marzo de 2024 - VIII Año

Ateneo de Madrid: el placer de rendir cuentas

Suele ser un sentimiento común el de temor a rendir cuentas. No tiene sentido; hacerlo nos permite que se valore el trabajo hecho dadas sus circunstancias, favorables unas, donde mal caben las disculpas, desfavorables otras, donde lo hecho merece mayor aprecio por la dificultad imprevista.

Las cuentas del Ateneo de Madrid tras estos 200 años son un motivo de satisfacción para todos los que, con la humildad de nuestra aportación, hemos contribuido a llevar a buen término aquella utopía de 92 ateneístas iniciada un 14 de mayo de 1820. También la de los 232 que en 1835 lo refundarían, tras su cierre por decisión absolutista de Fernando VII, gracias al espíritu ilustrado de su viuda. La historia del Ateneo es la historia de una ilusa tarea: convertir lo que se denominaba despreciativamente como «quimeras» haciendo de ellas lo actuales «derechos humanos».

Citemos algunas: erradicar la esclavitud racial y la sexual; hallar “topos” para esa «utopía» de llevar la cultura a un país con una elevada tasa de analfabetismo como primer paso para alcanzar la plenitud intelectual que nos hace seres humanos. El espíritu de la ilustración: «todo para el pueblo, pero con el pueblo» sigue rigiendo el Ateneo; cada día hay dos actos, cuando no hay tres en los que, gratuitamente, se ofrece lo mejor que tiene cada ser humano: compartir los conocimientos. esa «valor inmaterial» que tenemos todos. Una tarea que busca compartir el mejor patrimonio que a cada uno nos ha dado la fortuna: la cultura recibida de la que otros han sido privados injustamente.

Creció el número de «trabajadores de la viña», a quienes no nos importaba que la mies fuera mucha, reto que se vence trabajando más; con humildad y con tenacidad sembrando el presente no con vanas promesas que como los suspiros becquerianos «son aire y   van al aire», sino de la simiente real del trabajo hecho, con humildad, con perseverancia, y con tenacidad que soporta los golpes por su alta resiliencia. Aquí está el fruto del trabajo de dos siglos, pero también de dos años aquejados por un contexto imprevisible y dramático, el de esta pandemia que ha desencuadernado el mundo.

Hombres de gran talla se encuentran entre sus muchos socios; no pretendieron ser más que eso: socios satisfechos con sus humildes aportaciones, libres de ese ridículo espíritu de vana autoestima propio de los mediocres que se creen “redentores». No es ése el espíritu ateneísta; no lo será jamás. Sus presidentes fueron todos profesionales que habían acreditado su calidad humana y profesional. Gente seria; los «redentores» tiene vida breve: el domingo de gloria; sólo enraíza lo que se ha sembrado con cuidado; la cultura cuyo fruto es la libertad, un fruto cuyo objetivo es dar.

El Ateneo fue un precursor de las ONG; su esencia ética es la dación de lo creado difundiendo «las ciencias, las letras y las artes por todos lo medios a nuestro alcance» (Art. 2). Los 92 sabían que vivían en un mundo injusto, de «listos, de «espabilados», de especuladores. El Ateneo nació para acabar con ese mundo de «caciques» y «capos» que medran en, corrupción y fraude de ley.

Para acabar con ello se crearon las Secciones y Agrupaciones; para aunar la colaboración de los socios de buena voluntad. Moret creo la Escuela de Estudios Superiores y surgieron tertulias diversas. Y se crearon las  Conferencias de Extensión Universitaria al servicio de quienes, víctimas de la injusticia no podían alcanzar ni a la más mínima instrucción. Ex ministros daban clases gratis en el Ateneo. Hoy parece que su preocupación son las puertas giratorias. Los socios enseñaban gratis los idiomas que conocían. Hoy está en marcha un proyecto de enseñar las lenguas oficiales que los socios quieran empezando por el gallego y el latín, nuestra común lengua vernácula, junto al griego y al árabe, dejando aparte al vasco.

Si hay algo que caracteriza a los socios es su lealtad con el Ateneo; su demostración constante de su ánimo de colabora en esa tarea de difusión de lo que cada uno sabe, año tras año. Una lealtad que acredita la elevada edad de muchos socios que, jóvenes como el primer día, con más de 80 años y algunos aún centenarios siguen en el Ateneo haciendo lo que han hecho toda su vida:  colaborar.

Es, sin duda, un valor ejemplar para quienes que en un mundo de comunicación telemática no parecen apreciar el valor del contacto personal cuya necesidad han revelado la limitación de movilidad. El hombre, mujer o varón, tiene en el Ateneo ese espacio de comunicación personal cuya ausencia notan los jóvenes, sin lugar para poder disfrutar de él, donde a la diferencia de edades se suma la interdisciplinariedad de los socios y  por todo ello enriquece el contacto.

Hace casi un año, el actual Presidente del Ateneo, Juan Armindo Hernández Montero agradecía a aquellos 92 personas decentes y providenciales el fruto de su obra (EL PAIS, 14.05.2020). Ese bicentenario coincidía con el de Concepción Arenal, defensora del derecho de la mujer a la igual instrucción que el varón y de la clemencia con el delincuente no pocas veces tan agresor como agredido; son dos conceptos que hoy son derechos humanos. En este mes de abril el Ateneo le rendirá testimonio con la conferencia que pronunciará el Dr. Vázquez Vaamonde y la reedición de su libro “La mujer del provenir”, patrocinado por la Xunta, que se entregará a todos los asistentes.

La pandemia nos ha arrasado el proyecto del II Centenario pero la vitalidad del Ateneo no ha decaído; siguen las conferencias, dos cada día, sino tres. Coincidiendo con el I Centenario de Galdós se celebraron varias conferencias y editaron dos libros. Galdós fue un luchador de la libertad frente a la injusticia por la vía de los sentimientos. Con Manso sufrimos su frustración en la instrucción de la mujer (El amigo Manso); criticamos con él la falta de justicia y esa falsa caridad que no comparte lo que tiene, sino que aún niega lo que le sobra (Marianela); rechazamos al «ruin», al «pícaro» que prospera; al que abusa de la buena fe ajena (Fortunata), etc. Fueron obras escritas en la biblioteca del Ateneo, una pura joya, desde la que se soñó el mundo que perseguimos; uno decente, leal, libre de miserias, de la vanidad del poder o del lucro mercantil que, carente de ética, busca el poder y el beneficio privado. El Congreso Mundial de Ateneos tendrá que ser telemático, algo posible gracias a la renovación de nuestros recursos tecnológicos; eso nos permitirá compartir el espíritu de los Ateneos españoles, luso y ultramarinos en su búsqueda de la libertad por la cultura.

Un ciclo de conferencias recordó los 80 años del fallecimiento de Azaña; la Vicepresidente Calvo lo clausuró. Fue una triste e injusta muerte, aunque yazga en viejas tierras del reino de Aragón. En ese mismo ámbito político y social nos habló sobre el esquema autonómico del Presidente el PSC, Sr. Iceta, hoy Ministro, y el Presidente del Gobierno sobre la Unión Europea.

La figura de Amigos del Ateneo busca incorporar al niño y al adolescente inquieto que no pueden ser socios. Con 10 €/año podemos enviciarlos en la cultura; crearle un «mono» que lo “esclavice” toda su vida con el alegre regalo de esa felicidad que nace de las artes. Conciertos, cine y obras de teatro, le acercarán a la cultura y lo hará libre. Y la empresa con espíritu social, a través de los Amigos, podrá sumar a sus empleados y clientes a nuestro objetivo: difusión de la cultura.

Hemos recordado en la prensa, radio y televisión a muchos socios: Manuel Becerra, Pastor Díaz, Echegaray, Menéndez Pidal, Álvarez-Buylla, etc.; también en INFORME SEMANAL y en diversas películas sobre Unamuno o Galdós aparece el Ateneo ligado a sus obras. El pasado 15 tuvimos en un pase privado para Socios y Amigos una película de Buttoni sobre Galdós. Y aun celebramos en 2020 el V Centenario de la vuelta al mundo que amplió lo descubierto en América y verifico que la tierra no es plana, como aun hoy dicen los necios.

Y en el quicio del año 2020/21, para estimular a las mujeres a estudiar carreras de Ciencias, Tecnología y Matemáticas, tuvo lugar la exposición “Mujeres ingeniosas”, con más de medio millar de visitas pese a las limitaciones de movilidad y la nevada Filomena.

El pasado 18 de marzo, dentro de los actos del Bicentenario, se inauguró el I Centenario de Pardo-Bazán con la conferencia del Prof. Paz Gago de la Universidad de A Coruña: “De Marineda a Madrid: lugares reales e imaginarios en la obra de Pardo-Bazán”. El día 22 de abril la Dra. Marilar Aleixandre, de la Real Academia Gallega titulada «Emilia Pardo-Bázán, dueña de su destino y de sus sentimientos» y está prevista para mayo la presentación de una edición crítica de «Insolación» a cargo de nuestro consocio Miguel Losada González.

El día 23, día del Libro, se hará público el ganador I Premio de Literatura del Ateneo (Novela), un concurso cuyo éxito anticipan las 343 novelas de España, Hispanoamérica y los EEUU que incluyen obras de muy alta calidad; también el nombre de las tres personas distinguidos por toda una vida dedicada a «las ciencias, las letras y las artes«.

Se inicia mayo con tres conciertos los días 6, 7 y 8, fruto del convenio entre el Ateneo de Madrid y el Conservatorio Superior de Música de Madrid para la promoción de los jóvenes intérpretes egresados y acercamiento de la música al público juvenil más próximo a la edad de los intérpretes. Esta actividad se suma a los conciertos habituales de la Sección de Música en los fines de semana propios en los que el 29, actuaran aún más jóvenes intérpretes, los del Conservatorio Profesional de Música «Federico Moreno Torroba», que también debutarán en el mismo salón donde Falla y Granados estrenaron sus obras y donde debutó Teresa Berganza.

Dentro de este Bicentenario se incluye el I Centenario del contraalmirante Lobo, socio del Ateneo al que se dedica un ciclo de conferencias además de los actos del Ateneo de Cádiz, que nos ha honrado al incluirnos en el Comité de Honor del Comité en recuerdo de tan insigne marino.

El 14 de mayo, día en el que se cumple el primer año del ya III Centenario que estamos recorriendo, tendrá lugar el acto académico múltiple de entrega del I premio de Literatura, con la obra ya editada y de los tres galardones de reconocimiento a una vida dedicada a los tres objetivos del Ateneo: una carrera científica, una carrera literaria y una carrera artística.

A finales de año, concluido ya el año del bicentenario, se celebrará el II Centenario de Nicomedes Pastor Díaz Corbelle (14.11.1821), ilustre socio que conjugó su actividad política como ministro de varios Gobiernos con su activa vida literaria y de mecenazgo de otros escritores como Pedro Antonio de Alarcón,  también socio del Ateneo.

Estas son muestras cuentas, las del bicentenario; las de un Ateneo dinámico, activo, pleno de la misma juvenil ilusión de sus socios reforzada por la experiencia; inmune al paso del tiempo por el que ya transita camino de los 300 años. Con este legado rendimos cuenta acreditando qué significa sumar; qué significa dejar en marcha a un Ateneo al que ningún virus puede doblegar. Su triunfo es, sobre todo el de haber dejado de ser la isla en el océano de la incultura, el oasis en desierto de la ignorancia. Si hoy el Ateneo ya sólo es el decano de este proyecto en una sociedad que desborda una actividad cultural tal que su oferta es inabarcable, ése es otro motivo de satisfacción.

Pero el Ateneo es, además, un lugar de encuentro, de relación para el intercambio de ideas, donde saciar esa necesidad cuyo valor hemos descubierto con las limitaciones a la movilidad: la necesidad del contacto humano, de socios jóvenes y viejos, antiguos y modernos, habladores y oyentes; de altos y bajos; de gordos y flacos; de mujeres y varones; de nacionales y extranjeros, de rubios y morenos; de … todos, sin excepción.

La Presidente del Ateneo de Valencia y de la Federación de Ateneos de España nos ha propuesto para el premio Princesa de Asturias de la «Comunicación y Humanidades». Es una propuesta que si nos honra tras dos siglos de actividad incansable, nos hace sentir símbolo de la tarea ilustrada desarrollada por tantos otros Ateneos creados en tantos pueblos y capitales de provincia de España, también en Iberoamérica, enajenados por idéntico espíritu de amor a la libertad a través de la cultura. El que animó el movimiento «regeneracionista» de Costa, el «krausismo» de la Institución Libre de Enseñanza, el que sigue vivo en el Ateneo, plataforma irreductible del librepensamiento, que si no es libre, no es pensamiento.

El art. 13 del Reglamento del Ateneo dice que «reconoce y ampara el derecho de todo socio para profesar o emitir cualquier suerte de ideas políticas, religiosas y sociales, por radicales que sean u opuestas a las profesadas por los demás«. No hay límite previo a las ideas. El tiempo, juez incorruptible, diferenciará al desatino de lo juicioso, como ha hecho siempre. En el Ateneo se consagró la democracia. La Constitución de la II República declaró em 1931 la igualdad de derechos entre la mujer y el varón nosotros la habíamos declarado a finales del S. XIX. hecho realidad. Demostramos que la libertad nace del conocimiento y la cultura. Ésa es la tarea sin fin que, con menos respaldo del que la sociedad le debe, realizó el Ateneo durante 200 años y está en camino seguir aún más allá de los 300 años; ¡ya sólo faltan 99!

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