octubre de 2025

LAS NEGRITAS DE ANTONIETA / Aquella tarde de septiembre fue necesaria

Recojo aquí para mis lectores, mi adiós al diario Lanza (el más veterano de toda Castilla-La Mancha). Es el texto que leí en un acto público de gran altura.

Me acompañaron aquella tarde: José María Barreda, Manuel Juliá, Joaquín Muñoz Coronel, y María José Redondo

En el antiguo casino de Ciudad Real en el gran salón de actos lleno de público. Se dijeron cosas de gran interés, sobre los intelectuales (Manuel Juliá), o el escrito con aire cervantino y crítico: “Nunca la lanza embotó la pluma” de José María Barreda…

Aquí, va mi escrito:

UNA CELEBRACIÓN Y UNA DESPEDIDA

Es una celebración,

  • Porque hoy ve la luz pública la segunda edición de mi obra, «Desde mi Torre de Adobe (Tres años con Lanza)».
  • Porque he llevado a buen puerto, he escrito con buena pluma, una hermosa literatura al parecer del respetable, mis queridos lectores.
  • Porque he vivido unos años en intensa colaboración intelectual, con tres valiosas profesionales: las tres primeras directoras de Lanza, a quienes va dedicada a esta obra. Tuvo que llegar el Siglo XXI para que ellas llegaran a ser directoras.
Manuel Juliá, periodista, escritor y poeta

Fue Conchi Sánchez, aquella estrella del periodismo, que ya brilla en el firmamento, la que me invitó a escribir en Lanza con las siguientes palabras:

“¿Cómo una persona que está escribiendo tan notables artículos en Claves de la Razón Práctica, la mejor revista de pensamiento de España, no está con nosotros en su tierra regalándonos su escritura?”

En efecto, gratia et amore, acepté su invitación y llegué a crear esta columna de prensa, de título tan clásico y entrañable que a todos gustaba, llamada: «Desde mi Torre de Adobe».

Pues bien, hoy me veo obligada a trasladar mi Torre de Adobe a Madrid, a América y a otras latitudes.

De ahí que hable de despedida.

Salgo de Lanza tras haber estado desde octubre del 2019 hasta julio del 2025, aunque en el subtítulo del libro ponga 3 años con Lanza, por motivos literarios.

Esta es una tarde de despedida.

Despedida porque no deseo estar en un medio donde no se propugne una cultura sin ira, donde las editoriales sean púlpitos de ideología, donde la palabra feminismo sea censurada.

Solo mentes ignorantes y abstrusas no pueden valorar que este “ismo” ha sido una de las revoluciones silenciosas e incruentas más beneficiosas para la sociedad, añadiendo un enorme capital humano al mundo profesional y del trabajo.

Mi columna jamás ha sido un púlpito para predicar ideología. Ha sido, sobre todo, un espacio para degustar cultura, entretenimiento, buena escritura, miscelánea y tantos otros bienes. La cultura es el pan de la vida, y es fundamental para la vida social.

Voy a aclararlo: Una manera de devolver a la cultura su verdadero poder político es que sea un lugar de encuentro más allá de la política.

Frente a los ingenieros del caos, esos ideólogos, o pequeños geniecillos de Silicon Valley, que han descubierto la manera de usar los datos y los algoritmos para ganar elecciones, hoy se comienza a hablar, por fin, del humanismo, el humanismo cristiano, el humanismo europeo, nuestras genuinas raíces.

José María Barreda, expresidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha

Hoy deseamos que ese humanismo sea una barrera frente al murmullo sordo de los ventiladores de los Data Center.

Nuestro humanismo debe dar la batalla contra los tecno-césares de hoy.

Este ánimo es lo que subyace bajo mis columnas de prensa, hoy reunidas en este libro.

A este respecto, me parece necesario hacer el siguiente excursus:

¿QUÉ ES UN INTELECTUAL HOY?

El intelectual, tal como lo imaginó el siglo XX, ha muerto. Su figura, glorificada como conciencia crítica y portadora de la verdad, yace descompuesta bajo el peso de un mundo que lo ha subsumido en sus lógicas de espectáculo.

No hay intelectuales, solo fragmentos de su cadáver, dispersos en las industrias del contenido, en los algoritmos que venden discursos como mercancías, en los micrófonos que amplifican opiniones al ritmo del «trending topic».

El intelectual clásico era un mediador: entre la verdad y el poder, entre el pueblo y la élite, entre el pensamiento y la acción.

Pero, en el presente, ¿qué verdad queda por mediar?

La verdad se ha convertido en flujo, en transacción, en actualización constante. En este paisaje de imágenes edulcoradas y discursos desechables, el intelectual clásico no encuentra espacio.

Ha sido reemplazado por expertos que narran la técnica, opinólogos que traducen las pulsiones del mercado y comunicólogos que empaquetan la apariencia de sentido para la venta rápida y se ponen al servicio del poder.

Ya no asume la distancia, ya no es el faro de luz que ilumina la oscuridad.

El intelectual del poder no es un intelectual, sino su parodia, un operador más de un sistema que absorbe toda resistencia para convertirla en espectáculo.

En síntesis: la sociedad del espectáculo se comió la reflexión.

Termino este escrito expresando mi personal quehacer en la sociedad.

Acto 10/9/2025: En la mesa, de izda. a dcha.: Joaquín Muñoz Coronel (IEM), María José Redondo (Gestora cultural y poeta), María Antonia García de León y José María Barreda.

ESTA ES MI POSICIÓN:

Yo sé por qué soy una intelectual, una escritora que procura estar al día de todo lo que ocurre, conocer todo lo que se escribe al respecto, imaginar todo lo que no se sabe o se calla, que relaciona hechos aislados, que trata de restablecer la lógica donde, en apariencia, reinan la arbitrariedad y la locura. El conocimiento de los hechos forma parte de mi oficio. Y aunque no tenga las pruebas, tengo que denunciar lo que el instinto y la capacidad profética del poeta me puede sugerir.

PONIENDO FIN A ESTE ESCRITO:

Soy una mujer política, sin sueldo y sin escaño. Soy una política genuina, en el sentido de la cultura clásica. Soy un zoon politikon, un animal político a la búsqueda de la areté (en griego) la virtud.

Mis columnas de prensa, subjetivas, personalísimas, son políticas en la medida que yo me construyo, mi carácter, mi personalidad. Mejorar nuestra vida, es mejorar el mundo. Al construirnos bajo la inspiración del bien, construimos un mundo mejor.

Hombres y mujeres, aquí reunidos esta tarde, un zoon politikon sois. Y en la medida que mi obra os haya ayudado a construiros, a ir en pos de la areté, la virtud, esta será mi alegría y mi satisfacción.

Muchas gracias por vuestra atención.

María Antonia García de León

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