Por Fernando López Guisado.- | Abril 2018
Ficha Técnica: Título original: A Quiet Place. Dirigida por: John Krasinski. Duración: 90 min. Nacionalidad: USA
Ficha Artística: John Krasinski, Emily Blunt, Noah Jupe, Millicent Simmonds, Cade Woodward
Llevo tiempo admitiendo que al cine y la vida les exijo ya poco. Principalmente, que no me aburran, que al encenderse las luces mantenga la sensación de no perder el tiempo, que es lo único que no merece perderse. En ese sentido, he creado en mi juicio crítico una línea muy importante entre las películas que deben presenciarse en una sala y las destinadas al salón de casa sin relativa prisa porque, en pantalla grande, no hubiera compensado la expectativa frente a la tarifa.
«Un lugar tranquilo», la reciente obra de John Krasinski, pertenece al primer grupo. No es perfecta, por supuesto, casi ninguna obra lo es y me deja cierta sensación de que, irremisiblemente, se sumará a la pila de pequeñas joyas que hubieran merecido un destino mejor ya que, para el gran público que busca un «slasher» trepidante, su tempo así como la escasez de efectos digitales y la acción directa, supondrán un lastre. Por otro lado, el espectador alternativo que desee una historia más allá de lo evidente podría bien ignorarla debido al género de terror y nunca verá esta maravilla.
No obstante, es una pequeña maravilla pese a todo.
No hace mucho, en un discurso, Narciso Ibañez Serrador invitaba a escuchar lo que subyace en el silencio, el estremecimiento que provoca. «Chicho» podría haber firmado este guión: ensayo sobre el silencio y nuestro propio ruido, porque somos ruido incapaz de experimentar nuestra existencia en plenitud sin él. Expertos centrados en la problemática actual de la sordera afirman que el aislamiento de un sordo es mucho mayor que el de un ciego. Si las voces no pueden pronunciarse, nos obligan a callar, ¿cómo nos comunicamos con seres queridos, instruimos, parimos, amamos, vivimos sin palabras? Muchas personas con discapacidad auditiva lo logran cada día.
Esta película implica una profunda reflexión sobre el aislamiento impuesto, un ensayo sangrante de horror cósmico, relaciones e interdependencias familiares y cómo, controlada la situación, pronto nos trasformamos de presa en cazador. No necesita explicar, simplemente se acepta su premisa de parábola, su tensión sin tregua en un guión donde lo omitido exuda más, como en buena literatura, que lo expresado. Salto mortal sobre la red de un grupo reducido de actores soberbios entre los que destacan la siempre deslumbrante Emily Blunt y la debutante Millicent Simmonds. A modo de curiosidad, el propio director también ejerce como intérprete, guionista e incluso prestó sus movimientos para las criaturas.
Lovecraft hubiera salido muy satisfecho de este lugar silencioso.
No se la pierdan pues no habrán perdido su tiempo.