junio de 2025

«El exilio científico: Una etapa interminable de una España errante» (IV de IV)

Este artículo es continuación de tres anteriores que estudian la relación de México y los científicos y su acogida en la sociedad mexicana.

Estudiamos el papel de algunos destacados mexicanos:

Daniel Cosío Villegas (1898-1976): Después de titularse de abogado, en 1920, ingresó en el servicio diplomático y aprovechó sus estancias en el extranjero para doctorarse en economía agrícola. Fue a Harvard y Cornell; Londres y París. Propuso que México debía acoger a intelectuales para que pudiesen continuar con su trabajo. Encargado de negocios en Portugal, fue comisionado por Cárdenas a Valencia entre enero y julio de 1937. Elaboró listas de posibles invitados sobre la base de informes pedidos al Instituto de Cooperación Intelectual de Paris y a la Junta de Cultura Española creada por la Republica, con el asesoramiento también de Claudio Sánchez Albornoz, en ese momento embajador español en Portugal. Había sido secretario general de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1928, director de la Escuela Nacional de Economía (1933-1934) y posteriormente sería director del Fondo de Cultura Económica (FCE) (1934-1948) y director del Colegio de México (1957-1963).

Salvador Zubirán, médico chihuahuense, es comisionado por Cárdenas para entrevistarse en París con intelectuales españoles y seleccionarlos “para que desarrollen sus actividades de acuerdo con las necesidades de nuestro desenvolvimiento económico y social”.

Narciso Bassols, ministro mexicano, viaja a Francia, donde participa en la selección, desentendiéndose de filiación y banderas políticas y sociales: 60% agricultores, 30% técnicos y obreros cualificados, y 10% intelectuales.

Las dos etapas de la llegada a México:

  1. En 1938 con la creación de La Casa de España en México, a donde se trasladaban por un plazo mínimo de un año susceptible de prorrogarse; desarrollaron en muchos casos tareas tanto en la UNAM como en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Los que fueron invitados a la Casa de España representaron sólo un pequeño porcentaje de los intelectuales españoles que habrían de llegar a México.
  2. En 1939 tras la derrota en abril 1939. La llegada es en junio después de su desplazamiento a Francia, para lo que se amplían las funciones de la Casa de España: buscar fondos, trasladar a las familias e insertarlos en la vida productiva en México.

La emigración de republicanos españoles a México fue un proceso organizado mediante el cual se evacuaron los exiliados concentrados en campos improvisados al sur de Francia. Intervinieron para ello dos organismos de ayuda creados por el gobierno republicano en el exilio:

  • El Servicio de Evacuación a los Republicanos Españoles (SERE). Creado por Juan Negrín a mediados de marzo 1939, cesó su actividad en verano 1940 en Paris. Seleccionó a los integrantes de las tres primeras expediciones a México (Sinaí, Ipanema y Mexique).
  • La Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles (JARE). Creada a finales de julio de 1939 por el exministro socialista Indalecio Prieto.

El Comité Técnico de Ayuda a los Republicanos Españoles (CTARE), en representación de la SERE, es el encargado de recibir, alojar y distribuir a los refugiados.

En el archivo del CTARE se localizaron 325 científicos refugiados, lo que significaba el 6% de todos los refugiados, de ellos el 62% (201) son hombres y mujeres en edades desde los 26 a los 40 y el 34% (112), hombres entre 41 y 80 años, de los cuales un 64% casados, 24% solteros y un 2% viudos. Un total de 308 hombres que supusieron el 95% y de 17 mujeres, que sólo significaban  el 5%.

En los posteriores embarques la presencia de científicos fue menor, quizá porque muchos habían logrado estabilizar su situación en otros países americanos (Argentina, Venezuela, Colombia, Santo Domingo, etc.). También porque a partir de enero de 1941 el presidente Manuel Ávila Camacho, reordenando la situación de la JARE en México, establecía que debía darse preferencia en los embarques a agricultores, pescadores, artesanos y trabajadores cualificados.

Muchas de las grandes figuras del exilio científico español no fueron en embarques organizados por las instituciones republicanas. Sí lo fueron algunas personalidades del panorama científico español como Francisco Barnés, Odón de Buen, Blas Cabrera Felipe, Rosendo Carrasco Formiguera, Joaquín D´Harcout, Faustino Miranda o Santiago Pi y Suñer, pero otros tan importantes, como los Bolívar, Isaac Costero, Pedro Bosch Gimpera, Gonzalo Rodríguez Lafora viajaron por vías independientes como la Casa de España o por las estrechas relaciones personales con investigadores mexicanos. El 12% disfrutó de ayuda de otras instituciones como el Comité Israelita de París, el Comité Británico de cuáqueros, o el Comité Socialista de Suecia.

Las instituciones de la República en el Exilio fomentaron la actividad científico-técnica, así del 86% de los científicos que informó sobre su lugar de trabajo, el 43% trabajó en diversas empresas creadas para los refugiados, como lo fueron los centros educativos: Academia Hispano-mexicana, Instituto Luis Vives, Instituto Ruiz-Alarcón; La Casa de España y los laboratorios IQFASA, FIASA, los Talleres UNAMEXCO; la Editorial Séneca, la Fundación Cervantes y Vulcano y la CTARE. Un 20% colaboraron con la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la Secretaría de Educación Pública, los hospitales de la secretaria de Salubridad, la Escuela Nacional de Agricultura y el 10% lo hicieron en clínicas particulares, en laboratorios y otros lugares.

El nuevo presidente de México, Manuel Ávila Camacho, el 21 de enero de 1941 transformó la JARE en una entidad económica sujeta a las leyes de México, estableciendo un organismo tripartito (JARE y las secretarias de Gobernación y de Relaciones Exteriores). Se crea así la Financiera Hispanoamericana. El 27 de noviembre de 1942 se suprime la JARE, reconvertida en órgano asesor del gobierno mexicano, siendo la Comisión Administradora del Fondo de Auxilio a los Refugiados Españoles (CAFARE), hasta finales de 1945 cuando se estableció un fideicomiso entre el gobierno republicano español y la Nacional Financiera Mexicana. En 1948 finalizaron las ayudas y subsidios.

El balance más positivo de la JARE fue su relación con la revista Ciencia y el Ateneo Ramón y Cajal. En el apoyo económico a estas dos iniciativas científicas la JARE encontró un mecanismo eficaz y riguroso de reafirmar la presencia del exilio científico español en las repúblicas americanas, al tiempo que se dotaba de un instrumento de difusión cultural y propagandista frente al franquismo. El plan inicial de Daniel Cosío era que aquellos intelectuales (José Gaos, Ramón Iglesia, Joaquín Díez-Canedo y Francisco Giner, entre muchos otros) dieran conferencias en las universidades públicas.

Posteriormente, Daniel Cosío convirtió el Fondo de Cultura Económica (FCE) en un foco además de expansión del pensamiento europeo al traducir a Marx, Weber y Heidegger, así como Enrique Krauze y Harold Laski (polo opuesto al nazismo y el fascismo). Todo ello se hacía en la misma Casa de España por el mismo director por la tarde, después de las gestiones realizadas por la mañana para encajar a los exiliados españoles en la vida de México.

El Fondo de Cultura Económica, hasta el año 1945 bajo la dirección de Cosío, publicó 62 libros de Economía, 47 de Política y Derecho, 35 de Sociología, 26 de Historia y 11 de Filosofía, con la colaboración como selectores y traductores de exiliados españoles. Recibieron muchos años después, tanto el Fondo de Cultura Económica (1989), como el Colegio de México (2001), el premio Príncipe de Asturias.

BIBLIOGRAFÍA:

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Abdon, Mateos. “Julio Álvarez del Vayo y México”. En Los diplomáticos mexicanos y la segunda república española (1931-1975). Coord. Carlos Solá Ayape. Fondo de Cultura Económica. 2016.
Cosío Villegas, Daniel. La crisis de México. Cuadernos Americanos. 1947.
De Hoyos Puente, Jorge. “La embajada de Félix Gordón Ordás en México”. En Los diplomáticos mexicanos y la segunda república española (1931-1975). Coord. Carlos Solá Ayape. Fondo de Cultura Económica. 2016.
Fox, Soledad. “Misión imposible: la embajada en Washington de Fernando de los Ríos”. En Al servicio de la República. Diplomáticos y guerra civil. Dir. Ángel Viñas. Ed. Marcial Pons. 2010.
Pérez Vejo, Tomás. España en el imaginario mexicano: el choque del exilio. De Madrid a México: El exilio español y su impacto sobre el pensamiento, la ciencia y el sistema educativo mexicano. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Comunidad de Madrid. 2001.
Prados, Luis. “Las cartas del exilio republicano: Los Schindler mexicanos. La actividad de cuatro diplomáticos fue crucial para salvar la vida a miles de republicanos españoles”. El País México. 22 nov 2012.
Sola Ayape, Carlos (coord.). Los diplomáticos mexicanos y la segunda república española (1931-1975). Fondo de cultura económica. 2016.
Varios. Los Científicos del Exilio Español en México: Un perfil. Magdalena Ordóñez. Encuentros. Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo, 2001.
Vélez Tirado, Marisela. Conferencia en el Ateneo de Madrid: “Los científicos en el exilio”. 18 de marzo 2025.

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