octubre de 2025

PALOMITAS DE MAÍZ / De Broadway a Ben-Hur: el legado discreto y eterno de Martha Scott

¡Mis queridos palomiteros!

Quienes ya me conocen, saben de sobra que soy un fan del fenómeno Ben-Hur, no solo de la icónica película de William Wyler de 1959, sino de todo lo que circunda a la historia del aristócrata Judá Ben-Hur. Para quienes queráis aproximaros un poco más al tono y a las circunstancias que rodean aún hoy este territorio, explorable no solo para los cinéfilos, podéis consultar la amplia vídeo crítica que realicé hace algunos años y que dejo por aquí.

Lo que me lleva hoy a escribiros estas letras es que cada 22 de septiembre celebramos el cumpleaños de Martha Scott (1912-2003), la actriz que encarnó a Miriam en esta película tan espectacular.

Martha Scott

Por tanto, esta fecha no es solo un día más en el calendario: es el día en que nació nuestra homenajeada. Esa actriz que, sin proponérselo, demostró que no hacen falta escándalos en la prensa, o en cualquier otro lugar, para hacerse un hueco en la memoria colectiva de quienes amamos el cine.

Su carrera es una paradoja deliciosa: empezó en Broadway, ese Olimpo teatral que devora a los débiles, y terminó siendo recordada sobre todo por un papel en el que encarnó a una madre de silenciosa grandeza, Miriam en Ben-Hur (1959). Curioso, ¿no? Una mujer formada para los escenarios más exigentes, inmortalizada por un personaje que apenas levanta la voz, pero cuya sola presencia sostiene la épica de Roma y Judea.

Su debut en Hollywood fue, por cierto, tan meteórico que parece inventado por un guionista con exceso de café: Our Town (1940), adaptación de Thornton Wilder, y ya en su primera película se ganó una candidatura al Óscar como Mejor Actriz. Desde entonces, Scott brilló con una intensidad que obligó a la industria a prestarle atención. Sin embargo, y a través de su sencillez, continúo su trayectoria profesional, alternando trabajos de teatro, cine y televisión, en una era donde los actores, en general, solo se implicaban en uno de estos tres formatos.

Además, Scott no solo fue la madre de Judá Ben-Hur. También fue la tierna profesora de Cheers for Miss Bishop (Tay Garnett, 1941), director por cierto de la popular El cartero siempre llama dos veces en la versión de 1946. Y como un camaleón que nunca presume de sus colores, Scott se movía de la comedia ligera al drama asfixiante con esa elegancia connatural de quien no necesita presumir de nada porque su talento habla por sí solo. Su estilo interpretativo —sobrio y disciplinado— la convirtió en un referente para aquellos que entendían la actuación como el oficio que les da de comer, y no como un espectáculo frívolo y aburrido solo al alcance de los alzapuertas.

Película completa Cheers for Miss Bishop

Así las cosas, Martha Scott nunca fue la diva de las portadas y quizá esa sea su mayor victoria. Su legado es modesto y, por eso mismo, inquebrantable. Porque está donde importa, en el recuerdo de quienes aún vibran con la fuerza de su mirada. Celebrarla hoy es recordar que la grandeza del cine no siempre está en los héroes o heroínas que conquistan batallas, sino en esos personajes secundarios que, con una frase o un silencio, nos lo están diciendo todo.

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

George Sand: ‘Un invierno en Mallorca’
George Sand: ‘Un invierno en Mallorca’

Pensaría cualquier lector aventajado que esa suerte de memorias breves o vivencias que la escritora George Sand, nacida Aurora Dupin,…

Fancesco Guicciardini, un diplomático toscano por tierras extremeñas
Fancesco Guicciardini, un diplomático toscano por tierras extremeñas

Tus pies sobre la tierra antes no hollada, Tus ojos frente a lo antes nunca visto Luis Cernuda Los viajes…

Topar precios, crear miseria
Topar precios, crear miseria

Hay dos frases atribuidas (presuntamente) a Wiston Churchill que dicen así: “Si pones comunistas a cargo del desierto del Sahara,…

281