abril de 2024 - VIII Año

Norberto Bobbio, más marxiano que marxista

Derechos del hombre, democracia y paz son tres momentos necesarios del mismo
movimiento histórico: sin derechos del hombre, reconocidos y protegidos
no hay democracia; sin democracia no se dan las condiciones mínimas
para la solución pacífica de los conflictos. En otras palabras, la democracia
es la sociedad de los ciudadanos, y los súbditos se convierten en ciudadanos
cuando les son reconocidos algunos derechos fundamentales; habrá paz estable,
una paz que no tenga la guerra como alternativa, solamente cuando seamos
ciudadanos no de este o aquel Estado, sino del mundo.
(Teoría general del Derecho, Norberto Bobbio)

bobbio1Siento un profundo respeto por el pensamiento de Norberto Bobbio (1909 – 2004). Este jurista, filósofo, ensayista, profesor y teórico del pensamiento político es una figura admirable, serena y que defendió como pocos la democracia. Entre sus ideas, que gustaba repetir una y otra vez, está el respeto al orden constitucional, así como el rechazo de los métodos antidemocráticos y la crítica a la corrupción que tanto y tan profundamente daña la vida política.

Tuvo una vida intelectual dilatada. Murió a los 95 años y hasta el final se mostró no sólo activo sino enérgico en su crítica al terrorismo y a las corruptelas que iban socavando el clima democrático en Italia y que han dado lugar a formaciones próximas al fascismo y al populismo que hoy la gobiernan.

Pasaré ahora a comentar su relación con el pensamiento de Karl Marx. Bobbio era un dialéctico convencido. Creía que había que ser más marxiano que marxista ¿qué significaba esto para él? En primer lugar que había que valorar las aportaciones y las perspectivas que abrió, la vitalidad del pensamiento marxiano pero, al mismo tiempo, había que discutir determinados aspectos, reinterpretar no pocas de sus ideas y enfrentarse con vigor y con audacia, no exenta de respeto, a los aspectos poco desarrollados o incompletos de algunas de sus teorías como la del Estado.

Entre los planteamientos, que creo deben ser repensados de Bobbio, está su posicionamiento nítidamente favorable al compromiso histórico italiano y a vincular socialismo y democracia. Algunos, tras la aparición en 1984 de El futuro de la democracia, lo han considerado nada menos que ‘el filosofo de la democracia en el mundo contemporáneo’. Si bien no es posible detenernos en este punto, convendría preguntarse qué entiende Bobbio por democracia. Nada más pero nada menos que la búsqueda crítica de consensos, una participación de los ciudadanos en las decisiones públicas y la alternancia en el poder.

NorbertoBobbioEs hora de aproximarnos a la crítica y reflexión sobre el pensamiento marxiano que de forma sistemática llevo a cabo Bobbio en distintas obras. Ahí está para probarlo De Hobbes a Marx 1965, así mismo, tiene un notable interés su obra La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político (1977 – 1ª Edic. castellano) que recoge las ideas que desarrolló durante un curso de Historia del Pensamiento Político, cuyo capítulo XIII está dedicado íntegramente a Marx.

Por otro lado, sus polémicas, afinidades y contrastes sobre el pensamiento de Karl Marx son constantes en su dilatada obra. Me parece particularmente interesante que Carlo Violi, bajo el título Ni con Marx ni contra Marx, publicó en 1997 una compilación de 18 ensayos sobre Marx y el marxismo de Norberto Bobbio.

Antes de abordar los planteamientos del filosofo turinés con respecto a Marx, citaré someramente, que pese a provenir de una familia filo-fascista piamontesa, formó parte de la resistencia antifascista como integrante del movimiento Giustizia e Libertà.

Nunca fue un marxista ortodoxo sino que podríamos calificarlo de marxiano heterodoxo. Sus estudios sobre Historia del pensamiento político, le fueron granjeando un prestigio creciente. Sus ensayos y planteamientos en la Revista Occidente, aparecida en Milán y que años más tarde recaló en Turín, dan sobradamente cuenta de ello. A través de sus páginas se vislumbra como uno de los precursores de una Europa unida, surgida de la ruina y destrucción tras la Segunda Guerra Civil europea. Mencionaré de pasada, que fue un crítico implacable de ese auténtico cáncer llamado Berlusconi y que fue compañero de pupitre de Cesare Pavese con quien compartió el entusiasmo por los clásicos anglosajones.

tgderechoComo es sabido, en filosofía tiene tanto o más sentido formularse preguntas que responderlas. Norberto Bobbio, lleva a cabo una crítica implacable, netamente dialéctica a lo largo de su extensa producción intelectual. Así se atreve a preguntarse ¿existe una teoría de las formas de gobierno en el pensamiento político de Marx? Esta pregunta escuece y no es habitual entre los exégetas del pensamiento marxiano. Por otra parte, en ninguno de los numerosos textos de Karl Marx aparece de forma detallada una tipología de las formas de gobierno. Es de destacar, por otro lado, que Marx no escribió ninguna obra dedicada específicamente al problema del Estado, por lo que sólo podemos obtener pinceladas de pasajes breves de sus obras de economía, historia o política.

Karl Marx, en lo que se refiere a la relación entre sociedad civil y Estado tiene una posición abiertamente antitética a la de Hegel.

El Estado se ha identificado con la justicia (PLATÓN), con el bien común (ARISTÓTELES), con la felicidad de los súbditos (LEIBNIZ), con la libertad (KANT) o con la máxima expresión del ethos de un pueblo (HEGEL). Karl Marx, por su parte, considera al Estado como un instrumento de dominación. Marx por extraño que pueda parecer, es heredero de las tesis de Maquiavelo, para quien el Estado era, sobre todo, un instrumento de poder. El Estado es siempre un instrumento de clase y en cuanto tal, el portador de un poder férreo y ostensible. Por eso, afirma que puede modificarse la forma de ejercer el poder pero no la naturaleza de éste.

Otro aspecto sobre el que se han vertido ríos de tinta es ¿qué entiende Marx por democracia directa? Hay que interpretar, una vez más, al viejo de Treveris. Bobbio se decanta porque no es aquella forma en que cada uno participa directamente en la deliberación colectiva sino que más bien radica en la democracia electiva con revocación de mandato.

Parece cierto que lo que se propone Marx es posibilitar el proceso de extinción de cualquier posible forma de gobierno, esto es la transformación de una sociedad estatal en otra no estatal.

Sirvan las anteriores apreciaciones y comentarios para contemplar cómo se puede dialogar con Marx, confrontando puntos de vista e interpretándolos. De hecho, estoy convencido de que la renovación, actualización y vigencia del pensamiento marxiano ha de forjarse sobre la crítica e interpretación de las agudas y brillantes ideas que formuló.

Seguir considerando a Marx como un icono y comentarlo desde posiciones rígidamente inmovilistas, no sólo conduce a una renuncia tácita, a entender y transformar el presente sino a la melancolía. Por otro lado, el propio Karl Marx es, también, contradictorio. En algunos textos lleva a cabo análisis pormenorizados y hasta exhaustivos, en tanto que en otros, de carácter más ligero su prosa está llena de sobreentendidos y de alusiones.

democraciaHe elegido a Norberto Bobbio porque me parece un pensador de altura intelectual, de reciedumbre moral, de probada honradez y de un inequívoco compromiso con los valores republicanos.

Hago esta afirmación porque durante estas últimas semanas las noticias que nos llegan de Italia son altamente preocupantes. Matteo Salvini, por ejemplo, voy a atreverme a no ser políticamente correcto, es un fascista. En estos tiempos de posverdad, de manipulación y donde tantos individuos acríticos se muestran huérfanos y desnudos de todo conocimiento del pasado y condenados, por tanto, a vagar erráticamente por el presente, no está de más releer y analizar, con rigor, algunas de las aportaciones esenciales de Bobbio. Por si lo anteriormente expresado no fuera suficiente, durante toda su vida defendió con un tesón encomiable los derechos humanos y la paz.

Si me preguntaran ¿qué hay que leer de Norberto Bobbio? Responderé sin vacilar que junto a los libros que ya han aparecido en este breve ensayo, me parecen de actualidad y de interés ¿Qué es socialismo? (1976), donde se adelanta a análisis y concepciones en boga, años más tarde, así como El tiempo de los derechos y La duda y la elección: Intelectuales y poder en la sociedad contemporánea. Por último me sigo considerando de gran valor su obra Ensayo sobre la ciencia política en Italia, que viene a ser nada menos que un excelente compendio de su pensamiento sobre esta materia.

Obviamente, un artículo de estas dimensiones constituye sólo una aproximación al pensamiento de Norberto Bobbio, en el mejor de los casos. El lector ha de confrontar estas ideas y análisis con sus propias apreciaciones. Lo que parece cierto, no obstante, es que Bobbio en cientos de sus páginas dialoga con Karl Marx, mostrándose en todo momento más marxiano que marxista, respetando profundamente la obra del viejo de Tréveris, pero atreviéndose a criticarla abiertamente y a interpretarla donde considera que los postulados son insuficientes o dudosos.

Termino señalando que sólo quienes se atreven a repensar a Marx y a enfrentarse, sin prejuicios a su pensamiento crítico, están en condiciones de hacer nuevas aportaciones que resulten útiles para orientarnos en este proceloso presente, donde la explotación se efectúa bajo otras formas más sofisticadas… pero probablemente sea más lacerante que nunca.

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