Árbol Axial o la dialéctica del frío
Román López-Cabrera
Sonámbulos Ediciones S.L., 2023
72 páginas
ÁRBOL AXIAL, UN PAISAJE DE LA VIDA
Román López-Cabrera ha conseguido con este libro, Árbol Axial, ser finalista del Premio Adonáis de Poesía en el 2022. Román es un gran creador de comics, pero ha escrito también novelas, muy destacable: Memorias de una guitarra y Miguel Hernández.
Este libro, publicado en la editorial Sonámbulos, es un paisaje vital, donde cabe toda la belleza de la existencia, desde el amor, el paso del tiempo, y temas tan hondos como la muerte, donde todos quedamos convocados en un futuro. Quizá esa esa meditación existencial la que vertebra el libro, como refleja el poema “Ven a buscarme”:
“Cuando venga el negador de primaveras, / cuando la marea de naftalina te persiga; / cuando sea la hora de la hora, y te caduques, / no te pierdas, corazón: ven a buscarme”.
La idea del morir, de abandonar la existencia prevalece, pero siempre queda la belleza de lo vivido, de lo que hemos sido. Uno no muere hasta que deja de ser recordado, por ello, nuestro objetivo es perpetuar el recuerdo de nuestros padres o de otros seres amados, para que sigan vivos en nosotros.
Y otros temas cobran vida en el libro, como en “La dialéctica del frío”, donde Román reflexiona sobre esa falta de compromiso en la poesía actual, lejos ya aquellos poetas de los cincuenta, como Ángel González, que hicieron de la poesía una forma de resistencia. Ahora, todo es híbrido y no alcanza el perfil de crítica, todo se disuelve en mil maneras, para no llegar a ninguna parte:
“¿Quién sufre y de qué forma? / ¿Quién conoce más que nadie / la dialéctica del frío?”.
Y es esa dialéctica que no ha alcanzado la temperatura de la reflexión comprometida la que adolece en los poemas de una generación que ha vivido otra época, y es un motivo, probablemente, para esa ausencia de compromiso. Con la dictadura, hubo un motivo de fondo, con la censura también, pero en una democracia, en la cual también se esconden sombras, nadie ve claro el fondo del vaso.
Y el amor, la incertidumbre del que ama sin una red, envuelto en el ensayo que es la vida, donde caemos de bruces en errores, en deseos frustrados. Por ello, escribe un poema muy dinámico, que crece en nosotros, somos también los que vamos navegando en el vacío, sin ver la hondura submarina. El poema se llama “A ti te ocurre algo”:
“No sé si he plantado / flor de odio en tu cerebro. / No sé si / por creerme gracioso / fui payaso / o si pisé, / patoso y pertinaz inoportuno, / allí donde no hube”.
Y mejor definición del amor, de su fracaso, de no saber cómo hacer del otro nuestro espejo, no se puede decir.
En conclusión, nos hallamos ante un poeta que juega con el lenguaje, un equilibrista de la palabra, que olvida la poesía fácil y sentimental y que arriesga con un juego dialéctico que crece y nos deja asombrados. Decididamente, un gran poeta y un gran libro.












