La buena letra, por muchas interpretaciones que se le den por parte de los escritores cinematográficos, lo que significa realmente es que para sobrevivir, y más aún para medrar en tiempos convulsos, hay que arrimarse a los buenos como ya dejó sentado Lázaro de Tormes. Y de ahí el refrán tan provechoso «despacito y buena letra» que nos metían en la mollera de bien niños. Yo no lo he entendido hasta ahora.
Tratándose de un escritor tan sagaz, y tan reposado y ponderado por otra parte como Rafael Chirbes, no me cabe la menor duda de que la ironía del título, que entronca netamente con el punto final, significa lo que significa.
La buena letra recibió la Mención Especial a la Dirección en el 28º Festival de Cine de Málaga y se estrenó en Madrid el 30 de abril.
Basada en la novela homónima de Rafael Chirbes, «rinde homenaje a las mujeres invisibles que sostuvieron a la familia en una de las épocas más duras de la historia española reciente». Así dice la propaganda oficial: ya he dicho arriba lo que es para mí.
Una dirección y un reparto de lujo:
La buena letra es el tercer largometraje de Celia Rico Clavellino y está protagonizado por Loreto Mauleón (Patria, Los renglones torcidos de Dios), Enric Auquer (El maestro que prometió el mar, Casa en llamas), Roger Casamajor (La mesías, Pa negre), Ana Rujas (La mesías, Cardo) junto a las actrices valencianas Teresa Lozano (Que dios nos perdone, Saben Aquell), Gloria March (La mort de Guillem, Crematorio) y Sofía Puerta.
La película está basada en la novela homónima del autor valenciano Rafael Chirbes, fallecido en 2015. Poseedor de una obra prolija, fue autor de la multipremiada En la orilla (2013) o Crematorio (2007), novela que MOD PRODUCCIONES adaptó para la pequeña pantalla con gran éxito, en formato serie.
Argumento
Postguerra en un pueblo valenciano. Pareja superviviente con niña y abuela. Se comen hasta las mondas que Ana guisa con amor, y se da por perdido al hermano del marido quien, por supuesto, era el mejor, el más valiente de todos y el que más merecía volver, hombre. Pero aparece, y detrás de él llega Isabel y ya todo son sorpresas. Allí se ve qué actitudes triunfan: las hacendosas y ahorradoras de los humildes o las de quienes saben medrar arrimándose a los «buenos».
Al sol que más calienta.