Drácula, la nueva película de Luc Besson, se estrena en cines el 21 de noviembre de la mano de Vértice 360.
Basada en la novela original de Bram Stoker, publicada en 1897 y adaptada en más de un centenar de ocasiones en series y películas, el director francés Luc Besson se recrea en la reinvención del clásico y presenta un nuevo enfoque de la historia del famoso vampiro en la que el terror y el amor insobornables se dan la mano.
Los actores protagonistas son: Caleb Landry Jones (Dogman, Tres anuncios en las afueras), en el papel del vampiro, mientras que Christoph Waltz (El maestro del crimen, Django desencadenado), Zoë Bleu (Gonzo Girl, Signs of Love) y Matilda de Angelis (La increíble historia de la isla de las rosas, Veloz como el viento) completan el reparto.
Argumento
El príncipe Vlad II, conde de Drācul (Caleb Landy Jones), ve morir a su amada y renuncia a Dios. Su condena será la vida eterna, la imposibilidad de morir. Obligado a vagar en solitario a lo largo de los siglos o acechando desde su castillo de los Cárpatos la reaparición de su amor, se ha convertido en un ser cruel e infame, horrible de contemplar pero cuya llama sigue viva.
Así es el nuevo relato sobre la historia de amor jamás contada. Y en ella el terrible vampiro, que desafiará al destino y a la muerte, encuentra por fin su amor perdido y mostrará lo mejor de su alma.
Una estética muy cuidada
Los Cárpatos, Londres, París. Drácula es, ante todo, una gran aventura, una experiencia estética para los ojos del espectador: por sus paisajes góticos, sus trajes suntuosos y toda la belleza espeluznante que rodea a ese ser trágico, encantador y profundamente humano que lleva ya 4 siglos pudriéndose mientras espera a su amor.
Rodada en Finlandia y París, el actor Caleb Landry Jones trabajó el acento rumano que caracteriza a Drácula.
A pesar de su duración (dos horas y 12 minutos), la película se hace corta. Un gran disfrute de principio a fin.












