marzo de 2024 - VIII Año

La ‘Mélange’ ideológica y el ‘soufflé’ estratégico catalán

lazos2Hace tiempo que se comenzaron a batir las claras para hacer el soufflé del independentismo, pero para conservarlo, ahora están intentado darle algún barniz para que no se desinfle, pero la textura no aguanta y comienza a desinflarse a resquebrajarse como un castillo de arena en medio de una tormenta.

Sin duda la mélange obedece a una estructura compuesta por troncos ideológicos propios de la burguesía catalana y de la derecha tradicional, añadiendo algunos bloques pseudo-progresistas herederos de aquel grupo político que fundara un coronel del Ejército español de convicciones monárquico-liberales e imbuido de un incipiente nacionalismo que participó del movimiento Solidaritat Catalana junto a la derecha catalanista, neo-carlistas y republicanos federales, aquel ‘ciutadà’ que incluso, aunque brevemente, militó en la Liga Regionalista, se llamaba Francesc Macià Llussà.

Macià, exiliado durante la dictadura de Primo de Rivera, llegó a viajar a la URSS para solicitar ayuda a la III Internacional para conseguir la independencia de Cataluña. En 1926 provocó una ridícula intentona de invadir Cataluña desde Francia con un grupo de anarquistas que, evidentemente, fracasó.

A la muerte de Macià le sucedió Lluís Companys i Jover. Companys, pertenecía al ala más izquierdista del Partido Republicano Catalanista (que era uno de los partidos que se integraría en ERC).

En aquel momento ERC contaba con unos 60.000 afiliados y el 4º en número de votos en el panorama político catalán. El partido había cuajado entre una parte de la burguesía catalana, pequeños comerciantes y ‘payeses’. Ya en los años 90, recibió el soporte político, de Terra Lliure, el Moviment de Defensa de la Terra (MDT) fruto de la otra escisión del PSAN – Partit Socialista d’Alliberament Nacional, donde militaba un Carod Rovira, que, a pesar del paso por las aulas del Seminario Diocesano, al igual que su antecesor Ángel Colom, recibieron la influencia de las tendencias marxistas y de grupos progresistas y penetraron en un espacio social y de progreso, pero con marcado signo independentista. Todo ello, consolidaría a ERC como una fuerza política ascendente y al día de hoy, un segmento libre en el mercado político catalán que tiene como objetivo ampliar sus bases hasta conseguir la fortaleza suficiente para avanzar hacia la secesión.

lazos3Sin embargo, la huida hacia delante del President Artur Mas, para cubrir la ineptitud y las miserias de CiU, arrastraron a ERC a integrarse en esa mélange, a la que también se unieron algunos románticos del socialismo, que al decir de Raimon Obiols, constituían una fuerza nacional de Cataluña, pero no nacionalista. Y así, desde el fondo del sistema límbico, por consiguiente emotivo, ha conducido al actual autodenominado ‘procés’, distante y distinto del neocórtex, donde se aloja el pensamiento racional.

Hoy ERC es consciente de que tiene que retomar la senda social y progresista y desde su pensamiento colectivo, la balanza se inclina por la búsqueda de una base de apoyo más amplia y coherente, abandonando el sueño que alimentó la ilusión, la construcción onírica que hizo construir un trampantojo colectivo.

Pero dentro de los ingredientes de la mélange política independentista, podemos hallar incluso argamasa anarquista y otros componentes más o menos fieles a pensamientos marxistas, pero también sólidos elementos socialdemócratas o simplemente progresistas y todo ello unido a los defensores de una derecha clásica y hasta a veces extremada, aliada en ocasiones a distintas oligarquías transnacionales o en el mejor de los casos, a una burguesía rancia y esquiva con los verdaderos intereses y necesidades de la ciudadanía. Tampoco cabe descartar el aderezo, aunque felizmente bastante escaso, del componente nacionalista a ultranza, como los que hoy podemos encontrar en Polonia, Hungría y que avanza a pasos agigantados por todo Europa.

Con estos ingredientes, la mélange había comenzado a dar paso a una intoxicación digestiva o tal vez a una disentería, pero la alquimia comienza a frustrar la alegría vivida en la mesa de banquete.

Acaba de cumplirse un año desde que comenzó el vía crucis, el Parlamento de Cataluña aprueba la leyes de ruptura, en un proceso irregular y transcurridos ya algo más de 9 meses desde las elecciones que auparon al poder a la mélange, Cataluña se encuentra hoy con Parlamento cerrado, que solo ha aprobado 4 leyes, que habían sido presentadas en la legislatura anterior, las acciones del gobierno son más que escasas, un President que en un teatro da lectura a una declaración política de intenciones ‘programáticas’ o más bien a una arenga provocativa e inconsistente. Las luchas internas dentro de las formaciones políticas integradas en el pastel se hacen visibles; en definitiva, un gobierno sin gobernanza.

lazosEstos colectivos políticos, han reclamado por activa y por pasiva una democracia, ¿es acaso democracia mantener una Parlamento inoperativo?, ¿tomar medidas para avanzar sólo en el deseo del 50% de la ciudadanía?, ¿mantener un gestor administrativo por gobierno, sin acciones socialmente positivas para el conjunto de la ciudadanía?

Estos colectivos clamaban dialogo, ¿acaso el nuevo gobierno del PSOE no está dando muestras de un dialogo continuo y constructivo?, sin embargo, ellos sugieren el dialogo imponiendo como condicionante la autodeterminación. Un claro punto de ruptura, que cierra las puertas de antemano al cualquier dialogo.

El dialogo y la negociación solo es posible cuando las partes están dispuestas a escuchar y a ceder, si una de las partes se acuartela en la posición de la ‘única’ postura valida y negando cualquier otra alternativa, se están cerrando las puertas y abriendo los cauces hacia un conflicto abierto. En esta situación, reclamar dialogo y democracia, no es otra cosa que una demagogia que tiene por objetivo hacer creer que son los otros los culpables de que no se encuentre ninguna solución, mientras se refugian en un victimismo que no es otra cosa que un impedimento para cualquier comunicación asertiva.

Ante este panorama, el movimiento independentista comienza a desinflarse, la frustración poco a poco va haciendo mella entre sus partidarios, su credibilidad es incierta, las contradicciones se agudizan, pero, por otra parte, continúa enervándose la convivencia, como respuesta a la impotencia.

Impotencia que hace mella en ambos bandos, también en el extremismo unionista, que observa como su espacio ciudadano se reduce y le obliga a caminar desde el centro hacia el extremo derecho, una posición que en nada lo acerca a la ciudadanía de a pie.

lazos4Cabría recordar que democracia es el acceso a la gobernanza y a la decisión a través del voto universal, pero democracia es también el gobierno de la ciudadanía y para la ciudadanía, para toda la ciudadanía y no solo para una parte de ella. Por consiguiente, un Parlamento libremente elegido, aunque de manera no proporcional, es en quien reside la soberanía popular y decisiones como las que se quieren imponer deberían contar con al menos las tres cuartas partes de los parlamentarios y el 50%+1 de los electores en números absolutos.

En cualquier caso, la incertidumbre política, la confrontación ciudadana y la desgobernanza, empujan a Cataluña hacia un retroceso, colocándola en una posición que no se observaba desde hacía muchos años, enturbiando su imagen y su convivencia, que, aunque no existe una violencia manifiesta, puede apreciarse en el distanciamiento y hasta en el silencio agresivo entre la ciudadanía ubicada a ambos lados de la estrella de la separación.

No cabe duda de que aumentar las competencias de un estado propio, integrado en el marco de un estado plurinacional, o lo que es lo mismo, un estado federal o confederal, podría volver a unir a todos los catalanes y a estos con el resto de los conciudadanos ibéricos. Un camino que podría avanzar a una velocidad moderada, sin prisa, pero sin pausa, para alcanzar el objetivo esencial, la convivencia fraternal y el progreso social.

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