abril de 2024 - VIII Año

En torno a ‘All along the watchtower’ de Bob Dylan

Carátula del single ‘All Along the Watchtower’ de Dylan

All along the watchtower fue grabada en Nashville (Tennessee) el 6 de noviembre de 1967 para el álbum John Wesley Harding y probablemente compuesta durante la estancia-retiro de su autor en Woodstock, lugar donde dos años después se celebraría el mítico festival.

El 29 de julio de 1966, Dylan sufrió un accidente de motocicleta en una carretera cercana a su residencia. No hubo hospitalización ni partes médicos, aunque él mismo mencionó después haber sufrido fracturas de algunas vértebras cervicales. No falta quien opina que Bob utilizó en parte el accidente para escapar de presiones acumuladas a su alrededor; de hecho, en Chronicles Volume I, escribió: “Estuve en un accidente de motocicleta y me lesioné, pero me recuperé. La verdad era que quería salir de esa carretera de ratas”. Todo parece indicar que en esas circunstancias fue escrita la canción.

Su letra original en inglés es la siguiente:

“There must be some way out of here,” said the joker to the thief,
“There’s too much confusion, I can’t get no relief
Businessmen, they drink my wine, plowmen dig my earth
None of them along the line know what any of it is worth.”

“No reason to get excited”, the thief, he kindly spoke,
“There are many here among us who feel that life is but a joke
But you and I, we’ve been through that, and this is not our fate
So let us not talk falsely now, the hour is getting late.”

«All along the watchtower, princes kept the view
While all the women came and went, barefoot servants, too.

Outside in the distance a wildcat did growl
Two riders were approaching, the wind began to howl».

Y su posible traducción al español:

“Debe haber alguna forma de salir de aquí”, dijo el bufón al ladrón,
“Hay mucha confusión y no logro tranquilizarme
Los hombres de negocios se beben mi vino, los labradores escarban mi tierra
Y ninguno de ellos sabe lo que eso vale.”

“No hay razón para ponerse nerviosos”, dijo amablemente el ladrón
“Hay muchos aquí entre nosotros que piensan que la vida no es sino una broma
Pero tú y yo hemos pasado por todo eso y este no es nuestro destino
Así que no nos digamos más mentiras, que se está haciendo tarde.”

«A lo largo de la atalaya, los príncipes vigilaban el paisaje
Mientras todas las mujeres iban y venían, los servidores descalzos también

Allá en la lejanía, un gato montés maulló
Dos jinetes se aproximaban, el viento empezó a aullar».

‘All along the watchtower’ de Neil Young con Booker T & The E.M.G.´s

El bardo de Minnesota nunca ha sido muy amigo de dar explicaciones sobre sus textos y cuando lo ha hecho solo ha sido para introducir algunos detalles que suelen pasar inadvertidos para el lector y casi nunca para aclarar posibles dudas a sus entrevistadores. El tema que hoy nos ocupa es, una vez más en Dylan, bastante críptico. Se establece inicialmente un diálogo entre dos personajes que suelen molestar bastante a los estamentos más elevados de las sociedades desarrolladas.

Por un lado, está el bufón, representante del humor que, de forma más o menos irreverente, suele ser muy crítico con el poder establecido. El papel y el destino de los bufones a lo largo de la historia ha sido variado; si en principio eran acogidos en la corte para entretener a sus moradores, bien es cierto que algunos de ellos llegaron mucho más lejos siendo incluso inmortalizados por pintores como Velázquez. Y es que, aparentando reírse de sí mismos, sacaban a relucir muchos defectos de los cortesanos. Incluso en la ficción lograron quedar en la memoria colectiva. ¿Quién podría olvidar a Yorick, ignorado en su tumba hasta que Hamlet rescata su cráneo? Tradicionalmente, se ha recurrido al humor buscando la más despiadada crítica contra una sociedad imperfecta. Y si bien es cierto que muchos censores han sido incapaces de percibir el mensaje oculto del humorista; han sido también los propios autores los que han sabido transmitir sus ideas de una forma simpática que casi disculpa el vicio criticado mientras cuestionan todo el entramado social. No tenemos más que recordar el famoso episodio de los galeotes en el Quijote (“¿Quién es el rey para forzar a quien Dios y la naturaleza hicieron libres?”) para captar el cuestionamiento cervantino a la máxima autoridad. Más recientemente vemos también cómo en dictaduras férreas el humor es el único resquicio para la crítica y la autoridad busca una y otra vez la forma de silenciarlo o de adulterarlo. Es más que posible que, en la canción que analizamos hoy, el bufón se sienta confuso porque el sistema se apropie de lo que él considera suyo (su vino y su tierra), bien a través de hombres de negocios, bien de propietarios que tratan de hacerse con todo lo que tiene. Les acusa amargamente de ni siquiera conocer el valor de los bienes que él solo trata de disfrutar. Puede interpretarse también como una referencia a la situación personal del autor respecto a la industria discográfica que absorbe la mayor parte de los beneficios.

Le responde el ladrón, el otro personaje incómodo para la mayoría. Sin duda el que fabrica la ley teme al que no la respeta sin preguntarse los motivos que pueda tener para no hacerlo. Incluso en la sociedad contemporánea, vivimos en un mundo que va perdiendo libertades en aras de una supuesta “seguridad ciudadana”, tema de intenso debate desde hace bastante tiempo. El control social es cada vez más sofisticado, las cámaras vigilan cada día más y más, en los medios de comunicación no es bajo el porcentaje de tiempo dedicado a noticias que hablan de delitos comunes llegando incluso a existir un tipo de prensa que, en la práctica, se ocupa únicamente de ello. Solo recordar la existencia de El caso y las dificultades de algunas revistas con la censura, como La codorniz, El papus y en la actualidad incluso El jueves. El ladrón es un personaje de clase social más baja acostumbrado a vivir en un mundo más cercano a la picaresca y a la transgresión más evidente. De hecho, trata de tranquilizar al bufón basándose en su experiencia previa, llegando incluso a apresurarle a algo que está en el aire durante todo el tema. ¿Indiferencia y adaptación a las circunstancias o revolución para cambiar el statu quo?

Las dos pequeñas estrofas finales describen un paisaje cercano a lo apocalíptico. Gente huyendo sin tener muy claro a dónde, el aviso de un gato montés y dos jinetes que se aproximan, probablemente el bufón y el ladrón. Queda en el alero saber si vienen solos anunciando un mensaje de advertencia (jinetes de Babilonia) o si encabezan una revuelta. En cualquier caso, es obvio que han conseguido preocupar realmente al poder establecido.

Parece pues, evidente, que el autor en aquel momento debía abominar de un sistema capitalista tan sangrante a su juicio y que esperaba o deseaba una revolución que cambiase la sociedad. No debemos olvidar que, aunque más adelante Dylan dio un giro a su vida convirtiéndose al cristianismo, era en el momento de escribir la canción un auténtico y representativo portavoz de su generación en cuanto a protesta, contracultura y deseos de renovación.

No falta quien ha querido ver una cierta inversión de la acción, matizando que la canción podría leerse empezando por el final. Particularmente pienso que el Nobel de literatura supo muy bien lo que escribía desde el principio y estableció el orden conocido por algo, planteando una situación incómoda que va a ser resuelta de un modo posiblemente violento.

Otro punto de discusión estriba en el lugar inicial y ahí se han dado todo tipo de interpretaciones, desde la sociedad occidental actual hasta la guerra de Vietnam. Dylan es críptico por lo abierto que resultan los posibles significados de sus temas y no ignora que cada cual se siente incómodo en circunstancias diferentes, por lo que deja una situación inicial sin definir del todo.

‘All along the watchtower’ de Hendrix

También ha llegado a decirse que el tema está basado en el bíblico libro de Isaías, capítulo 21, aunque el poeta nunca ha dado ninguna explicación al respecto. En cualquier caso, es cierto que el aire apocalíptico está presente tanto en el libro como en los versos de Mr. Zimmerman.

El trovador de Duluth ha interpretado en directo este tema más de 2.200 veces, siendo el que más ha sonado en la historia de sus conciertos. Casi seis meses después de su publicación, Jimi Hendrix grabó una versión para su álbum Electric Ladyland, siendo esta quizá la versión más famosa de las grabadas hasta el momento, reconocida además por su autor como la versión definitiva.

Además de la versión original ya citada, el propio autor ha grabado versiones en vivo en cuatro álbumes más: Before the flood, Bob Dylan at Budokan, Dylan & The Dead y MTV Unplugged. A pesar de su relativa brevedad, es muy destacable la grabación en el primero de ellos junto al magnífico grupo The Band, quizá más basada en la idea de Hendrix que en la original, con una genial introducción además de los espectaculares solos de Robbie Robertson. Hay que advertir que, tras el accidente, Dylan estuvo cerca de ocho años sin salir de gira, aunque no dejó de componer y grabar discos, algunos de ellos precisamente con The Band (véanse la versión aumentada de The basement tapes o el posterior Music form big pink.

Otros grandes músicos han hecho sus propias y a veces muy libres interpretaciones del tema: Eric Clapton, Lenny Kravitz, Eddie Vedder And The Million Dollar Bashers, U2, Dave Matthews Band, Mark Knopfler, Taj Mahal & The Hula Blues Band, Patti Smith, The Fratellis, Sky High, Brian Ferry, John Mayer, Neil Young y Willie Nelson, entre otros.

Han sido muchos más los artistas que han versionado en algún momento el tema de Dylan. Prince, por ejemplo, la interpretó en la final de la Superbowl de 2007. Pearl Jam, Mike Rutherford y Paul Carrack, Grateful Dead, Bear McCreary o Keziah Jones, también lo han hecho.

La canción ha sido incluida en la banda sonora de varias películas (probablemente demasiadas, según dijo el propio Dylan) como Rattle & Hum, Forrest Gump, Watchmen, Una historia del Bronx, American beauty, The way of war, Solo ante la ley, 2 guns, Hombres de negro III o The martian. También en series televisivas como The Simpsons, Battlestar Galáctica, The young pope o Lucifer. No podían faltar los videojuegos como Guitar hero V o Mafia III.

Queda para el debate, saber si el verdadero significado de la poesía no reside en lo que se dice, sino en aquello que se sugiere en cada lector y en cada oyente. Desde luego no creo que la solución consista en que el autor explique o justifique todo a posteriori. Al respecto, no sería mala idea leer (o releer) el genial cuento El aleph, del gran Jorge Luis Borges.

Si quieres escuchar la canción pincha aquí

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