marzo de 2024 - VIII Año

‘Siddhartha’, la búsqueda interior de Hermann Hesse

El conocimiento del “yo” a través de la exaltación de la vida.-

Siddhartha fue publicado en el año 1922 por Hermann Hesse. Esta En esta corta novela inspirada en la vida de Siddhartha Gautama, Hesse no pretende reproducir fielmente la historia ni los mitos asociados al fundador del budismo. De hecho en la narración de la novela de Hesse se incluyen episodios inexistentes en la narración original. Estamos ante una de las obras más representativas del pasado siglo y que ha ejercido una gran influencia en la cultura occidental.

Esta novela fue concebida por el autor como una suerte de  ejercicio espiritual orientado al conocimiento del «yo» y a la exaltación de la vida, ya que es necesario saber quién eres para apreciar el valor real de las cosas. En una carta a Stefan Zweig, Hesse reconoce muy a su pesar: “¡uno se conoce tan poco!”.  En su viaje a Italia en 1903, el escritor profundiza en su convicción de que la literatura debe estar en un segundo plano con respecto a la vida. Ya que no quiere convertirse en un erudito escondido tras las hojas de un libro, más bien quiere ser un paseante, un vagabundo. Vivir sin preocuparse por nada, formar parte del latido de la vida y no ser un mero espectador de las horas que pasan.

«Y en ese mismo instante en que el mundo que lo rodeaba pareció desvanecerse y él se quedó solo como una estrella en el firmamento, en aquel momento de frialdad y de desánimo, se irguió un Siddhartha más sólido y fuerte, más consciente que nunca de su propio Yo.”

Hesse en 1905 por Ernst Würtenberger

En el año 1911 viaja a Ceilán e Indonesia, tratando de buscar una renovación espiritual, ya que no comulga ni con dogmas ni ortodoxias. Hesse entiende que el corazón del “hombre” siente un profundo anhelo de transcendencia. Pero defiende que la búsqueda de lo divino no debe privarnos de la vida, no podemos renunciar a ella durante el camino de búsqueda. Pero no debemos confundirnos, la materia no es deleznable, el paraíso se encuentra entre nosotros, en la tierra, Dios se halla en la naturaleza y por ende debemos escuchar nuestra voz interior.

“Cuando alguien busca, fácilmente puede ocurrir que su ojo sólo se fije en lo que busca; pero como no lo halla, tampoco deja entrar en su ser otra cosa; no puede absorber ninguna otra cosa, pues se concentra en lo que busca.”

El libro está dividido en tres partes, haciendo tal vez una clara referencia a los tres actos aristotélicos o a la trinidad. Esta división corresponde a la juventud, madurez y vejez del personaje. Siddhartha aúna en su viaje hacia la sabiduría: humanidad, desdicha, juventud y vejez, paz y angustia, codicia y ascetismo, riqueza y no pobreza… nos introduce en su mundo, su cultura y sus pensamientos, vemos como va evolucionando, cambiando para llegar a la plena sabiduría y como no, a la gran y tan esperada “verdad”.

Cada parte se divide en cuatro capítulos que forman escalones ascendentes, en total 12 espacios como los doce meses o los doce apóstoles. El libro termina con una explicación en términos cristianos de todas las conclusiones a las que llega el personaje, esto hace al libro más accesible al lector de la época.

En sus páginas, el autor ofrece todas las opciones espirituales del hombre. Herman Hesse buceó en el alma de Oriente a fin de aportar sus aspectos positivos a nuestra sociedad, ya que sostenía que «La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo.»

Siddhartha deja su vida acomodada para buscar la sabiduría y encontrar las respuestas a muchas dudas sobre el «yo», el destino y otras preguntas que se plantea el ser humano. Al dejar atrás su vida como hijo de un brahman, busca su propio camino, en este, nos va descubriendo cronológicamente  sus pensamientos y emociones con ellos nos suscitará infinitas reflexiones. En su búsqueda le acompañará su amigo Govinda. Ambos pasaran por distintas fases y estilos de vida, con nuevos renaceres.

«Esto es lo que me las hace tan entrañables y dignas de respeto: son mis semejantes. Por eso puedo amarlas. Y he aquí una doctrina de la que vas a reírte: el amor, Govinda, me parece la cosa más importante que existe.»

Por lo que este libro no solo habla sobre la vida del personaje de un modo aséptico, también habla sobre la amistad y el amor entretejiendo los principios budistas. Siddhartha es la encarnación del ideal budista sin ser el Buda (la palabra Buda se puede traducir como «el despierto», «el iluminado»). Este encuentra la sabiduría después de una vida plena en todos sentidos. Dicha vida se parece a la de cualquier hombre y en algunos momentos, los menos, es excepcional. En el libro Siddharta lucha en su búsqueda de la sabiduría y la felicidad, queriendo vencer el dolor, habla con el Buda, este le muestra su conocimiento de la doctrina y expresa el error que ha encontrado en ella. El maestro lo escucha, lo felicita, le desea lo mejor y al final le hace notar que también hay un error en su análisis, en sus palabras. Es decir, Hesse se da tiempo de jugar al abogado del diablo y ejercer la autocrítica.

“El saber es comunicable, pero la sabiduría no. No se la puede hallar, pero se la puede vivir, nos sostiene, hace milagros: pero nunca se la puede explicar ni enseñar.”

Nos encontramos, pues, ante una gran obra, corta pero intensa y difícil de reseñar debido a su aspecto intimista y su carácter introspectivo. Tiene párrafos para leer y releer, para reflexionar, por lo que cada lector sacará diferentes sensaciones al leer esta obra, y también dependiendo del momento vital en el que la lea, se sentirá identificado con Siddhartha.

Esta novela de Hesse, es una joya que todos deberíamos leer al menos una vez. Una novela que habla del yo y del ser humano, de distintos modos de ver y vivir la vida. Un libro para aprender y reflexionar. En definitiva un libro brillante.

Siddhartha. Hermann Hesse. Editorial DEBOLSILLO, 2020. 216 páginas.

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