mayo de 2024 - VIII Año

La necesidad de pensar y la filosofía como herramienta esencial

Existe un culto a la ignorancia; la presión del anti-intelectualismo ha ido abriéndose paso a través de nuestra vida política y cultural, alimentando la falsa noción de que la democracia significa que mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento.
Isaac Asimov

En la actualidad muchos entienden que la filosofía tiene una importancia relativa. Una minoría exigua sigue pensando en la filosofía como epistemología, metafísica, como el primer principio del conocimiento.

La formación o mejor aún, la construcción ciudadana, se basa en aforismos, dogmas, en la concepción de los hechos amasados y moldeados por el medio, los usos y las costumbres, que constituyen el corpus de la mediocridad. Los colectivos humanos avanzan a la deriva, en busca de subsistencia, placer, comodidad, sin ningún proyecto de vida.

Las nuevas corrientes de pensamiento avanzan con la Inteligencia artificial, creada y alimentada por la inteligencia natural, tal vez y solo tal vez, sería más preciso denominarla inteligencia tecnológica. También nos encontramos con las biotecnologías, como esencia justificada de lo que es el ser humano, nuevos movimientos sociopolíticos, la proliferación de las ONG, el retorno a la religión, la ocultación, el desconocimiento o simplemente la existencia de los miles de millones de seres humanos en la miseria, producto de la explotación, la esclavitud, el neocolonialismo económico, los derechos de los animales. Nuevos conceptos para resolver viejos problemas o recuperando conceptos olvidados para atender a la actualidad y la inmediatez que vivimos, los filósofos del siglo XXI se sumergen en las nuevas corrientes. Desde el concepto de vivencias y bienestar, hasta el nuevo feminismo, desde las supuestas nuevas concepciones de la sociedad, hasta las neurociencias.

El humanismo de nuestro tiempo debe mirar hacia la unidad dialéctica entre el mito y el logos, la filosofía debe buscar la verdad que se manifiesta a través del conocimiento y que en algunos casos permanece oculta en los niveles no conscientes de las propias personas y para ello debe desvelar, desocultar y recurrir a la razón que significa quitar la venda impuesta; apartar ese opaco manto nuboso de los dogmas religiosos y de las ideologías políticas oscurantistas que se visten de orden, seguridad y consumo y de los absolutismos, cualquiera que sea incluso los científicos y de otras ideologías latentes y sacralizadas, absurdas y cuando no, propias de la mediocracia medieval.

Aportar luz al no consciente oscuro, recuperar la verdad, utilizar la razón, y un lenguaje claro, más allá de cualquier uso interesado en la transformación del idioma.

Hay que hacer coincidir la palabra con su sentido y etimología y el concepto con su esencia y su contenido, es misión esencial de la ética de los valores que debe alumbrar un mundo más libre, tolerante y humano.

Ya pensaba Maquiavelo que había un fondo de maldad, en la naturaleza humana. Para contrarrestar esto existe la razón como base fundamental de la educación.

Si bien en la actualidad, desde una perspectiva pragmática, se busca el máximo desarrollo de las capacidades y talentos humanos en la vida como es lógico, es evidente que la reflexión también interesa para vencer la mediocridad.

Frente al relativismo ético, la inmediatez digital y mediática, la comodidad que brinda el vivir vegetando, el pasotismo, pero también la violencia como producto del individualismo extremo, una sociedad racional, coherente, debe de ser fundamentada en los derechos humanos, el racionalismo y la convivencia en el espacio público.

La filosofía sirve para generar valores cívicos, como algo a practicar en la vida cotidiana, por parte de todos los que se integran en la ciudadanía. No es simplemente teoría, es una propuesta para una armonización universal de la vida. Las discrepancias en las opiniones e ideas o planteamientos se deben de abordar desde la sana discusión y el dialogo, manteniendo una actitud de respeto intentando empatizar y comprender al otro desde la discrepancia, pero también mediante el uso de criterios basados en la razón, en la pregunta, o en el cuestionamiento.

Las preguntas filosóficas son infinitas y ello hace que la gente tenga que reflexionar y llevar a cabo un autoanálisis, de tal manera que, al extraer sus propias conclusiones, pueda encontrarse preparado para defender sus derechos ante el supuesto interés externo, que pretenden que sean ignorados.

Además, el quehacer filosófico es una actividad del pensamiento crítico y constructivo y contribuye a eliminar cualquier clase de prejuicio, mediante el libre examen de sí mismo.

Ángel Gabilondo, destacaba que: “La filosofía es la historia del pensamiento, de la generación de determinados conceptos, la visión que procuran y sus efectos y funcionamiento. Pensar no es una mera actividad mental, comporta todo un modo de hacer y proceder que requiere conocimiento”.

“Es decir, pensar es una disciplina que debe trabajarse como precisamente propone Kant, desde la experiencia y el conocimiento, pasando por el filtro de la razón”.

 Recuperada la sustentación racionalizada de la verdad y de la praxis y la realidad, nos encontraremos en la esencia psíquica profunda, el espíritu. Un espíritu que, en la tradición de la filosofía expresada por Hegel, ha dado en llamarse espíritu objetivo.

El espíritu libre, laico e incluso envuelto en la magia psíquica, es el resultado racional y epistemológico de la esencia del ser humano, tanto como entidad individual, como célula de la sociedad.

Teniendo en cuenta, que el ser humano debe hacer uso permanentemente del pensamiento libre, en todo momento, como herramienta para vencer la mediocridad, podríamos concluir este aspecto, en que no existe el ser auténticamente libre, sino combate continuamente la inercia hacia la ignorancia, siendo arrastrado por los grandes comunicadores de masa para hacerlo vegetar entre adormideras en el consumismo, la comodidad y el dogmatismo interesado.

“Los hombres luchan por su servidumbre como si fuese su libertad”
Baruch Spinoza

La sociedad se vertebra en torno aquellos que son capaces a través de personalidades narcisistas, a contener a sus integrantes para evitar que el conocimiento sea capaz de despertarlos y así poder conducirlos como a un rebaño para servir a sus intereses, de tal manera que la filosofía representa para ellos, una gran amenaza.

“Una sombra proyectada por la sociedad es por esencia imitativo y está perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismo reconocidamente útiles para la domesticidad”

“Es preciso aclarar que proceder con un estilo “rebaño” es parte de la vida humana, estudios sociológicos sostienen que somos seres sociales y que estamos formados mediante patrones establecidos, es decir, todos hemos tenido un comportamiento “mediocre” en algún momento de nuestras vidas, lo que sí es preocupante es que esa conducta se convierta en un hábito”.

“El hombre mediocre no tiene ideas propias, sino que piensa y dice lo que otros dicen. Aunque puede tener “talento” o “buenas cualidades”, sean estas intelectuales o artísticas, ellas no le garantizan su autonomía y creatividad. El hombre mediocre puede poseer “talentos”, pero esto no quiere decir que los desarrolle y que los llegue a perfeccionar”.
José ingenieros

Por otra parte, el enfoque humanista de la salud mental existe desde hace décadas. Sin embargo, es una forma de pensar que hace hincapié en el individualismo y su capacidad de cambio.

Pero no extiende su pensamiento a la sociedad, o simplemente a los demás. El egoísmo forma parte vertebral de su personalidad y se centra más en la experiencia solo subjetiva de la persona y en cómo ésta se siente y experimenta el mundo, en lugar de, en el comportamiento observable y en los procesos cognitivos subyacentes.

¿Es posible acaso pensar en una sociedad avanzada, sin la práctica de una racionalidad?, ¿es posible acaso el progreso de la humanidad, sin estimular el pensamiento crítico y el ejercicio del análisis filosófico?, ¿existe la posibilidad de conseguir un mundo mejor, sin un análisis contante de cada acto, mediante un pensamiento libre?

¿Como podemos entonces afrontar el cambio con el advenimiento de la Inteligencia artificial? ¿Como podemos entonces afrontar el cambio climático, si nos estamos enfrentando al cambio con el desarme del pensamiento filosófico, imbuido en la mediocridad y el futuro solo lo constituyen mentiras, información falsa (fake news), supuestos que solo se expresan mediante la ilusión de voluntades moribundas?

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