El 20 de junio se reestrena de nuevo en cines Léolo, una película que ya en su primer estreno, en el año 1992, dejó honda huella en quienes la vieron y ciertamente es de las que hacen que te acuerdes aunque no quieras. Se trata de una obra semiautobiográfica que mezcla realismo sucio, lirismo fantástico y crítica social en un retrato sórdido y desgarrador sobre la infancia, la imaginación y la locura, todo contado por un niño en primera persona.
Ahora, con la reposición de Léolo, A Contracorriente Films ofrece al público la oportunidad de redescubrir en pantalla grande esta obra maestra que ha sido reconocida por su singular valentía narrativa y su impacto posterior en el cine.
La película fue restaurada digitalmente por el proyecto ‘Éléphant: La mémoire du cinéma québécois’ en colaboración con Technicolor Creative Services en Montreal, que incluye escaneo en 2K y corrección de color, lo que permite redescubrir su fuerza visual y emocional tal y como fue concebida.
En Madrid y en Barcelona la película se proyectará exclusivamente en los Cines Renoir.
Léolo fue dirigida por Jean-Claude Lauzon, considerado el enfant terrible del cine de Quebec. Estrenada originalmente en 1992, la segunda y última película de su director, que murió poco después en accidente, ha sido reconocida con el paso de los años como una de las películas más originales, poéticas y provocadoras.
Léolo se presentó en la Sección Oficial del Festival de Cannes en 1992 y recibió la Espiga de Oro en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ese mismo año. Tras su restauración, en 2014 la película participó en la sección Cannes Classics del Festival de Cannes. En 2005, la revista Time la incluyó en su prestigiosa lista de las 100 mejores películas de todos los tiempos, situándola entre los grandes títulos del siglo XX.
Argumento
El guion, adaptación libre de la novela «L’Avalée des avalés» del quebequense Réjean Ducharme, sitúa a Léolo en un barrio humilde de Montreal. Para escapar de la realidad familiar marcada por la locura y la miseria, Léolo se refugia en la escritura y la imaginación. El único que en la familia se salva es el abuelo, y este será para Léolo el único modelo amoroso conocido, a la vez que su rival.