julio de 2025

Un culebrón llamado Sara

Sara
Stevie Nicks, 1979

Fleetwood Mac es un grupo con una evolución tan larga, sinuosa e intensa, que es difícil encontrar a alguien que no le guste. Y ocurre lo mismo que con todas las bandas o solistas cuya trayectoria ha atravesado diversas etapas y estilos; no es hoy el objeto hablar aquí de todos ellos, aunque el ejemplo más característico quizá sea el de David Bowie. Muchas personas admiran una parte de su obra y desprecian por completo las restantes.

El origen del grupo puede situarse en 1967, concretamente cuando (gracias a un regalo de John Mayall), Peter Green (guitarra), llamó para una sesión de grabación en los estudios Decca de Londres a sus compañeros Bluesbreakers John McVie (bajo) y Mick Fleetwood (batería y concuñado de George Harrison). De tal forma, sus comienzos se sitúan en un blues blanco bastante purista, llegando a tocar con gente como Otis Spann y Willie Dixon. De esa primera época queda un tema compuesto por Green titulado Black Magic Woman y muy popularizado después por el eterno Carlos Santana; de hecho, no falta quien cree que la composición es de este último. Green abandonaría la banda (no faltaron sugerencias del resto) cuando, después de una gira europea y un excesivo consumo de LSD en Múnich, entró en una marcada esquizofrenia que le llevó incluso a proponer que todo el dinero que ganaran fuera destinado a obras de caridad. Declaró: “Pensé que tenía demasiado dinero para ser feliz y normal. Miles de libras es simplemente demasiado para una persona que trabaja solo para mantenerse y de repente sentí que no lo merecía”.

Hubo un cierto giro hacia un rock más convencional (aunque de gran calidad) cuando se incorporó a la formación Christine Perfect (que se casaría después con McVie, adoptando su apellido). La excepcional música inglesa había sido teclista con Spencer Davis, lo que hizo que éste tuviera que recurrir para sustituirla a alguien que siempre acaba saliendo por aquí, el bueno de Stevie Winwood. El caso es que ese cambio de dirección les favoreció bastante desde el punto de vista comercial, sobre todo en Estados Unidos.

Y precisamente fue en Los Ángeles cuando Danny Kirwan cayó en la cuenta (justo cuando tenían tres conciertos en el famoso Whisky a Go Go) que Jeremy Spencer había desaparecido del hotel donde se hospedaban. Tras buscar por toda la ciudad, apareció con una de las sectas más populares de la época, los Niños de Dios. Siguen años de peleas y separaciones, de luchas legales por ver quién conserva el nombre de la banda y, de nuevo en la ciudad californiana, conocen al guitarrista estadounidense Lindsey Buckingham, a quien proponen apuntarse al proyecto. Y el caso es que puso una condición, que aceptaran a su novia, una magnífica vocalista llamada Stevie Nicks. Con ellos ya se da el asalto a los primeros puestos de las listas con canciones como Rhiannon, Over my head o Say you love me y un álbum como Rumours. Ya se puede apreciar que el estilo se va suavizando, la música es más pegadiza y eso parece espantar a los fans más clásicos. Lo de siempre.

No soy muy de discutir, pero creo que la calidad se mantiene. De Rumours fueron extraídos singles como Go your own way, Dreams, Don’t stop y You make loving fun. Y después vino otro álbum, Tusk, con la canción que hoy traemos aquí, Sara. Para entonces, John y Christine McVie ya se habían divorciado, así como Mick Fleetwood de su esposa Jenny. Mientras Mick mantenía una aventura oculta con Stevie Nicks, conoció a la modelo Sara Recor, lo que provocó un nuevo cambio de parejas. Mick y Sara acabarían casándose en 1988 para después divorciarse mientras Christine mantendría una relación con Dennis Wilson (batería de Beach Boys) y Stevie con Don Henley, otro batería, pero de Eagles. Y mejor no seguir con culebrones porque no paramos.

Hay que decir que, a pesar de todo, Sara Recor y Stevie Nicks mantenían una fuerte relación de amistad. Y quizá eso sería suficiente para decir que la segunda escribió la canción pensando en su amiga si no fuera porque se dan otras circunstancias curiosas. La gran Stephanie tuvo que elegir entre continuar con su carrera o parar. Y eligió la opción de abortar un bebé que esperaba con Don Henley. Algunas veces ha declarado que el nombre de esa niña hubiera sido, cómo no, Sara. “Si me hubiera casado con Don y hubiera tenido esa bebé, y si hubiera sido niña, la habría llamado Sara”. Por su parte Henley declaró: “Creo que, según mi leal saber y entender, se embarazó de mí. Le puso a la niña Sara, abortó y luego escribió la canción homónima al espíritu del bebé abortado. Yo estaba construyendo mi casa en ese momento, y hay un verso en la canción que dice: ‘Y cuando construyas tu casa, llámame’”. Más tarde, en 1986, ingresó en la clínica Betty Ford para superar su adicción a la cocaína y, ¿con qué nombre lo hizo? 100% de aciertos, Sara. Es más, escribió allí una canción titulada Welcome to the room, Sara, que aparecería en disco posterior de Fleetwood Mac, Tango in the night.

Y aquí va la letra:

Wait a minute, baby
Stay with me a while
Said you’d give me light
But you never told me about the fire

Drowning in the sea of love
Where everyone would love to drown
But now it’s gone, it doesn’t matter what for
When you build your house
Then call me home

And he was just like a great dark wing
Within the wings of a storm
I think I had met my match
He was singing

And undoing
(Oh-oh-oh) and undoing
(Oh-oh-oh) ooh, the laces
(Oh-oh-oh) undoing the laces
(Oh-oh-oh)

Said, «Sara, you’re the poet in my heart
Never change, never stop»
But now it’s gone, it doesn’t matter what for
But when you build your house
Oh, then call me home

Hold on, the night is coming
And the starling flew for days
I stay home at night all the time
I’d go anywhere, anywhere, anywhere
Ask me and I’m there, yeah
Ask me and I’m there ‘cause I care

In the sea of love
Where everyone would love to drown
But now it’s gone, they say it doesn’t matter anymore
If you build your house, then please call me home

Sara, you’re the poet in my heart
Never change and don’t you ever stop
Now it’s gone, no, it doesn’t matter anymore
When you build your house, I’ll come by

Oh, Sara
Oh-oh
Oh, Sara
Crazy, there’s a heartbeat
And it never really died (ah)
Never really died (Sara, ah)
Would you swallow all your pride?
Would you swallow all your pride?
All I ever wanted was to know that you are dreaming

En español:

Espera un minuto, cariño…
Quédate un rato conmigo
Dijiste que me darías luz
Pero nunca me hablaste del fuego

Ahogándome en un mar de amor
Donde a todos les encantaría ahogarse
Y ahora ya no está
Ya no importa nunca más
Cuando construyas tu casa
llámame a la mía

Y él era como una gran ala oscura
entre las alas de la tormenta
Creo que he conocido a mi mitad – cantaba
Y deshaciendo los lazos
Deshaciendo los lazos

Sara, eres la poeta en mi corazón
Nunca cambies, nunca te detengas
Y ahora ya no está
No importa para qué
Cuando construyas tu casa
pasaré por allí

La noche se acerca y el estornino voló durante días
Me quedaré en casa toda la noche
Iré a cualquier lugar, cualquier lugar
Pídemelo y estaré ahí porque me importa

Sara, eres la poeta en mi corazón
Nunca cambies, nunca te detengas
Y ahora ya no está
No importa para qué
Cuando construyas tu casa
pasaré por allí

Ahogándome en un mar de amor
Donde a todos les encantaría ahogarse
Y ahora ya no está
Ya no importa nunca más
Cuando construyas tu casa
llámame a la mía

Todo lo que siempre quise
Era saber que estabas soñando

Cabe la interpretación de considerar a Sara el alter ego de Stevie, la poeta de su corazón, y no parece una idea descabellada. El “gran ala oscura” de la letra probablemente se refiera a Fleetwood, quien tenía un Ferrari rojo estridente (así lo describían Stevie y Sara cuando llegaba en coche). También podría tratarse de Lindsey Buckingham y su romance fallido con Nicks.

Y falta lo que no parece sencillo de encontrar. La canción, según Nicks, tenía nueve estrofas más y contaba “una historia interesante” en 16 minutos de duración.

Mientras la buscamos:

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

Salustiano Masó, la fuerza del tiempo
Salustiano Masó, la fuerza del tiempo

Hay varios poetas en España que superan los noventa años, Pablo García Baena, Salustiano Masó y Eugenio de Nora me…

Juana Escabias estrena ‘Qué mujer prodigio soy. Dramaturgas de Oro’
Juana Escabias estrena ‘Qué mujer prodigio soy. Dramaturgas de Oro’

Tras la representación en Alcalá de Henares, la obra podrá verse en Almagro. Días 15 y16 de julio en la…

Poesia a Sul, 2021
Poesia a Sul, 2021

Tanto en España como en Portugal, la pandemia nos ha dado un respiro y, así, con algo más de confianza,…

36