Es muy posible que las circunstancias en las que se conoce o se ve o se oye por primera vez a alguien tienen una gran influencia en la opinión posterior que nos hacemos sobre la persona en cuestión. En aquella época no me había acercado aun al género conocido como soul y vi a Tina por primera vez en aquella película (locura maravillosa, una más) de Ken Russell titulada Tommy y basada en la obra magistral de Pete Townshend grabada unos años antes por The Who. Su papel de Acid Queen no solo llenaba la pantalla, sino que incluso parecía sobrepasar sus límites. Con la perspectiva ya actual puede apreciarse que esa interpretación fue, posiblemente, solo una más en su dilatada carrera, pues ella siempre lo dio todo allá donde estuvo sin regatear jamás nada con nadie, pues si algo marcó la vida de Tina, fue su inmenso amor por ella y por todo lo que la rodeó.
Las dificultades no fueron pocas. Nacida Anna Mae Bullock (algunos dicen Martha Nell), supo desde pequeña que su madre ya quería abandonar a su padre cuando estaba embarazada de ella, hecho que ocurrió algo más tarde. Nunca fue vengativa y lo demostró cuando se ocupó de su progenitora ya anciana después de haber sido criada por su tía y su abuela, Tuvo que superar, además, la muerte en accidente de tráfico de su medio hermana, una ruptura matrimonial bastante traumática después de serios maltratos, el suicidio de su hijo mayor, su propio intento de quitarse de en medio y fueron necesarias varias enfermedades concomitantes para poner fin a su agitada vida. Jamás se vio por su parte un gesto de odio hacia nadie y hacia nada. Se definía a sí misma como budista-bautista sin llegar a enloquecer por ninguna religión, simplemente hablaba de lo que conocía de cerca bien en su infancia, bien en su edad adulta por influencia de una amiga. Corrió con la mayor parte de los gastos de divorcio y se abstuvo de comentarios que pudieran ofender a Ike. Con todo, siempre amó la vida y el amor.
También amó la música, más de cincuenta años de carrera lo avalan. Y fue querida y apreciada en su talento por cuantos músicos tuvieron relación profesional con ella. Tuvo tiempo (una gira británica y la posterior americana de los Rolling Stones) para enseñar a bailar al mismísimo Mick Jagger que mejoró mucho incluso en sus movimientos por el escenario. Colaboró con gente de la talla de Ike Turner (a pesar de todo), Michael Jackson, Phil Collins, Stevie Winwood, Eric Clapton, David Bowie, Bryan Adams, Robert Cray, Cher, Antonio Banderas, Beyoncé, Vanessa Mae o Herbie Hancock.
Autora de la mayor parte de sus canciones, sobre todo en su carrera en solitario, elevó al Olimpo del rock versiones de temas ya míticos como Let’s stay together (Al Green), Honky tonk women (The Rolling Stones), Come together (The Beatles), I want to take you higher (Sly and the Family Stone) o el archiemblemático Proud Mary (Creedence Cleawater Revival).
¿Quién puede olvidar su vertiente cinematográfica, tanto en pequeños papeles como en impresionantes bandas sonoras, en películas (aparte de la mencionada Tommy) como Mad Max beyond Thunderdome, Goldeneye y el biopic What’s love got to do with it (doblando a Angela Bassett)?
Llena de premios Grammy e incluida en el Salón de la Fama del Rock en 2021, también incendió los escenarios con temas propios como precisamente What’s love got to do with it, We don’t need another hero, One of the living, Typical male, The best, Steamy windows o I don’t wanna lose you.
Y, cómo no, amó también al público. Vivió del, con y para el público. Su carrera estuvo llena de larguísimas giras. Seguramente a su pesar, tuvo que convertirse en un sex-symbol para varias generaciones. Sus bien torneadas piernas, sus movimientos en escena y sus atuendos un tanto llamativos sin duda contribuyeron a ello. Hace ya 15 años, después de haberse retirado de la música, no pudo evitar su regreso al aparecer en el programa de Oprah Winfrey anunciando la que resultó ser su última gira realizada entre 2008 y 2009. Como tantas estrellas, demostró que no podía vivir alejada de los escenarios en una auténtica comunión con miles de espectadores que vibraban y enloquecían con todo lo que Tina transmitía. Recordemos que aún mantiene el record de asistencia para un solista (superando por poco a Paul McCartney) en el estadio Maracaná de Río de Janeiro con más de 180.000 personas en una sola noche.
Y, por favor, que nadie se pierda el magnífico documental titulado Tina genialmente dirigido por Daniel Lindsay y TJ Martin en el año 2021.
Hasta siempre, Tina, seguirás siempre con nosotros porque, contigo, no necesitamos otro héroe.