abril de 2024 - VIII Año

Museo Nazionale del Cinema – Torino (Italia)

Si puede ser escrito o pensado, puede ser filmado.
Stanley Kubrick

museocinematorinoEl Museo Nazionale del Cinema es un espacio mágico, de ensueño, interactivo y trepidante. La Mole Antonelliana, que lo alberga, es grandiosa. Como curiosidad diremos que es el edificio más alto de Italia con sus 167.5 metros.

La Mole tiene una historia curiosa. La comunidad judía, cuando se permitió en Italia la diversidad de cultos, quiso construir una sinagoga, encargando al arquitecto Alessandro Antonelli que la diseñara y construyera. Pronto surgieron los desencuentros y la falta de sintonía, hubo, también, dificultades económicas y el proyecto se abandonó temporalmente. Años después, lo adquirió el Ayuntamiento turinés y tras diversas modificaciones y remodelaciones, en el año 2000 el actual museo se abrió al público, tras una etapa en que estuvo ubicado en el Palazzo Chiablese.

viewed-from-monte-deiLa Mole Antonelliana es el edificio emblemático de Turín por antonomasia, algunos lo han llegado a comparar con la torre Eiffel. Dentro de la variada oferta museística turinesa una visita al Museo Nazionale del Cinema es inexcusable y constituye una experiencia inolvidable y repleta de gratas sorpresas.

¿Por dónde iniciar la visita? Es una decisión nada fácil. Entrando por la vía Montebello, nos tropezamos con la gigantesca «Mole», que consta de cinco pisos repletos de maquinas, objetos, carteles, fotografías, proyectores… distribuidos de tal forma que en modo alguno causa una sensación de agobio.

Os sugerimos, que una vez en el interior, toméis el ascensor de cristal, situado en el centro del edificio, que os llevará a la torre y donde podréis observar una panorámica de Turín, bellísima. Si el día es despejado pueden avistarse los Alpes. La primera grata sorpresa es cuando el ascensor, en su recorrido, nos va dando ocasión para descubrir los distintos pisos del museo. La visión de conjunto es fascinante y los ojos no saben donde posarse ante tantos y tan variados elementos. Todo esto en unos pocos segundos de recorrido.

Cinema 4Una rampa, de madera, que rodea el armazón del edificio, nos permite ir ascendiendo hasta llegar a la quinta planta e irnos deteniendo en las múltiples cámaras, habitáculos y rincones ya que la disposición espacial del museo es vertical. El Museo Nazionale del Cinema no es un lugar para permanecer pasivo, por el contrario, es tremendamente participativo e interactivo. Siempre que se visita hay grupos de escolares descubriendo aspectos que ignoraban, manipulando y aprendiendo quizás su primera lección sobre el cinematógrafo que no olvidarán nunca. Los adultos pronto nos sentimos poseídos por una sensación lúdica y sacamos al niño que llevamos dentro para que disfrute del espectáculo.

Cuando nos detenemos ante una vitrina, ante un cartel o ante un objeto, inmediatamente otros llaman nuestra atención. Las tres o cuatro horas que se pasen en el museo se hacen «muy cortas»…, se tiene la sensación de sólo haber disfrutado de una pequeña parte de lo mucho que ofrece.

Cinema 2Enumeremos algunos espacios en los que poder detenerse, la cámara oscura, el teatro de sombras, la galería de espejos y lentes, el pasillo de los efectos especiales y las múltiples pantallas donde se proyectan películas de todas las épocas, en versión original.

El Museo es uno de los más importantes de Europa sobre cine. Moderno, ágil, abierto a las vanguardias y donde el visitante se siente protagonista para ver, para tocar, para manipular… La colección de objetos que atesora es impresionante, a título de ejemplo, señalar que posee ciento cuarenta mil fotografías, ciento cincuenta mil carteles y siete mil doscientas películas.

El cine, entre otras muchas cosas, es técnica e ilusión. Se ha ido retroalimentando de «inventos», «trucos», «hallazgos» y «artilugios del pasado» incorporándolos y dándoles una nueva dimensión. Así podemos ver la relación entre la linterna mágica y el cine o como sabe, aprovechar en beneficio propio, diversos trucos ópticos.

Cinema 3Logra sorprendernos, gratamente, que todo lo que va mostrándose ante nuestros atónitos ojos, suena a nuevo y no aparecen por ningún sitio los objetos tradicionales que caracterizan un museo. Posee piezas y obras de indudable valor histórico como alguna de las primeras cámaras y los diversos elementos que constituían lo necesario e imprescindible para filmar una película de cine mudo. Esta enumeración estaría incompleta si no existiera algún elemento para el «fetichismo» que tan vinculado está al séptimo arte. Esa función la cumple a la perfección la «bufanda» que perteneció a Federico Fellini.

Las dos características, que mejor definen la concepción espacial y la disposición de las múltiples y variadas piezas que contiene, son la luminosidad que desprende el conjunto y la vitalidad que parece irradiar.

Cinema7Ante nosotros parece desfilar toda una historia viva y dinámica del «Séptimo Arte», que comprende desde el surrealismo hasta los géneros más populares haciendo hincapié, obviamente, en la historia del cine italiano.

Turín es una ciudad activa, dinámica y emprendedora. No puede extrañarnos que la cuna del cine italiano fuera esta ciudad del Piamonte. El cine nos ha dado mucho; quizás el séptimo arte sea el elemento, artísticamente, más significativo del siglo XX. Hoy, cuando la nostalgia y la melancolía se han adueñado del cine y cada día asistimos al penoso espectáculo del cierre de salas, en diversos países europeos, y cuando cada año se ruedan menos películas es una sorpresa agradable el optimismo, la fe en el futuro y la buena salud que desprende el Museo del Cinema. Transmite una enorme vitalidad y está lejos de toda sensación crepuscular.

Cinema 8Quisiéramos recordar al escenógrafo suizo François Confino, que completó la tarea de Alessandro Antonelli, siendo el responsable en el año 2000 de la reorganización interna del Museo. Suyas son las siguientes palabras que creemos constituyen el mejor homenaje que puede hacérsele a este espacio vanguardista: «Un tuffo in immersione totale nel mondo dell’immagine in movimento e della fiction. In un luogo di eccezionale levatura architettonica abbiamo creato un tempio del cinema, un omaggio complice e ammiccante alla Mole Antonelliana.»

Posteriormente y formando parte del proyecto «Luces de Artistas» se ha dotado al Museo de una escultura de luz de Mario Merz, que lleva el expresivo y sugerente título de «Los números al vuelo». En este Museo, donde tan importante es ver como oír, tocar, comprender o sentir, también, hay espacio para poner en valor la aplicación al cinematógrafo de descubrimientos científicos como los realizados por Mario Celso.

Cinema 5Una prueba más de que el Museo está vivo es que no está concebido como algo «hecho» de una vez para siempre, sino un ente que se va construyendo y ampliando con nuevas salas que incorporan nuevas formas y visiones para completar un conjunto más rico, amplio y sugerente.

No queremos perdernos en detalles, ni que los árboles no nos dejen ver el bosque. El Museo entre las diversas opciones y perspectivas que ofrece al visitante, cuenta con salas de exposiciones, salas de proyecciones, fototeca y fonoteca, así como una biblioteca sobre cine, selecta y sugerente.

Una visita al Museo del Cinema constituye una experiencia que no se debe dejar pasar. Jean Luc Goddard solía afirmar: «La fotografía es verdad. Y el cine es una verdad 24 veces por segundo». Orson Welles, el gran cineasta, nos dice que el cine es también sensibilidad: «Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta».

Quedan mostrados, si bien someramente, los valores y encantos de este singular Museo.

Las experiencias han de ser vividas por uno mismo. No basta lo que otros puedan contar, si bien motiva.

Haga una visita al Museo Nazionale del Cinema de Torino, con toda seguridad no se arrepentirá.

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Archivo Entreletras

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