.
Pero también queda espacio para el amor en el poema “Digo, dices”, donde vemos al poeta que lleva al lenguaje al terreno favorito de Luis Alberto de Cuenca: la historia de amor:
“Mírame, digo, ven a ver qué ocurre / en el país vacío de mis ojos, / en la desalentada pesadumbre / de mi cuerpo, en la noche de mi vida”.
Porque la mujer es paraíso, entrega y la vida que agoniza sin ella, se recompone, como dice: “Y me rescate / de este pozo de angustia y amargura”.
Y en Carteles de cine, respira el universo de las películas que tanto ama el poeta, ese espacio para la ensoñación, esa sala donde tantos seres solitarios sentimos que el cine sustituía a nuestra vida. Porque el cine es más grande que la vida. Cito el poema “Scarface”:
“Estos versos limitan al Norte con el cine / de gangsters, mi subgénero favorito. Los gangsters / son para el siglo XX lo mismo que los héroes / de Homero para el mundo micénico…”.
Unión y combinación de mundos, desde la Antigüedad de su amor por la mitología al universo de las películas, donde las secuencias son la luz que ilumina una noche estrellada, la belleza de un lenguaje que el cine fue fraguando desde el cine mudo al sonoro. Como vemos, amante apasionado de su mundo, Luis Alberto de Cuenca lo plasma en sus poemas.
Y la belleza del haiku, que es, sin duda alguna, el resumen de un universo, la luz que se plasma en los ambientes nocturnos, para que sea fogonazo, desvelo y despertar de la inteligencia. Dice en “Cinco Haikus”:
“Estás tan cerca / que he borrado tus huellas / con mi silencio”.
El estar y el no estar, desaparecer para volver a ser visto, un juego que el lenguaje nos ofrece, nos envuelve, se expresa ante nosotros.
Luis Alberto de Cuenca, para no desvelar todo su mundo poético, nos regala una voz única y llena de lirismo. Esta selección de su obra es un regalo que debemos disfrutar.
