abril de 2024 - VIII Año

‘Vegeto en ti’, de Carmen Aguado Hernando

Vegeto en ti
Carmen Aguado Hernando
Ediciones Vitruvio, 2023
60 páginas

La naturaleza y el entorno más apegado a ella ha sido y sigue siendo germen e inspiración de producciones artísticas y literarias. En la naturaleza buscamos espacios donde meditar sobre nuestro devenir o en los que reiniciar mente y espíritu. Para quienes habitamos esas ciudades cada vez más extensas, más pobladas y, como consecuencia, más ásperas en muchos sentidos, la naturaleza y el ámbito rural suele ser sinónimo de tranquilidad y sosiego, frente al ajetreo de la urbe en el que nos sumergirnos a diario. Por ello, sin caer en idealizaciones o exageraciones, intentamos encontrar lugares propicios que nos adopten. Confieso a priori cierta vinculación con el medio donde han brotado muchos de los deliciosos poemas de Vegeto en ti escritos por Carmen Aguado, así como una compartida inclinación por los temas que trata la poeta en las páginas de su nuevo libro.

Tras las dos citas de Walt Whitman y Charles Baudelaire respectivamente que sirven de pórtico al poemario, Aguado comienza reivindicando el mundo rural con un poema titulado ‘Huele a pueblo’. Basten unos versos de este primer poema del libro para intuir lo que nos van a brindar las páginas que leeremos a continuación : “Huele a leña en el pueblo / chisporroteando en los hogares / un fuego llameando ritos /…// Huele a recuerdos, / a colchas de ganchillo y macramé / con huso artrítico/…// A conservas, de recetas recuperadas / de un viejo arcón/…// Remotos aromas / añejos como vinos /que ningún perfumista / lograría descubrir…” En Vegeto en ti la escritora nos ofrece cuarenta y dos hermosos poemas, hilvanados con un lenguaje escogido y asequible a través del cual extrae toda la poesía de escenas o situaciones en las que la autora desea y consigue introducirnos.

Asimismo, en estos poemas de Carmen Aguado no solo hallamos a una autora que contempla con perspicacia la naturaleza, también una búsqueda del bagaje sapiencial que podemos descubrir en todo aquello que la conforma. Para la poeta una piedra es “altar”, donde consagrar “el amor absoluto”; un sencillo cardo puede ser metáfora de la dignidad; un pájaro carpintero escribe su impronta en la madera del árbol; una pequeña flor es humilde representación de la firme “pugna” por la existencia; una fuente “arteria filón de vida” o una mariposa “Invento: / de una ráfaga de viento”. De esta forma, para conocer hasta qué punto la escritora fusiona su sentir con la naturaleza, podemos acudir al poema ‘Banda sonora’: “Si quiero escucharte / he de camuflarme entre el paisaje…, // “Si quiero disfrutarte / he de convertirme / en instrumento de viento…/”

Por otra parte, en Vegeto en ti se observa una clara intención de plantear dilemas o cuestiones relacionadas con lo que acontece en la sociedad de nuestro tiempo, como el deterioro medioambiental. Muestra de ello es el poema ‘Obreras’ dedicado a las frágiles abejas, cuya presencia, como sabemos, pero quizá no apreciemos suficientemente, es fundamental para el ecosistema y para la existencia de los seres humanos, salvo que la ciencia encuentre una alternativa. Aunque, si se diera está última circunstancia, cantar la belleza de las abejas y la tarea que llevan a cabo, como hace Aguado, tiene en todo caso un elevado sentido poético.

Del igual forma, apuntar que en poemas como el señalado con anterioridad la poesía de Aguado tiene un cierto carácter prosaico. En ellos, la poesía está en el trasfondo del poema, no tanto en la expresión lingüística del mismo. Es ahí donde radica su atractivo. Son poemas que responden a un doble propósito, reclamar la atención y agitar la conciencia del público lector ante determinados temas que no deben pasar inadvertidos. De este modo, en el discurso temático que confiere entidad al poema, encontramos una poesía cívica conectada con problemas de la realidad actual. Al ya mencionado ‘Obreras’, podemos añadir los titulados ‘Perros de caza’, ‘Pueblo en fiestas’ o ‘Vía Pecuaria’.

Otros poemas, por el contrario, poseen un tono evidentemente más lírico. Poemas espléndidos, como ‘El arroyo’, ‘Espantapájaros’, el que da título al libro: ‘Vegeto en ti’, ‘Amanecer’ o ‘Verano’. Sin duda, la mayoría de los poemas del libro responden a esta tipología.

Los versos de Aguado se nutren del abundante material poético que capta en el mundo que le rodea, pero los elementos o aspectos de la naturaleza presentes en Vegeto en ti son, sobre todo, motivo para abordar diversos temas o asuntos que la poeta intercala en el poema. Así, por ejemplo, en el poema ‘El temporal’, Aguado toma como referencia un temporal de nieve para hablarnos de la pérdida; de “la memoria para los actos bienhechores”; de la caducidad inevitable de los seres vivos (entre los que se cuentan los árboles) y la capacidad de renovación: “La estrategia de la tierra toma su iniciativa / levanta acta en hojas perennes / renueva su mobiliario obsoleto”. Igualmente, el poema ‘Tormenta de verano’ es una oportunidad para tratar el auge e impulso del amor, “el más bello estallido / de pulsaciones desorbitadas”.

Habitualmente integrado en la naturaleza, el mundo rural, con sus luces y sombras, es origen en Aguado de poemas como el titulado ‘Serano’ (Tertulia nocturna que se tiene en los pueblos, según la RAE) donde leemos versos como los siguientes:

Las lenguas ventiladas
potencian los bostezos,
relajan por unas horas
la inquina retorcida
que sigue actualizada por generaciones.
Entre las enaguas y el mandil,
ocultan sus secretos pecaminosos.

Según avanzamos por las páginas de la obra, seguimos leyendo poemas que conmueven, como ‘Amapolas’; alguno con un acento místico como el que lleva por título ‘Desapercibido’; ‘Cumbre vieja’, dedicado a la erupción del célebre volcán de la isla canaria de La Palma; el que nos traslada a la montaña más elevada de la madrileña sierra de Guadarrama, ‘Peñalara’; los poemas sobre las cuatro estaciones del año o ese otro donde las ‘Cigüeñas’ son las protagonistas y en el que la poeta concluye:

Contemplad el mundo aprisionado
en el círculo abismal,
acomodado en el afán del poderío
y amaréis la infatigable
perseverancia de los nómadas.

Autora de los poemarios Entre el valle y el asfalto (2016), En la piel curtida de los sentidos (2018) y La herida se cura con un beso (2021). Ahora, la poeta madrileña Carmen Aguado nos ofrece Vegeto en ti, una obra que supone la reafirmación de su voz poética, donde se nos invita a reflexionar sobre la significación de la naturaleza, ámbito al que solemos acudir para obtener serenidad y respuestas. Más de cuarenta poemas que Aguado ha confeccionado teniendo como telón de fondo esa sierra tan querida para la poeta, un afecto que muchos compartimos, la sierra de Guadarrama. Por ello, para poner punto y final a la presente recensión, nada mejor que citar los últimos versos del libro correspondientes al poema ‘Remembranza’:

Dejaste tu alama estacionada
en la falda de la sierra,
en los surcos de los guijarros
que decoran la floresta bucólica,
paraíso intocable
dónde sólo se atreve a rozarla
un hada con varita
en misión reparadora de ornato.

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