La sociedad del miedo
Heinz Bude
Herder Ediciones, 2025
167 págs.
¿”Puede funcionar a la larga la limitación mediante la eliminación del límite?, se pregunta el autor luego de acudir a una cita a propósito de una cuestión financiera enunciada por Mario Draghi: Cueste lo que cueste. Y creedme, será suficiente”.
Es curioso, y al tiempo muy interesante, este dilema-planteamiento que encontramos aquí expuesto, y que el propio autor ayuda a entender —con su didáctica política implícita— a propósito de lo que bien pudiera ser una de las formas de manifestación del miedo dentro de la timorata y acomodada sociedad heredera de la edulcorada civilización occidental sin saber lo que queda de ella.
“A los hombres perdidos que con unas barcas no apropiadas para el mar tratan de llegar de África a Europa por vía marítima desde luego que no se les quiere echar la culpa de su terrible destino, pero (el subrayado es mío) se tiene miedo de abrir las compuertas a unos flujos de migración que parecen no acabar nunca. Así es como la empatía con unos individuos particulares (repárese: ‘unos individuos particulares’) se asocia con el miedo a la masa”. ¿Acaso, cabría pensar, que el miedo, en efecto, es una pulsión que pudiera derivar de una sospechosa pulsión natural de difícil racionalidad? El autor de este libro considero que plantea esta especie de premisas con una intencionalidad veladamente irónica pero, al tiempo, valiente.
Con relación a la cuestión anterior, expone un poco más adelante un nuevo tema: “Musulmanes europeos que se dan a conocer como tales o a los que se reconoce como tales tienen la sensación de que, de golpe, se los considera extranjeros en su propio país. La cuestión del velo islámico, suponiendo que uno se atreva a plantearla, enseguida puede convertirse para una musulmana en un test sobre su grado de emancipación”. Y leemos a modo de respuesta: “La única respuesta puede ser: ‘yo soy como soy’”. Con lo que podría quedar orillado, de algún modo, el juicio implícito recibido: un símil de miedo.
De ahí que el autor exprese: Semejante exotización del otro cambia toda la escena para aquellos a quienes se mira. Y, aclara: “No es una mera mirada de desconfianza la que se les lanza, sino que en ella hay más bien un miedo latente”.
Así pues, lo que de una manera aleteante —en cuanto a existencia velada— se comenta, o denuncia, es hasta qué punto los parámetros de conducta podrían, en el fondo, ocultar lo que, de un modo más extenso y elucidatorio expuso ya en su día, tal vez, Jean Delumeau en su libro, tan didáctico, ‘El miedo en Occidente’ circunscrito a los siglos XIV-XVIII. No tan lejanos, ay.
Relexiones convivientes para un análisis sociológico perviviente.
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