mayo de 2024 - VIII Año

María Zambrano, nuestra filósofa más reconocida (I)

«Sólo en la soledad se siente la verdad»

Zambrano por Gregorio Toledo

En nuestro país cuesta mucho ser profeta en nuestra tierra, María Zambrano ha sido una mujer culta capaz de ser reconocida en un mundo de hombres desde muy temprana edad, ella ha roto muchos moldes, pero sin un alarde constante de feminismo. Ha sido una mujer muy viajera que ha recorrido mucho mundo, unas veces por necesidad, dada nuestra atormentada historia y otras por su constante curiosidad intelectual, pero siempre bien acogida en los círculos intelectuales más interesantes.

María Zambrano ha sido una mujer muy comprometida con su tiempo, que puede resumirse en los principios de un individualismo racionalista que debía asumir responsabilidades colectivas, tanto en tiempos sosegados como en los más dramáticos. En la República rechaza participar como diputada, pero marca distancias con la actitud de Ortega y Gasset de estar por encima de los compromisos sociales. En los círculos del exilio de una república de intelectuales, mantiene una presencia de permanente reconocimiento en los países que recorre en su dilatada vida.

Sus progenitores, un par de maestros nacidos en zonas tan alejadas entre sí como Segura de León (Badajoz), su padre Blas Zambrano, y Banatarique (Almería), su madre Araceli Alarcón, ambos muy viajeros por razones profesionales. Blas Zambrano que era a su vez hijo de maestro, inició sus estudios en Sevilla, ejerciendo como maestro elemental en Alajar (Huelva) el pueblo materno, obteniendo el título de maestro superior en 1896, trasladándose a Granada para ejercer como tal dos años más tarde. Un nuevo traslado conjunto con su mujer a la escuela superior de Vélez-Málaga favoreció que naciera María. Al darle nueva plaza a su mujer Araceli en Madrid, hizo todo lo posible por reunirse con ella, lo que no consiguió hasta dos años y medio más tarde. La plaza que le facilitaron no fue de su agrado y pronto ambos se trasladaron a Segovia en 1909, donde pudieron desarrollar mejor su labor, donde nació su hermana Araceli, hasta su traslado definitivo a Madrid en 1926.

Zambrano en la Biblioteca

María Zambrano nace en Vélez-Málaga en 1904, en la comarca de la Axarquía, a 37 km de Málaga, pasa luego unos años en Madrid, pero con cinco años la familia marcha a Segovia al ocupar su padre la plaza en la escuela graduada de maestros y la cátedra de Lengua Castellana en el Instituto.

María inicia el bachillerato en 1913, siendo la única alumna y en 1921 se matricula por libre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. En Segovia conocerá a Antonio Machado, amigo de su padre y del círculo más interesante de la ciudad, la Universidad Popular, organizada por su padre, entre otros. En Madrid entablará relación con León Felipe y Federico García Lorca, entre otros. Asiste a clases entre 1924 y 1927 con Ortega y Gasset (del que puede considerarse discípula), García Morente y Zubiri (del que se iniciaría siendo sustituta en sus clases). Desde 1931 es profesora auxiliar de Metafísica en la Universidad Central hasta 1936.

Participa en la tertulia de la Revista de Occidente y comienza a escribir en la prensa. Al terminar sus estudios e incorpora como profesora auxiliar de Metafísica en la Universidad Central y al Instituto Escuela en 1931. Desde el punto de vista del compromiso social se incorpora a la Federación Universitaria Española (FUE) durante el final de la dictadura de Primo de Rivera y a la Liga de la Educación Social (LES) iniciativa de Ramón Pérez de Ayala y Luís Jiménez de Asúa en el final de los años 20, participando incluso en su dirección.

Ante la pasión por la llegada de la República es una de las firmantes y redactoras del manifiesto fundacional de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura (18 de julio). se incorpora a Alianza Republicana, pero la abandona al observar pronto su indiferencia ante algunas actitudes anticlericales violentas. Rechaza también la incorporación en las listas socialistas que le hace Jiménez Asúa, pero en cambio forma parte del proyecto de las Misiones Pedagógicas al ser instrumento de las aspiraciones culturales y educativas del régimen republicano y colabora con otros jóvenes universitarios en Cultura Popular, en donde coincide con Maruja Mallo en 1933. Como muchos de los intelectuales de la época adopta un sentido militante de la educación. Con anterioridad había formado parte también del Frente Español FE, movimiento de inspiración orteguiana, pero que abandona y disuelve al derivar éste hacia el falangismo.

Leopoldo Panero, María Zambrano y Luis Cernuda en las Misiones Pedagógicas

En septiembre de 1936, Zambrano contrae matrimonio con el historiador, y antiguo compañero de las Misiones Pedagógicas, Alfonso Rodríguez Aldave. En su obra Horizonte del liberalismo (1930) define su compromiso político, no como algo partidario, sino como un compromiso social, un horizonte que se sabe inalcanzable, pero que sirve de orientación y guía para el camino a recorrer. En su obra posterior Delirio y destino (1952) relata su entusiasmo por el resultado de las elecciones municipales de 1931 que dan lugar a la II República.

Respecto a sus colaboraciones periodísticas, las inicia en 1928 en El Liberal de Madrid, publica su primer libro Nuevo Liberalismo en 1930, participa en el efervescente ambiente de relaciones del Madrid de la época, tanto en las tertulias de Ramón Gómez de la Serna (Pombo) como en la de Ramón Valle Inclán (La Granja del Henar), posteriormente en 1933 escribe en Cruz y Raya, revista dirigida por José Bergamín y en la Revista de Occidente, fundada en 1923 por José Ortega y Gasset. Durante la guerra (1937-38) forma parte de la redacción de Hora de España, donde publica nueve ensayos sobre cultura española en esos momentos tan trágicos, analizando en ellos la tradición española desde Cervantes a Galdós desde una perspectiva progresista, vinculando nuestro destino con el de Europa, refiriéndose tanto a Séneca como a Machado, hunde sus raíces en San Juan de la Cruz. Estos ensayos en Hora de España reflejan la vinculación entre la España real y la soñada, enlazando el sentido de la vida y la muerte en una lección de ética profunda entre el español llano y sus máximos genios.

Revista Hora de España IV

Durante la República viaja a La Habana (Cuba) para dar conferencias sobre la filosofía de José Ortega y Gasset, en ese viaje conoce a José Lezama Lima. Zambrano se desplaza a Chile a la Embajada con su marido en 1936, pero ante el inicio del levantamiento militar, ambos se vuelven a Valencia en 1937, ella participa en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, acontecimiento de gran repercusión en el apoyo a la República. Además, colaboró en las actividades de la Consejería de Propaganda y en la Consejería Nacional de la Infancia Evacuada.

El 28 de enero de 1939 cruza la frontera francesa y marcha al exilio, un día antes de la caída de Barcelona. Juan Fernando Ortega, que dirigió un tiempo la fundación que lleva su nombre, indicó en su libro “María Zambrano, una mujer en la frontera” que al salir en coche, distinguió a Machado y a su madre, invitándoles a subir al mismo, pero ante su negativa, indicando que su lugar estaba con el pueblo, ella los acompañó a pie hasta cruzar la frontera, pasando incluso al cruzarla unos días con él hasta que llegó su marido Alfonso, posteriormente prosiguió su camino al exilio, primero a París y luego a México. Machado andaba con dificultad apoyado en su madre de 88 años, fruto de una bronconeumonía, acrecentada por su tabaquismo, que le produciría su fallecimiento el 22 de febrero de 1939 a los 64 años en Collioure (Francia), su madre moriría tres días más tarde. Tuvo que ser enterrado con la protección de la Embajada de México ante la persecución iniciada por la policía franquista.

El padre de María, Blas Zambrano, había fallecido en octubre de 1938, pocos meses después de su jubilación, y del exilio familiar, siendo enterrado en el cementerio de las Corts en Barcelona, en él estuvo presente el mismo automóvil que llevaría a la familia Zambrano al exilio, el del último director general de Seguridad de la República, Manuel Núñez.

Zambrano en su exilio recorrerá multitud de países y ejercerá como profesora en diversas universidades e instituciones académicas, tanto en América como en Europa.

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