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El ‘Águila’ ha alunizado. 50 años de la llegada del ser humano a la Luna

El 20 de julio de 1969, el módulo lunar Eagle (Águila) de la nave espacial Apolo 11 alunizó en la superficie lunar. 6 horas y 40 minutos más tarde, los astronautas Armstrong y Aldrin descendieron del LEM, convirtiéndose así en los primeros seres humanos en pisar la Luna. Eran las 22:56 en Houston (Texas), las 3:56 en España. Primero salió Armstrong y 19 minutos más tarde Aldrin.

Por Francisco J. Castañón*.- / 21-Julio-2019

Aldrin Gazes at Tranquility BaseAldrin en Base Tranquilidad (Foto NASA)El domingo 20 de julio de 1969, hace ahora cincuenta años, la humanidad, representada por dos astronautas estadounidenses, llegó por primera vez a la Luna a bordo de una nave espacial. A las 20:17:39 horas UTC (Tiempo Universal Coordinado), el comandante del Apolo 11 Neil Armstrong y el piloto del módulo lunar (LEM) Buzz Aldrin se posaron en el Mar de la Tranquilidad a bordo del Eagle (Águila), nombre que le habían puesto al LEM del Apolo 11. Armstrong se convertiría así en la primera persona en pisar la superficie lunar. Lo hizo más de seis horas después, a las 02:56:15 horas UTC del 21 de julio. Aldrin se unió a él 19 minutos más tarde.

Los astronautas tuvieron que esperar para salir del módulo lunar al horario de máxima audiencia en la mayoría de las televisiones de los EE.UU. Control de Misión, ubicado en Houston (Texas), les sugerió que durmieran, pero los astronautas se dedicaron a hacer fotos desde el LEM. A las 02:56:15 horas UTC del 21 de julio Neil Armstrong se dispuso por fin a salir, eran las 22:56 en Houston y las 03:56 en España. Millones de personas vieron el acontecimiento en directo por sus televisores o lo oyeron por la radio. Aquí pudimos verlo a través de TVE, retransmitido por la inconfundible voz del entonces corresponsal de la cadena en Nueva York, Jesús Hermida.

Una anécdota. Buzz Aldrin salió 19 minutos después de Armstrong. No fue porque se lo ordenaran, sino porque se dio cuenta que la puerta del LEM no tenía palanca para abrirla desde fuera y estuvo buscando algo con lo que atrancarla. De haberse cerrado la puerta de manera inesperada no hubieran podido volver a entrar, con las trágicas consecuencias que habría tenido algo así. Asimismo, en un principio estaba previsto que Aldrin fuera el primer hombre en pisar la Luna, ya que era el piloto del LEM, pero luego la NASA cambió de opinión y concedió ese honor a Armstrong.

Como dijo Armstrong cuando pisó la Luna, aquello fue un pequeño paso para él pero, sin duda, ‘un gran paso para la humanidad’. En efecto, desde que Colón llegara a las costas del continente americano y Juan Sebastián de Elcano concluyera la circunvalación de la Tierra que había emprendido con el portugués Magallanes, la llegada de los tripulantes del Apolo 11 a la Luna ha sido la mayor hazaña lograda hasta ahora por la humanidad.

El éxito de la misión Apolo 11 significó la culminación del programa espacial norteamericano. El esfuerzo sin precedentes de una nación enfrentada a la extinta URSS, no solo en una inacabable Guerra Fría sino también en la denominada carrera espacial. Una competición que durante una década habían dominado los soviéticos, desde el lanzamiento del mítico Sputnik, el posterior vuelo de Yuri Gagarin o con el lanzamiento de la primera mujer en llegar al espacio, Valentina Tereshkova.

La llegada a la Luna fue el anhelo de un país, pero también el empeño del malogrado presidente John Fitzgerald Kennedy. Primero en mayo de 1961 en el Congreso y, más tarde, en septiembre de 1962 en la Universidad William Marsh Rice de Houston (Texas), JFK expuso su firme propósito de ‘llevar un hombre a la Luna y traerlo de forma segura a la Tierra’, ‘hacerlo en esta década’ (la de los 60) y llevar a cabo este proyecto ‘no porque sea fácil, sino porque es difícil. Esa fue su apuesta, algo que finalmente se conseguiría bajo el mandato de uno de sus más enconados adversarios políticos, Richard Nixon.

El épico viaje del Apolo 11 a la Luna fue el resultado de un proyecto de la NASA en el que trabajaron 400.000 personas, entre científicos, ingenieros, técnicos de todo tipo, incipientes informáticos, etc. Supuso un punto y aparte en la aventura espacial, emprendida a finales de los años 40 del siglo pasado, y el tercer peldaño de un programa iniciado con el proyecto Mercury, continuado con el proyecto Géminis, que acercó a los EE.UU a los avances alcanzados por la URSS en el espacio, y seguido del proyecto Apolo. Este último supuso la conquista de la Luna.

Los astronautas del Apolo 11 recorrieron los 380.000 kilómetros que separan la Luna de la Tierra en una estrecha e incómoda nave, cuya instrumentación tenían menos capacidad que la de cualquier smartphone que hoy llevamos con nosotros. La nave espacial fue lanzada el 16 de julio de 1969 desde la plataforma 39A de Cabo Kennedy (Cabo Cañaveral), Florida, en un impresionante Saturno V, un cohete basado en el misil alemán V2, diseñado por el controvertido ingeniero Von Braun que desde el fin de la II Guerra Mundial trabajaba para el programa espacial de los EE.UU.

Antes de que la hazaña del Apolo 11 fuera posible se probaron muchas cosas y se realizaron numerosos ensayos. Se enviaron decenas de animales al espacio antes de enviar hombres, la más famosa fue la perrita rusa Laika, porque los científicos, americanos y soviéticos, querían saber que podía ocurrirle a un ser vivo en el espacio. Algunos pensaban que un ser humano, literalmente, podría explotar en el espacio exterior.

Los programas espaciales no solo tuvieron un elevadísimo coste económico, también se perdieron vidas, como las de los tres astronautas fallecidos durante un accidente sucedido en una prueba en tierra del Apolo 1 (Virgil I. ‘Gus’ Grissom, Edward H. White y Roger B. Chaffee) o las de los cosmonautas soviéticos Vladímir Mijáilovich Komarov y Valentín Bondarenko. Por contra, los programas espaciales han aportado adelantos tecnológicos en muy diversos campos, como la medicina, telecomunicaciones, informática,…

Exceptuando a Valentina Tereshkova, los astronautas americanos o los cosmonautas soviéticos fueron todos hombres, la mayoría pilotos de pruebas militares. Hubo algunos intentos de enviar mujeres al espacio a principios de los años 60, como fue el fallido proyecto Mercury 13 en los EEUU. Tras el vuelo de Tereshkova, las rusas tuvieron que esperar 19 años hasta que otra mujer, Svetlana Savítskaya, fue lanzada al espacio en 1982. En cuanto a las americanas, no sería hasta 1983 cuando saldría al espacio la primera mujer estadounidense, Sally Ride, ya en la era de los Transbordadores espaciales.

Destacar aquí la participación de España en el programa espacial americano, muy relevante desde sus inicios. Más aún du
rante el vuelo del Apolo 11 y el alunizaje del Eagle
. Antes que en ningún otro lugar del planeta, las palabras de Armstrong y Aldrin fueron escuchadas en la estación de Fresnedillas de la Oliva (Madrid), a través de una colosal antena que hoy puede verse en Robledo de Chavela (Madrid) apodada ‘la Dino’. Asimismo, la estación de Maspalomas en Gran Canaria jugó también un papel importante.

Tras el vuelo del Apolo 11 otras misiones consiguieron llegar hasta la superficie lunar entre 1969 y 1972. El astronauta Eugene Cernan, en la misión Apolo 17, fue el último de los 12 hombres que han pisado la Luna hasta el momento. Como es conocido, debido a una avería la nave Apolo 13 no pudo completar la misión prevista. Sin embargo, los tripulantes del 13, al pasar por la cara oculta de la Luna para tomar impulso y regresar a la Tierra fueron los seres humanos que han viajado más lejos en el espacio, algo más de 400.000 km.

Para quienes no creen todavía que el Apolo 11 y las siguientes misiones llegaran a la Luna, a pesar de los cientos de kilos de rocas lunares recogidos, las fotografías aportadas por la NASA y que la URSS, en su momento, fuera el auditor más escrupuloso del éxito de aquellas misiones, comentar que la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter que órbita alrededor de la Luna tomando datos y fotografías en alta resolución, ha captado los lugares de alunizaje de las misiones Apolo, donde puede observarse los restos de los módulos lunares, las mochilas de los astronautas e incluso los senderos dejados por quienes tuvieron el privilegio de pasear por la Luna. Sondas lunares de China, India y Japón también han captado estas imágenes.

En nuestros días, la exploración de nuestra galaxia tiene como objetivo a medio plazo viajar a Marte y promover el turismo en el espacio. Tres de los grandes multimillonarios del planeta están desde hace tiempo en el ‘negocio’ del espacio: Jeff Bezos, Elon Musk y Richard Branson. Por su parte, la NASA se plantea volver de nuevo a la Luna, ir a los asteroides y llegar a la superficie de Marte. El nuevo proyecto se llama Orión. Lo que vendrá en las próximas décadas del siglo XXI se asemeja a la ciencia–ficción. Más pronto de lo que quizá pensamos, la nave Orión impulsada por los supercohetes SLS viajará adonde ningún ser humano ha llegado jamás. Como escribió Carl Sagan, ‘nos hemos demorado demasiado en las orillas del océano cósmico. Por fin estamos listos para partir hacia las estrellas’.


* Francisco J. Castañón es autor del libro ‘Pisadas en la Luna. De Apolo 11 a Orión, explorando el espacio’ de próxima aparición en Ediciones Vitruvio

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