Nació un 14 de diciembre de 1935 y se nos fue en el 2 de julio de 1991, con solo cincuenta y cinco años. Fue una actriz prodigiosa que quiero recordar.
Voy a citar algunas de sus grandes películas:
Estuvo sensacional en Río salvaje, con el gran Monty Clift, una película en la que el gran actor, movido por el Gobierno, quiere expropiar las tierras de una mujer, Joe Van Fleet, como Elia Garth, que se negará a abandonar sus tierras, siendo el papel de Lee Remick una verdadera delicia, en la que demuestra lo gran actriz que era, cuando se enfrenta a un Monty Clift, soberbio y excelente. La dirección de Elia Kazan hace el resto.
También fue la inolvidable mujer de Jack Lemmon en la maravillosa Días de vino y rosas, con la música de Henry Mancini, en la cual el gran actor se encarga de un papel magnífico, un publicista que consigue chicas para fiestas y, entre ellas, conoce a una Lee Remick, que se resiste a sus encantos, pero que después se enamora de él. Lemmon es alcohólico y arrastra a la hermosa Lee en el vicio del alcohol. Mientras él logra salir de ello, ella entra de lleno en el mundo de la bebida, pese a haber tenido una hija en común. Ambos estuvieron magníficos y fueron dirigidos por ternura, dramatismo y brillantez por el gran Blake Edwards. Yo creo que nunca el cine logró encontrar una pareja que combinara también la parte sentimental, el actor era dueño de una expresividad que casi nunca se ha dado en el cine, y la parte dramática. Cuando miran el río, sabemos que nos hallamos ante una de las películas más bellas y más nostálgicas de la historia del cine. Otro momento muy duro ocurre cuando Lemmon se emborracha y enloquece en el invernadero, y, desde luego, cuando Lee presenta a Jack al padre de ella, el gran Charles Bickford, un momento tenso y magnífico.
Y hay otra película, de entre muchas otras, en las que Lee Remick, estuvo maravillosa, Anatomía de un asesinato, donde el gran James Stewart lleva el caso de asesinato de un hombre, Ben Gazzara, en la que la mujer de este último es la provocativa Lee Remick, dotando al papel de una sensualidad inolvidable. Como abogado defensor, Stewart se dejará llevar por la atracción por la joven, a pesar del extraño caso que le ha tocado. La película es una obra maestra, dirigida por otro grande, Otto Preminger.
Y Lee Remick estuvo genial en Casta invencible, acompañando a Paul Newman y Henry Fonda, en El largo y cálido verano, con Newman también y en El detective, haciendo el papel de mujer de Frank Sinatra.
Y hay otra película de terror que marcó una época, la madre del malvado Demian en La profecía, compartiendo matrimonio en la película con Gregory Peck. Fue otro hito de esta magnífica actriz que, si hubiera vivido más años, nos hubiera regalado muchos más papeles de gran calidad.
Comenzó su mundo interpretativo en el famoso Actor´s Studio, y tenía el talento de las más grandes. Un papel que, por último, quiero recordar, es el de Tributo, de nuevo con su gran amigo, Jack Lemmon, cuando este sabe que va a morir pronto y le es infiel a su mujer, la maravillosa Lee.
Pero, para mí, siempre será la protagonista de Días de vino y rosas, parece que la veo mirando con Lemmon el río, y sabiendo que el destino los ha condenado para siempre. Qué bella fue Lee Remick y cómo se la echa de menos.
