diciembre de 2025

Ava, la diosa del cine

En el mundo del cine ha habido actrices muy hermosas como Gene Tierney, Elizabeth Taylor, la inolvidable Audrey Hepburn y muchas otras. Todas ellas, grandes divas del cine. Pero si ha habido una diosa del celuloide fue Ava Gardner. Quizá Rita Hayworth y Marilyn Monroe derrocharon la gran sensualidad de Ava, pero la Gardner fue increíble.

Nació el 24 de diciembre de 1922 y todos recordamos sus grandes películas, su personalidad, su enorme talento. Creció en una familia humilde, que cultivaba tabaco y algodón. Cuando tenía dieciocho años la casualidad llamó a la puerta, ya que el marido de una hermana de Ava era fotógrafo y le pidió a la actriz que si le dejaba hacerla unas fotos para su estudio en la Quinta Avenida.

Barney Duhan, un cazatalentos de la Metro Goldwyn Mayer las vio y decidió ponerse en contacto con ella. Consiguió un contrato con la Metro durante siete años y comenzó su periplo de actriz.

Y me vienen a la memoria, dejando atrás datos conocidos de su filmografía la arrolladora belleza de Ava, cuando interpretó Mogambo con el gran Clark Gable y Grace Kelly, magnífica película de John Ford. Ava es la mujer sensual que ama a Gable, pero este prefiere a la virginal Grace en el ambiente tórrido de la selva.

Y tórrido fue también el triángulo de La noche de la iguana, cuando John Huston la contrató para dar la réplica a un extraordinario Richard Burton, el predicador, que se siente tentado por tres mujeres, Ava, Deborah Kerr y la Lolita de Kubrick, Sue Lyon. Podemos recordar el baile de Ava con los muchachos que comparten su negocio en la playa. ¿Puede existir mayor sensualidad que el baile con los chicos?

Toda Ava era un torrente, desde Forajidos, que interpretó con Burt Lancaster, dirigidos por Robert Siodmak, a la extraordinaria La condesa descalza, junto a Bogart. Siempre resultaba sensual, interpretaba con gran talento cualquier papel y era la mujer deseada, la mujer que derrochaba personalidad y belleza.

Éxitos como El gran pecador, con Gregory Peck, Cincuenta y cinco días en Pekín, con Charlton Heston y David Niven o Pandora y el holandés errante, con el gran James Mason, donde conoció al torero Mario Cabré y tuvo una historia de amor.

También la tuvo con Luis Miguel Dominguín, porque Ava amaba el mundo del toreo, las juergas y la gran vida. Algo que su pareja, Frank Sinatra, la gran voz de la música, nunca llevó bien. Celos y peleas fraguaron una relación tormentosa entre una actriz maravillosa y el gran Sinatra. El matrimonio entre Ava y Frank duró desde 1951 a 1957. Pero Ava había estado casada con Mickey Rooney, una atípica pareja y con Artie Shaw.

Otras películas destacables son El puente de Cassandra y Terremoto, en los años setenta, sin olvidar su papel en Fiesta, basada en la novela de Hemingway, con dos grandes y malogrados actores, Tyrone Power y Errol Flynn, y rodada en Pamplona, ya que habla de los San Fermines.

Ava Gardner, belleza y grandeza, que se eclipsó en Londres a los sesenta y siete años de edad, en 1990. Siempre será inolvidable por ser una diosa del cine.

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Archivo Entreletras

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