Muestrario
Pedro López Lara
Poesía
Huerga & Fierro editores
Madrid, 2023
118 páginas
Poeta en continuada y brillante fase ascendente, Pedro López Lara presenta un nuevo poemario, el noveno de los suyos, que, a modo de marca distintiva del autor, emplea solo una palabra como título. La elegida en esta ocasión para dar nombre al libro es Muestrario, o sea, selección, repertorio poético. Libro publicado en la prestigiosa colección “Graffiti” de la conocida editorial madrileña Huerga & Fierro.
Guardador de rebaños de palabras, semejante a un Alberto Caeiro avezado y escéptico, Pedro López Lara nos da noticia en el poema-preámbulo y en el poema-epílogo de cómo el conjunto de palabras que ha procurado apacentar y armonizar en los versos del poemario, cumplida su tarea y dejadas de nuevo en libertad total, acabarán degradándose y aniquilándose a sí mismas. Una diáfana y expresiva alegoría del arte poético en cuanto producción sometida al ingenio y la destreza del creador, capaz de elaborar intensos sentimientos, hondos juicios e imágenes de alto contenido estético, mediante el empleo de un elemento tan común y trillado como es el lenguaje. Artificio lingüístico que encuentra en el talento de los buenos poetas su máxima expresión literaria. Y Pedro López Lara, no cabe duda, demuestra ser un gran dominador del lenguaje y del arte de la escritura poética.
Y así, entre la página del preámbulo y la del epílogo se extienden los poemas de Muestrario, un ámbito poético que, haciendo bueno el título del libro, está poblado por una diversa y variada temática, donde se dan cita la mayor parte de las materias y cuestiones sobre las que el autor acostumbra a escribir cuando sus poemarios tienen como núcleo argumental, y este lo tiene, el acontecer de la existencia y el suceder del mundo, es decir, la circunstancia y cuita de ser en el mundo y con el mundo.
Se abre el libro con el apartado titulado “Vicisitudes y tiempos”, la sección más nutrida, treinta poemas, donde predominan las composiciones breves al igual que ocurre en el resto del volumen. Un conceptismo estilístico que es también otra de las señas características de la poesía de Pedro López Lara. Son versos que evocan tiempos pasados, con distanciada añoranza a veces: «Conviene recordar, en tiempos de desahucio, / cuando la vida adopta / formas grotescas de lo ido, / que todo lo perdido fue un regalo.» (‘En tiempos de desahucio’). O que muestran la desilusión sin paliativos ni excusas, en otras ocasiones: «Hacemos lo que hacemos, / lo recordamos parcialmente. / Morimos luego.” (‘En síntesis’).
Otra nota reseñable de Muestrario es que el poema final de cada una de las distintas partes del libro se ocupa de preludiar la temática de la sección siguiente. Sutileza lírica de un autor preocupado siempre por rematar con cuidadosa precisión la estructura de sus poemarios.
El segundo apartado se titula “Memorial de la noche”. Un acontecer, la noche, del que suele ocuparse la poesía de López Lara: “Vuelvo a la noche, pero guarecido en la distancia / que me concede el verso. / Cuanto diga será, pues, homenaje / a su atracción intacta y confesión de miedo […]” (Vals del retorno). Una nocturnidad, la narrada por el poeta, que transcurre en antros de madrugada, con mujeres que sirven copas y dan conversación a clientes que persiguen sueños imaginarios e inalcanzables: “Eran almas lo que yo perseguía, lo que andaba buscando / por aquellos atildados almacenes, en aquellas honestas / boutiques de cuerpos […]” (‘Negociación e ingreso’).
Y el siguiente apartado, como no podía ser casi de otra manera, lleva por título “Amores”. Donde el sarcasmo, marca habitual también del autor, irrumpe sin demora: “Una vez formulado este conjuro, / aparecerás, deberías / haber aparecido ya. // Por qué te empeñas en negar mis magias.” (‘Incredulidad manifiesta’).
Y si alguna sección no podría faltar en Muestrario es la que acoge a los denominados “Poemas hostiles”. Poemas en los que, como su nombre indica claramente, el poeta manifiesta su enojo y sincera furia contra un paisanaje y un mundo no siempre comprensibles ni merecedores de disculpas. Baste un ejemplo descarnado: “Urge seguir esperando / que retornen dónde y cuándo, / y con ellos por qué y cómo, / finalmente quién o quiénes, qué. // Cuando estén todos y hayan pronunciado / sus inverosímiles alegatos, / una ráfaga bastará.” (‘Los condenados’).
Cierran el libro dos apartados cuyas temáticas suelen aparecer también desarrolladas en anteriores poemarios del autor, al igual que ocurre también con la temática de los demás epígrafes que conforman el cuerpo lírico de Muestrario. Son las secciones “Postrimerías, muertes”, la penúltima, y “Ars poetica”, la última. Y, Pedro López Lara, tal como demuestra, tiene una visión bastante original y heterodoxa de los muertos y la muerte: “Fíjate bien, pues es, / ¿lo ves?, fíjate bien, / tu muerte.” (‘In ictu oculi’). O bien, “Actúo en un local de karaoke, / aprendiendo a cantar, sin convicción, las canciones / que quemaban mis labios cuando estaba vivo. […]” (‘La letra de las viejas canciones’).
Manera provocadora y singular de decir que no le abandona tampoco cuando aborda el “Ars poetica”, es decir, la metapoesía y la relación del poeta con su obra: “Todo poema escapa del silencio, disipa en su transcurso / su pureza inicial, su prodigiosa herencia, / malvende muestras almas / por un puñado de palabras / y finalmente vuelve, con estigma en los ojos, / al feudo traicionado. // Todo poema dilapida el secreto / que le fue confiado.” (‘El mal administrador’). Estilo desenvuelto, que, llevado por su libérrima voluntad, no duda en cerrar el apartado metapoético con un quinteto asonantado y sentencioso: “El primer verso todo lo presiente. / Cuanto le sigue no es sino su estela, / un transcurrir latente ya en el germen / que fluye hacia estuarios que se pierden / en un verso final que no los cierra.” (‘Itinerario’).
Libro, pues, diverso y con múltiples facetas líricas, de un poeta sorprendente y con una insólita capacidad para recorrer en un mínimo espacio de tiempo el camino que lleva desde el anonimato literario hasta lograr alcanzar un prestigio y reconocimiento notables. Hazaña personal e intransferible de Pedro López Lara que todavía sigue en curso y de la que seguiremos teniendo noticias en breve.
Mientras tanto, no dejemos de disfrutar de la lectura de este sobresaliente Muestrario.