octubre de 2024 - VIII Año

Jorge Abarzúa: ‘Mi mayor sueño es la música, tener una banda propia y girar por el mundo’

Fotografías © Samuel Ponce (cedidas a Entreletras por el autor para esta entrevista)

Jorge Abarzúa se define como actor de profesión, cantante, compositor y escritor de oficio. Este inquieto y multifacético chileno, con una dilatada trayectoria en diversos proyectos culturales, es licenciado o egresado (como ustedes prefieran) por la Escuela de Teatro y Comunicación Escénica de la Universidad UNIACC de Santiago de Chile.

En la actualidad, es intérprete en la prestigiosa compañía chilena de teatro musical ‘Cantando Aprendo a Hablar’, entidad que desde hace más de tres décadas viene apoyando el desarrollo educativo de niños entre 0 a 5 años de edad. Desde 2019 ha profundizado también en otros campos, como la investigación musical y la escritura.

Entreletras ha conversado con Jorge Abarzúa sobre su trayectoria y sus proyectos actuales y futuros.

-¿Cómo nació su vocación por el mundo de las artes escénicas?

-La verdad fue un acto de impulsividad. Cursaba segundo medio en la jornada de la mañana del liceo José Victorino Lastarria, de providencia, Santiago, y decidí inscribirme en la audición para pertenecer al grupo de teatro, del mismo liceo. Me gustaba el nervio que me provocaba estar en el escenario siendo observado. Quizás haciéndolo bien o mal, da igual, solo sentir esa sensación de nervios es lo que me llevó a lo que sigo haciendo ahora, que es actuar, cantar, producir mis propios videos, etc.

Desde pequeño siempre me llamo la atención la música, soñaba con escribir y cantar canciones en escenarios donde la gente fuese a escuchar, disfrutar y emocionarse con mi música. Creo que el hecho de entrar a un grupo y practicar la actuación fue el punta pie inicial, para forjar el carácter y el desplante que me lleva a desenvolverme en todo lo que hago hoy en día.

El tiempo invertido en el arte es el mismo que me ha hecho darme cuenta de que no podría hacer otra cosa más que lo que hago en estos momentos. Debo reconocer que, en ciertos momentos, mientras estudiaba teatro, dudaba si seguir haciendo arte o no. Siempre te dicen que es un oficio difícil, qué hay que tener cuero de chancho, que te vas a morir de hambre y la verdad, si es así, pero cuando te das cuenta de que llevas la mitad de tu vida dedicada al arte, y qué consecuencia a eso se siguen abriendo más y más puertas para continuar, tirar la toalla ahora no sería muy inteligente de mi parte.

-¿Qué destacaría de su trabajo dirigido a la infancia en la reconocida compañía ‘Cantando Aprendo a Hablar’?

-La energía y la entrega. Desde los 17 años comencé a dedicarle mis veranos a los trabajos de voluntariado en campamentos recreativos para niños en riesgo social. La cercanía con los niños la tengo arraigada desde muy joven, entonces me relaciono muy bien, con la gran mayoría por lo menos. Siempre que nos subimos a un escenario o que estamos en personaje, tratamos de dar lo mejor de nosotros para que así el aprendizaje que generan las canciones de la agrupación se cumpla de la mejor forma posible.

Los niños son un lienzo en blanco que debemos tener el cuidado de pintar de la mejor forma posible, si nosotros no podemos cambiar el mundo, quizás ellos en el futuro sí logren hacerlo. Soy un eterno agradecido de todo el cariño que recibimos por parte de las familias que nos siguen y nos confían el aprendizaje de los más pequeñitos del hogar. Hemos tenido la oportunidad como agrupación de viajar por todo Chile, conociendo diversas realidades, familias de distintos estratos sociales, y por mi parte me siento muy feliz al saber que nuestro trabajo llega y marca generaciones.

-En 2019, justo antes de la infausta pandemia que venimos padeciendo, usted decidió dar un giro a su vida, dejar un poco de lado el mundo del teatro y dedicarse a la investigación musical, en particular al género rap. ¿Qué puede comentarnos de su trabajo en este ámbito cultural?

-Decidí dedicarme a la música porque es una de las cosas que había querido hacer toda mi vida, pero lo estaba postergando. La llegada de la pandemia y el encierro impuesto por las autoridades sanitarias provocó mucho revuelo e incertidumbre dentro de la población. Al verme en esa situación y entender que el arte es nuestra mejor arma, decidí tomar la adversidad y utilizarla a mi favor. Es así como tomé el camino de las rimas que venía hace unos meses antes de la pandemia practicando, para escribir y componer mi primer disco titulado “sesiones de Ringtones”. Es un trabajo autodidacta, letras y música compuestas en su totalidad por mí, grabación mezcla y master también (procesos de una creación musical).

Logré enfocarme en la investigación de mi ser interno con el rap. En esta búsqueda de letras y noches insomnes logré aprender a crear mis propios Beats, a cómo grabarme, analizarme a mí mismo en cada letra, para intentar no cometer los mismos errores. Creo que este deseo de dedicarme a la música y comenzar a escribir más rutinariamente me sirvió de cierta forma para sanar ciertas heridas que llevamos por dentro y que muchas veces no sanamos y acarréanos hacia el futuro.

La escritura es un impulso más, y uno bastante fuerte, para seguir avanzando en este difícil camino de ser un artista

-Partiendo de esa nueva labor generó bastante material, como poesía, relatos, monólogos… a partir de ahí se lanzó a publicar su primer libro de poemas, Delirios de poeta. ¿Qué puede decirnos de estos ‘Delirios’?

-Estos «delirios» son mi tormenta. Siempre me gusto escribir. Sabía que la emoción que sentía la podía transmitir muy bien al papel. Delirios de poeta es el vómito de mi otro yo, de mi sombra que necesitaba desahogarse, limpiarse, convertir en realidad lo que sentía, o lo que sintió en cierto momento, o lo que soñó y le generó una emoción.

La verdad, no busco definirme como un poeta, por esto mis textos escritos en este libro son solo mis delirios de serlo. El dolor, el desamor, la ansiedad, la angustia, la culpa y el extrañar están reflejados en mis letras. Me defino como un escritor traidor. Es el personaje del traidor el que escribe por mí, toma lo vivido, errores y aciertos de Jorge Abarzúa para plasmarlos en el papel y así quizás sanar, olvidar, o simplemente dejar algún legado de mi camino como artista en pro de un objetivo un tanto ambicioso pero real, el cual es la trascendencia.

En estos “delirios” hay también situaciones ficticias en las cuales narro acontecimientos inspirados en momentos vividos por mí, mis vecinos y amigos en el contexto pandemia y encierro. Las personas comienzan a relacionarse de otra forma, y esto conlleva a que expongan sus miedos y fantasmas en público, sobre todo cuando se genera caos en ciertas circunstancias, como por ejemplo asaltos, incendios de casas de vecinos, etc.

Si tengo que definir de alguna forma estos delirios de poeta, lo definiría como la historia narrada de un simple ser humano puesto en la adversidad del presente, con todos sus dolores y anhelos, que muestra su propia realidad de ciudadano de clase media puesto en el limbo de la vida.

Estoy actuando y desarrollando mi propio lenguaje en los videos musicales que junto a mi equipo, Can 60, producimos

-¿Qué ha supuesto para usted este salto de la escena y la música a la poesía o a la literatura en general?

La verdad, no lo veo como un salto, lo veo como el comienzo de un camino alimentado por esta habilidad que se mantenía oculta. Nuestro entrenamiento como actor a veces toma directrices que no teníamos planeadas, como la de ser escritor, y escritor por el simple hecho de que me gusta escribir. Mucha gente escribe, y lo hace hermosamente bien, los ayuda, a comunicarse o simplemente a desahogarse. En mi caso la escritura y este camino “ninja” como lo defino, me ha servido para darme cuenta que los sueños, para que se logren, hay que acercarlos a la realidad.

Jamás pensé en ser escritor, de hecho, mi mayor sueño es la música, tener una banda propia y girar por el mundo, es solo que veo la escritura como un impulso más, y uno bastante fuerte, para seguir avanzando en este difícil camino de ser un artista. En la búsqueda de preguntas para poder escribir mi primer libro, me encontré con una que me hizo bastante ruido la cual fue… ¿debo realmente lucrar con el arte? ¿Si el arte es sensación e impulsos, yo puedo lucrar con mi arte? ¿Puedo sacarle provecho monetario de alguna forma para poder subsistir solo?

La verdad es que me respondí a mí mismo, tomé la decisión de publicar mi primer libro, de forma completamente autodidacta, para tener algún ingreso a través de mi habilidad, aprovechando también el reconocimiento que me entrega “cantando aprendo hablar”. Así una cosa llevo a la otra, y el día de hoy me encuentro en esto, “resistiendo” desde el arte y sorprendiéndome día a día con las cosas que el universo me entrega para seguir adelante como humano y como artista.

-En estos momentos trabaja usted en un segundo libro de poemas titulado Paranoias de un traidor. ¿Por dónde camina la poesía que contiene este nuevo trabajo poético?

-Ha sido un proceso hermoso y doloroso al mismo tiempo. Para mí el amor, aunque todavía no tengo muy claro que es, o cómo se debe vivir, o quizás solo se debe acariciar y fluir con él, es un ámbito muy importante para mí, aunque mi personalidad reniegue de él. Paranoia de un traidor es un trabajo recopilatorio de todos mis textos escritos desde el 2020 hasta la fecha, y creo que esperaré unos meses más antes de terminar el proceso ya que queda año todavía y quedan heridas que sanar para poder escribirlas.

Camina por un cúmulo de sensaciones que no había sentido jamás en la vida. Ciertas personas aparecen en nuestras vidas para enseñarnos lo que sea, bueno o malo, aparecen, se quedan o simplemente se van, o las echamos, como se quiera mirar. Camina por el amor de un hombre hacia una mujer. En este libro presento dos personajes, una mujer, Elfa, y un hombre, mi Traidor. Camina por la sensación de soltar cosas del pasado para mantener las del presente. Camina también por el final de ciclo de un personaje, mi traidor, el cual esta mas menos inspirado en mis comportamientos y forma de llevar la vida y las relaciones humanas. Personaje que muere en este libro para dar inicio a otro ser escritor, el cual estoy definiendo y encontrando mientras avanzo con la vida.

-¿La poesía le ha proporcionado algo diferente a las otras actividades culturales que usted ha desarrollado hasta la fecha?

-Más que diferente, yo diría que renueva mis energías y me motiva a seguir el camino del arte. Mi educación como actor me ha hecho estar relacionado con los textos teatrales desde siempre, pero desde la vereda del que los interpreta. En ese sentido ser el que escribe y no el que los actúa es algo nuevo e interesante. Más interesante sería actuar mis propios textos, que tengo en mente también hacerlo, pero vamos paso a paso.

Algo que me llama la atención de esta nueva faceta como escritor, y es que, por un lado, el darme cuenta de que realmente las personas se emocionan al leerme, ya que me ocupo de lograr cierto feedback con la gente que lee mi libro para tener comentarios y saber que está provocando en el lector, y por otro, las puertas a conocer gente que en poco tiempo se han vueltos importantes para mí.

Siento también, y esto es a modo de confidencialidad, que con la habilidad de escribir puedo desarrollar mi yo seductor. A veces siento que mis deseos por repetir algún momento que me ha causado demasiado placer tienen riendas sueltas en mi escritura. El dolor causa placer. Hacer el amor causa placer. Comer causa placer. La adrenalina causa placer. Siento que con la actuación no me pasa tanto eso, ni con la música. Son placeres distintos en todo caso.

Me encantaría poder trabajar en alguna película o corto. El cine me llama mucho más la atención que la televisión

-Los monólogos es algo que en los últimos tiempos ha tenido una gran acogida por parte del público. Los relatos o, por ejemplo, la novela también suelen tener entre los lectores mayor aceptación que la poesía. Tras escribir dos libros de poemas, ¿tiene intención de compaginar la poesía con la narrativa? ¿Cómo ve ahora mismo su dedicación a la literatura?

-Pasa que, yo no solo escribo poemas, también narro mis sueños, al despertar los escribo y así logro narrarlos. También escribo monólogos, diálogos, cuentos y pensamientos. Delirios de poeta es un recopilatorio de todos esos textos.

Las historias más largas, como las novelas también me interesan. Tengo en mente y en creación cómo proyecto a largo plazo una novela de ciencia ficción. Historias paralelas de ciertos personajes que se ven relacionados con anillos que les otorgan poderes según su elemento, pero eso es a muy largo plazo. Por lo pronto estoy enfocado en el recopilatorio Paranoias de un traidor, en eso está destinada la mayor parte de mi escritura diaria.

Me gusta escribir cuentos también. En el nuevo recopilatorio publicaré un cuento que se llama los 20 malditos. Es un relato de dos espadachines samurái en un Santiago feudal (como si fuera Japón feudal), Zon y Xafer son los personajes, los cuales se enfrentan contra 20 entes malditos para salvar su aldea. Creo que lo bueno de ser escritor y querer desarrollar esta habilidad, es que con la creatividad que me potenció el teatro y la actuación, no me limito a escribir, es por eso que no me resulta tan difícil pensar en una idea y desarrollarla sin cuestionarla tanto. Así nace un relato, o un diálogo de desamor, o algún monologo dedicado a alguna duda existencial, etc.

-Usted también es actor profesional. ¿Actualmente tiene algún proyecto en este campo?

-Si soy actor de profesión, y la verdad solo estoy actuando y desarrollando mi propio lenguaje en los videos musicales que junto a mi equipo producimos. El rap y la música en general me han hecho tomar ese enfoque, el cual es generar propios videoclips, trabajados por nosotros desde la idea hasta la realización. Ha sido un camino difícil, pero nos encanta poder actuar en nuestros propios videos musicales. Sentimos junto a mi equipo Can 60, compuesto por tres profesionales, el actor y rapero Simón Leiva (e6), Arturo Hinojosa, ingeniero en sonido, Beatmaker (Can) y yo (Z0n), que cada vez más nos acercamos a nuestro sueño de poder vivir de la música y el arte integrado.

Me encantaría, por cierto, poder trabajar en alguna película o corto. El cine me llama mucho más la atención que la televisión. Siento que mi camino no es ser actor de televisión, o la verdad no me llama la atención trabajar en alguna teleserie, por lo menos por ahora. No así el cine y su lenguaje tan interesante. Me llaman mucho la atención los planos secuencia, de hecho, casi todos mis trabajos audiovisuales propios tienen como principal eje los planos secuencia.

-Por último, díganos, ¿le gustaría escribir para el teatro o un guion de cine para una película?

-Debo reconocer que, como actor, he intentado escribir obras de teatro, pero la verdad no me resulta. Diálogos de dos personajes y monólogos escribo, pero sostener una obra, creo que todavía no desbloqueo ese nivel. Quizás en un tiempo más tome todos los diálogos y los convierta en una obra, pero hasta este momento, son solo diálogos que tienen vida y espacio propio.

Lo que si me llama la atención es la dirección teatral. Mientras terminaba la escuela de teatro y al salir de ella también, le dedique mi tiempo a ser ayudante de muchos maestros del teatro nacional, asistiendo y actuando para ellos, entre los cuales podría nombra a la maravillosa Ema Pinto, cantante y actriz chilena; gran maestro y amigo mío Gonzalo Pinto, actor y director teatral, entre otros. Me encantaría colaborar en la escritura de una obra teatral, aunque me gustaría más actuar, así como lo que me pasa con el cine, mis ganas de actuar en una película la verdad súpera a las de escribir su guion.

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Archivo Entreletras

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