Por Miguel Ángel Rodríguez*.- | Septiembre 2017
Lo que en estos momentos se llama ‘cultura de defensa’ no es otra cosa que conocer, querer y respetar a nuestras Fuerzas Armadas por lo que representan, y porque son la garantía de la salvaguarda de nuestra libertad y de nuestra seguridad. Hace unos meses Agustín Conde, secretario de Estado de Defensa, compareció en el Congreso. Allí defendió la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas con capacidad para ‘defender los derechos y libertades frente a cualquier amenaza externa, la integridad del país y el mantenimiento de la paz‘. Continuó diciendo: ‘los que creemos que tenemos un gran país que ha construido grandes cosas, que ha levantado una sociedad ejemplar en muchas cosas y en el que se vive mucho mejor que en la mayoría de sitios del mundo, queremos tener la capacidad de defender eso y que nadie imponga un modo de vida a los españoles distinto del que defendemos. Para eso están las Fuerzas Armadas, para que a mi hija no le ponga un burka nadie. O para que no destruya nadie el hospital que con tanto esfuerzo se ha construido‘.
Esto fue en contestación a Podemos que, como integrante de la izquierda más radical, siempre ha criticado el gasto en nuestra Seguridad y en nuestra Defensa, aún a sabiendas de que eso supone tener un país más débil, menos protegido y que garantice menos la seguridad de sus ciudadanos. Suscribo la frase final de su contestación cuando dice: ‘Algunos parece que quieren un país cuanto más débil mejor. Otros queremos un país fuerte, sólido, seguro y con capacidad de disuasión‘. Una capacidad de disuasión que se resume perfectamente en la famosa frase de Vegecio: ‘Si vis pacem para bellum‘. O lo que es lo mismo: ‘Si quieres la paz, prepara para la guerra‘.
Porque ya no se entiende la libertad y la seguridad sin la Defensa. Tras los recientes atentados yihadistas en España y en el resto de Europa, y ante las potenciales amenazas para nuestro país provenientes de la zona del Sahel, es necesario abordar el aumento de presupuesto en Defensa. Para conseguir ese país fuerte, sólido, seguro y con capacidad de disuasión hace falta menos buenismo y más presupuesto. Es cierto que en esta lucha no estamos solos y los españoles debemos valorar en su justa medida la ‘Política de Seguridad y Defensa Común’ en el ámbito de la Unión Europea.
Por ello algunos expertos señalan que España, por su historia y por su posición geoestratégica, debería hacer un esfuerzo por estar a la cabeza de dicha Política de Seguridad y Defensa Común. Para aspirar a ejercer ese liderazgo también hace falta un mayor esfuerzo presupuestario en Defensa, porque no sólo España gasta menos que otros países de su entorno en esta partida presupuestaria sino que, además, existe una especie de complejo que lleva a esconder el grueso del gasto en Defensa entre otras partidas. Opino que en esta cuestión no debería existir controversia entre los partidos.
- * Miguel Ángel Rodríguez es Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Ciudad Real y en la Diputación Provincial, Licenciado en Derecho y Diplomado en Altos Estudios de la Defensa, ha sido Senador en la X Legislatura