junio de 2025

«El exilio científico: una etapa interminable de una España errante (II de IV)

Daniel CosÍo Villegas

Las contradicciones en la acogida

El principal apoyo a la II República de México fue diplomático, así en el marco de la Sociedad de Naciones SDN desde octubre 1936, el delegado mexicano Narciso Bassols denunció ante la Asamblea General la intervención de Italia, Alemania y Portugal. El sucesor de Bassols, Isidro Fabela, defendió la legalidad de la venta de armas, petróleo y alimentos a la II República, lo que generó profundas tensiones en la sociedad mexicana, muy polarizada en torno a la política cardenista hacia la guerra civil. Daniel Cosío Villegas, en octubre 1936 inicia el Proyecto Operación Inteligencia, presentado a Cárdenas por Luis Montes de Oca presidente del Banco de México, siendo aceptado en diciembre. El presidente Juan Negrín envió a México a Juan Simeón Vidarte en septiembre 1937 para sondear la disposición a recibir a varios millares de exiliados en caso de derrota.

En abril 1938 el gobierno de México expresó públicamente su disposición a “abrir sus puertas a todos los españoles que necesitaran trabajo y asilo”. En agosto 1938 culmina la Operación Inteligencia con la Creación de la Casa de España. Cárdenas comisionó a Bassols en Francia para que preparara la inmigración de varios miles de refugiados a México. El Gobierno de México acepto hacerse cargo de los fondos depositados por la República en el exterior a fin de evitar que pudieran ser reclamados por Franco (SERE y JARE). En abril 1939 el Gobierno de México hace pública su decisión de recibir a millares de exiliados republicanos, provocando un agitado debate. La oposición conservadora la consideraba una maniobra del régimen cardenista para repoblar el país con individuos afines a su ideología.

Es necesario añadir algunos matices a ciertos tópicos respecto a la acogida de los españoles en México:

1) Su recepción NO fue unánimemente complaciente por motivos económicos y políticos. Respecto a la importancia cuantitativa: había muchos españoles en México antes del Sinaia. En cuanto a la cualitativa, cabe reseñar que había anteriormente también intelectuales en México antes de la llegada de los republicanos. Por ejemplo, sólo los periódicos afines al gobierno como El Nacional lo apoyaron. Otros periódicos como El Universal consideraban que era un error económico, porque ni la agricultura, ni la industria, tenían capacidad para absorberlos, al coincidir en el momento con mucha repatriación de obrero mexicanos desde EE. UU. debido a la crisis económica. También era un error político porque los exiliados eran agitadores profesionales, según la prensa conservadora, agresivos vándalos, sin respeto por las normas sociales, por lo tanto, escoria social dispersada por la guerra.

2) Desde mediados del S XVIII llegan mucho inmigrantes españoles, principalmente cántabros y vascos. En finales del S XIX se les unen los asturianos, siendo un grupo económicamente poderoso e influyente, siendo denominados popularmente gachupines (poderosos económicamente, católicos, prepotentes, incultos, avaros y crueles).

3) Respecto a la importancia cualitativa, hay que recordar que ya había intelectuales en México antes de la llegada de los republicanos, algo constante desde la independencia. Por ejemplo, José Zorrilla (poeta romántico) nació en Valladolid, pero vivió en México durante 11 años desde 1850, aunque escribió sus principales obras con anterioridad en España, siendo durante este período director del Teatro Nacional y hombre de confianza del emperador francés Maximiliano I de Habsburgo; Pelegrín Clavé y Roque, pintor nacido en Barcelona, viajó a México en 1846, donde vivió 21 años, donde organizó los estudios de pintura, y fue un valorado retratista por las élites locales, siendo director de la Academia de San Carlos de México o Valle Inclán, donde pasó una temporada en 1892 colaborando con la prensa como El Universal, El Correo Español de México y la Crónica Mercantil de Veracruz, volviendo a España al año siguiente, luego la vida intelectual mexicana había tenido ya muchos contactos con España en el S XIX.

De izqda. a dcha.: Pelegrín Clavé y José Zorrilla

En el Sinaia había 600 campesinos, 400 obreros, 50 intelectuales, 150 individuos que se dedican a diversas actividades y 600 parientes de los anteriores, entre mujeres, niños y ancianos. Por lo tanto, ni todos los exiliados republicanos fueron intelectuales, ni todos los inmigrantes anteriores eran analfabetos. Muchos intelectuales vinieron posteriormente por otros medios. Inicialmente el gobierno mexicano estaba interesado en aumentar la mano de obra en el país.

Contradicciones de la imagen de España en México: Por una parte, hay una visión conservadora, la historia de México comienza con la conquista, así la España católica es un modelo que imitar (hispanoamericanismo); Por otro lado, la visión liberal, donde la esencia de México son las civilizaciones prehispánicas, mientras la España católica es el oscurantismo y la crueldad, siendo el país de la Inquisición y de la Leyenda Negra, con lo que ven en EE. UU. el modelo a seguir (Panamericanismo). En la época de Porfirio Diaz aparece una amalgama entre estas dos visiones, donde la herencia española se instrumentaliza como un seguro frente al expansionismo de EE. UU.

La llegada de los republicanos cogió a la sociedad mexicana además con una cierta confusión contradictoria entre las dos visiones enfrentadas de los españoles en México, por un lado, la tradicional hispanofobia de las clases populares se vio enfrentada a una emigración que era de los “suyos” (clase trabajadora), mientras que la hispanofilia de la clase alta conservadora tuvo que enfrentarse al reto de unos españoles que ideológicamente eran más bien rojos, ateos y masones.

Por ejemplo: algún periódico conservador se lamenta de que se dé mejor trato a los refugiados españoles que a los judíos. “Numerosos intelectuales españoles, varios de gran prestigio arribaron a Veracruz, y fueron admitidos inmediatamente por las autoridades. Muy distinta fue la suerte de los 104 hebreos que venían en el mismo barco y a quienes, nos obstante corren más peligro que los refugiados hispanos, las autoridades se negaron a admitir como inmigrantes como indica El Universal Gráfico, 12 de junio 1939. La colonia española se decantó de forma clara y mayoritaria del lado franquista, como se puede observar en un anuncio del Universal Gráfico de 3 de marzo de 1939.

En todos los centros regionales, así como en el casino se izó la bandera nacionalista y se entonaron los himnos de Falange y Requeté. Los españoles radicados aquí, en su mayoría, cerraron sus establecimientos comerciales para congregarse en los diversos centros sociales de la colonia. Así el Casino Español, el Centro Asturiano, el Círculo Vasco Español, el Centro Vasco, la Casa de Galicia y el Orfeo Catalá rápidamente fueron invadidos por sus socios. A las trece y media horas, fue colgada del corredor alto la enseña roja y gualda. La bandera fue saludada con un ¡Viva España! por los presentes que cantaban el himno de Falange, pero no produciéndose manifestaciones quedando sólo circunscrito a los centros hispanos.

Finalmente, la prensa conservadora, pasado el susto de los puños en alto del Sinaia, comienza a mostrar una postura favorable hacia los republicanos españoles. Comienza también a ser visible, aproximadamente a partir del verano de 1939, el interés de los diferentes centros regionales españoles en México por colaborar en el establecimiento en el país de los “otros españoles” en las mejores condiciones posibles. El efecto del exilio en la imagen de España en México nunca volvería a ser la misma, fue una extraña amalgama entre lo viejo y lo nuevo que, en vez de simplificar los estereotipos, los hizo más complicados.

La acogida en medios académicos y la contratación de profesores por la Universidad Autónoma de México UNAM se llevó a veces con poco tacto para los profesionales mexicanos. Los bajos salarios del profesorado universitario autóctono y fuera de algunos nombres de gran relevancia académica, la solución fue redondear sus salarios con un dinero extra en general que pagaría la recientemente creada Casa de España. La interpretación inmediata fue que el gobierno mexicano (el presupuesto de la Casa de España dependía del Estado) estaba pagando más a los españoles por el hecho de ser españoles, cuando no por el de ser rojos. El problema mayor surgió con los médicos republicanos y el Sindicato de Médicos Cirujanos del Distrito Federal, que se oponía a un programa de acogida de refugiados impulsado por la izquierda mexicana, aunque las carencias eran evidentes.

Lázaro Cárdenas (presidente de México 1934-1940): ofreció ayuda mientras duraba la contienda y se decidía el futuro de la República, y en previsión de que fuese derrotada. En la primavera de 1937 ya viajan 500 niños, hijos de republicanos a Morelia.

En posteriores artículos se completará este proceso de acogida.

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