abril de 2024 - VIII Año

Algunas notas para la biografía de Antoniorrobles

En estos días que traemos al recuerdo los libros y sus autores, no me podía olvidar de la figura de Antonio Joaquín Robles Soler (Antoniorrobles) -de quien ya lo hiciera alguna vez-; sin embargo, en el amor y en el afecto, el exceso no sobra. Y lo hago con sus propias palabras, escritas allá en México, en el año de 1964: Notas de una autobiografía de Antoniorrobles (“La bruja doña Paz”, Edit. Miñón, Valladolid, 1981)

“¿Mi autobiografía?… ¡Ah!, es una cosa muy sencilla. Lo único complicado es el año en que nací, que ya se va quedando muy lejos. La verdad es que no se me logró nacer en el siglo XX. Ya tenía dos años cuando apareció el siglo actual. Nací en Robledo de Chavela, y a los once meses me llevaron al Escorial, donde he vivido a diez leguas de Madrid –hasta que se celebraron mis bodas madrileñas-; y luego nos trasladamos a México en 1936. Mi vida juvenil fue a la sombra de aquel monasterio –octava maravilla del mundo- donde existe el “San Mauricio, de El Greco, el mejor lienzo del mundo, respondiendo claro está, a mis apasionados prejuicios. Empecé a escribir cuando era joven. Siempre me gustó más ofrecer obras que florecieran en mi imaginación, que el resultado de unos hondos comentarios de la crítica. Empecé escribiendo para adultos –mejor dicho: para mí-; pero un director de periódicos infantiles me pidió colaboraciones, si es que mi imaginación valiera para ello. Y como había leído apenas las obras que desde tiempos pasados venían realizándose, rebajé de estatura –digámoslo así- mi imaginación, y con esfuerzo de la mente conseguí relatos que, reunidos en algunos tomos, uno me lo premiaron como “el mejor libro del mes” y otro en el Concurso Nacional de Literatura de España. Al terminar la guerra hispana llegué a México; y como algunos conocían mi nombre por esos premios, se me encomendaron oficialmente conferencias sobre literatura infantil. Entonces se me encargaron algunos cursos de dicha literatura, y he ofrecido conferencias en Nueva York, Puerto Rico y Cuba y diversos estados mexicanos, además de los diferentes cuentos que referí por la radio…”

Les voy a decir el nombre de algunas de las conferencias que pronunció Antoniorrobles, bajo el título: “¿Se comió el lobo a Caperucita”? Seis conferencias para mayores con temas de Literatura Infantil que, conservo como oro en paño y, en otra ocasión daremos a la luz. Son estas:

-¿Pensaba Andersen en los niños?
-¿Pensaba Esopo en los animales?
-¿Dónde está la moral de Alí Babá?
-¿Dónde está la dulzura de Amicis?
-¿Se comió el lobo a Caperucita?

No hay mucho sitio en un artículo para publicar completo los textos de estas conferencias, que son escritos extraordinarios. Puede –no sé si existe-, pero una publicación de sus obras completas, sería un ejercicio de dignidad y reconocimiento al precursor de la literatura infantil moderna en España. Sí puedo y debo reproducir algunas de las palabras de presentación de Alfonso Reyes, a saber:

“Manda el mejor precepto retórico escribir únicamente sobre lo que se ama. Pocos satisfacen este precepto en la medida de Antoniorrobles, especialista en el alma y la literatura infantil. No sólo escribe, siguiendo su vocación sobre lo que ama, sino sobre lo más amable que existe para todos los hombres. Esto no significa que en el niño no pueda haber gérmenes feroces. Lo sabíamos desde San Agustín, que observa con amargo despego los gestos y los gritos de la criatura cuando reclama su alimento. Los analiza Freud hasta la crueldad, cuando obliga, nos obliga a apreciar el descubrimiento y los primeros estallidos de la “líbido”en la edad más tierna. Pero en estos primeros amagos de ferocidad del hombre como en las del tigre, cierta gracia que le redime, y ofrecen aquella suavidad que anima a corregirlos. Porque entiéndase que en ninguna literatura es más íntima la clásica relación entre lo útil y lo dulce, que es en la literatura infantil. Y esto sólo puede lograrlo quienes son poetas y hombres buenos en el grado de Antoniorrobles…”

Eduardo Tejero Robledo (“Nuestro Antoniorrobles”, Madrid, 1996. Asociación Española del Libro Infantil y Juvenil. Selección, edición y bibliografía de Jaime García Padrino, pp.238) nos aclaraba: “¿Qué hubiera sido de la Literatura para niños y jóvenes, sin el corte de la Guerra Civil, cuando venían pisando fuerte escritores como Elena Fortún, Salvador Bartolozzi, ¿Antoniorrobles? ¿Clásicos indiscutibles en la Literatura infantil española, como lo denominaba el editor?

ANTONIO JOAQUÍN ROBLES SOLER (1895-1983), de Robledo de Chavela (Madrid), fue un fabulador singular para el mundo del cuento, además de tener la condición de original dibujante que repartió con profusión en la prensa de los años 20-30, antes del exilio en México. De nuevo la competencia del profesor García Padrino ha reunido a vivos y a muertos y una completa bibliografía de los textos de Antoniorrobles para niños, jóvenes y adultos. Luego la voz de quienes valoraron su irrupción novedosa y a la zaga de las vanguardias, como en “las 18 greguerías “, a modo de prólogo que escribió Ramón para “El archipiélago de la muñequería (1924) primer libro del tertuliano del Pombo. Hay otras voces para el elogio, recuerdo y olvido: Ridruejo, Pérez de Ayala, León Felipe, Arturo Medina; mientras que Manuel Andújar, Felicidad Orquín abogaban por la necesaria recuperación de un clásico, que se le consideraba como el iniciador de la moderna literatura infantil española…”

Sería un 18 del mes de agosto del año de 1895, cuando vería la luz nuestro autor en el madrileño pueblo de Robledo de Chavela. La condición de su padre Félix Robles, prestigioso médico en la zona rural donde ejerció su profesión, hizo que se le trasladase al cercano pueblo de San Lorenzo del Escorial, donde pasarían los primeros años, al pie del Monasterio. Y entre el pueblo serrano y Madrid, pasarían sus primeros años. Una mañana fría del 23 de enero de 1983 fallecería en su casa de San Lorenzo del Escorial. Uno de sus buenos amigos Miguel Alonso Calvo (Ramón de Garciasol), asiduo en las vacaciones a San Lorenzo, nos decía: “Antoniorrobles vino a cegar y morir en España, ¡tardes del Escorial! Nos contaba que don Alfonso XIII, muerto en el exilio, viendo el lucillo que aguardaba a sus restos en el Panteón de los Reyes del Monasterio escurialense, comentó, con buen humor: “Ahí no quepo yo”. Otro de sus buenos amigos, Manuel Andújar, transterrado como él en México, recordaba en el primer enero (1984) del año de su desaparición (Manuel Andújar. Signos de Admiración. “Antoniorrobles en el recuerdo”. Instituto de Cultura. Diputación Provincial de Jaén. 1986): “No veía ya Antoniorrobles, y le mortificaba las cosas, no distinguía las formas y rasgos de sus prójimos, los chiquitos, no podía contemplar la arquitectura majestuosa de su entrañable Monasterio de San Lorenzo del Escorial, no percibía el lenguaje canoro de los rostros, la suma de órdenes cósmicos que tanto amó. No escuchará más, en el verano, en su recoleto jardín, el vuelo y los gorjeos de los gorrioncillos, de los “gurriatos”, el rumor de la yerba cuando la brisa la ondula y acaricia, el mensaje de los árboles veteranos en la sombra estremecida que proyectan el anochecer…”

Le he querido dar voz, en este primer contacto, al propio autor, a los amigos que han compartido retazos de su vida. Hemos empezado la aventura en México. Y, como no podía ser de otra, hemos andado los primeros pasos, desde Robledo de Chavela, hasta San Lorenzo del Escorial, en estos esbozos tomados a vuela pluma. En próximas entregas iremos recorriendo los avatares de aquel señero escritor que se rodeaba de gatos e iba tocado de boina serrana, sonrisa y bondad perenne. En uno de sus libros “La bruja doña Paz”, del que se enorgullecía al autor: “Ansío que la bruja de mi cuento –pese a que las brujas perdieron parte de la antigua invención por el vuelo de los aeroplanos- pueda tener autoridad para no borrar esta frase mía: El día que todos aprendamos a perdonar, ya no habrá que perdonar a nadie.”

Mi hijo mayor, Daniel, que aún no sabía leer, pero se lo leía su padre; sí supo llenarlo de dibujos infantiles, en los espacios en blanco: trenes, aviones de colores, a los que llamaba “viová”. Otro autor, Rafael Alberti, que hubo también de exiliarse, sí los conoció, y le hicieron mucha gracia las ilustraciones al cuento. Y le regaló, en forma de dedicatoria, en un libro suyo, aquella paloma que él pintaba. Me lo dijo Alberti, sabiendo mi condición de paisano: “Le hubiera encantado a Antoniorrobles, estas sugestivas ilustraciones de tu hijo para su cuento. A él y a su magnánima esposa, Angelines, que no tuvieron hijos de carne y hueso…”

Algunas notas más…

SI bien la obra “El refugiado Centauro Flores” de Antoniorrobles, pertenece ya a la etapa del exilio mexicano, y en esta segunda entrega nos vamos a centrar cronológicamente, desde el año 1895 hasta el año de 1930, he querido reproducir este párrafo, correspondiente al capítulo –perdón por la redundancia- “Capítulo aparte” (Edito. Finesterre. México, 1966. Pág.117); porque entre las abundantes referencias que hace a San Lorenzo del Escorial, en ésta lo hace de la fachada Mediodía del Monasterio: “Como tantos turistas saben ya, el ángulo sureste del Monasterio escurialense da al valle de Madrid;y al Jardín de los Frailes, que se ciñe a la quilla de esas dos fachadas, tiene su nivel a diez o doce metros sobre la huerta y es un balcón emocionante que mira al horizonte perdido, respaldado primero por el gran edificio, y por la Sierra de Guadarrama detrás. El jardín, de boj recortado en rectas, con sus bolas de esquina, es el gran museo de las perspectivas típicas…”

Dedicatoria del poeta Rafael Alberti

Sabemos ya que el 18 de agosto del año1895 nace en Robledo de Chavela, del matrimonio formado por Félix Robles y Adelaida Soler El 14 de marzo de 1918, ya instalada la familia leerá en el Teatro de San Lorenzo el opúsculo “Intermedio sentimental”. Es la época en la que el editor Saturnino Calleja o los hermanos Jubera, frecuentan San Lorenzo del Escorial, o las tertulias en las que participa Antoniorrobles en el “Gato Tuerto”. En 1919, comienza sus primeras colaboraciones en “La Tribuna”, de Madrid. En esta misma revista publicaría quince crónicas (1920-1021) de su viaje a Italia. Al año siguiente ha de viajar a Tetuán (Marruecos), por la grave enfermedad de su hermano José, que cumple allí el Servicio Militar. Las experiencias allí vividas, las publica, con el título “Humo de Kif”, en “La Correspondencia de España. Al año siguiente, el de 1923, comenzaría sus publicaciones en el semanario satírico “Buen Humor”, junto a otros escritores quedarían un nuevo impulso, un nuevo concepto del humor, como Gómez de la Serna, Manuel Abril, Eduardo Zamacois, Juan Pérez Zúñiga, Enrique Jardiel Poncela, Luis de Tapia, José Francés y José López Rubio. Ese mismo año publica su novela Tres (Novela de pueblo), a la que seguiría El archipiélago de la muñequería, prologada por Ramón Gómez de la Serna. Participaría en el homenaje a Ramón Gómez de la Serna, junto a Azorín, Lorca, Maeztu, Abril, Barlozzi, Francos Rodríguez y Antonio Espina. Sus primeros cuentos infantiles aparecieron en 1925, publicados en la revista Pinocho, de la famosa editorial Calleja y dirigida por Salvador Bartolozzi. En ellos esbozaba ya las líneas habituales en los personajes y esquemas argumentales que, más adelante, desarrollaría en numerosos cuentos.

En 1927, tras un cambio en la dirección de la editorial Calleja -el de Rafael Calleja por su hermano Saturnino-, pasa a colaborar con la empresa de Luis Montiel, propietario de la editorial Rivadeneyra y competidor claro de Calleja. Publica diversos artículos en el semanario humorístico Gutiérrez y en la revista infantil Macaco, dirigida por «K-Hito» (Ricardo García López). Ese paso por Gutiérrez configuró, de modo casi definitivo, la propia evolución de Antonio Robles como escritor humorístico. En ella nació además su seudónimo, esbozado como un juego ingenioso al firmar sus colaboraciones en esta publicación como «Donantoniorrobles». Tras la eliminación del primer elemento, esa unión de nombre y apellido quedó consagrada como su firma literaria, con el seudónimo “Antoniorrobles”. El 6 de junio de 1929 contrae matrimonio con Angelines González Palencia. En ese mismo año publica El muerto, su adulterio y la ironía (Novela de costumbres); Novia partido por dos (Novela de humor), desarrollando así su particular sentido de la unión creadora en el humor del absurdo y del disparate. El año de 1930 marca un rumbo definitivo en su dedicación al cuento infantil con la aparición de la revista El Perro, el Ratón y el Gato (1930-31) y de sus primeros libros con cuentos para los niños. Aquella publicación infantil -dirigida por Antoniorrobles- destacaba por una excelente calidad en su presentación y por las creaciones literarias y plásticas de autores e ilustradores como José López Rubio, Elena Fortún, Manuel Abril, Aristo Téllez, Climent, Souto, Sancha, Esplandiú, Ramón Gaya… Para la propia evolución de la narrativa infantil de Antoniorrobles, El Perro, el Ratón y el Gato supuso una rotunda consolidación en su tratamiento de los caminos fantásticos y de su peculiar forma de entender la realidad. Así como la aparición de 26 cuentos infantiles en orden alfabético y 8 cuentos de niñas y muñecas.

Libros para lectores adultos

  • 1922 – La garra de lo humano
  • 1923 – Tres (Novela de pueblo)
  • 1924 – El archipiélago de la muñequería (Novela en colores)
  • 1927 – El muerto, su adulterio y la ironía (Novela de incertidumbre)
  • 1929 – Novia, partido por dos (Novela de humor)
  • 1932 – Torerito soberbio
  • 1933 – El muerto y su adulterio
  • 1942 – ¿Se comió el lobo a Caperucita?; Seis conferencias para mayores con temas de literatura infantil (ensayo)
  • 1942 – De literatura infantil. Dos conferencias. Ensayos de teatro infantil. La infantilización de las Leyendas Aborígenes. (ensayo)
  • 1944 – El refugiado Centauro Flores. Novela al día
  • 1961 – La fauna se columpia
  • 1969 – El violín de Don Matías
  • 1973 – Yo (Notas de vanidad ingenua) (memorias)
  • 1981 – Los escalones de una vida (Autobiografía)

Libros infantiles

  • 1930 – 26 cuentos infantiles en orden alfabético
  • 1930 – 8 cuentos de niñas y muñecas
  • 1931 – 8 Cuentos de las cosas de Navidad
  • 1931 – Cuentos de los juguetes vivos
  • 1935 – Hermanos monigotes (Visión alegre, amable y simple de las cosas de la vida)
  • 1935 – Botón Rompetacones o la doble vuelta al mundo (novela para chicos)
  • 1936 – Rompetacones y Azulita. 8 cuentos infantiles de la A a la H
  • 1939 – Aleluyas de Rompetacones (100 cuentos y una novela).
  • 1942 – Un gorrión en la guerra de las fieras
  • 1954 – 8 estrellas y 8 cenzontles (Novela de sueños infantiles)
  • 1960 – La bruja doña Paz
  • 1962 – Rompetacones y 100 cuentos más (Relatos de 10 minutos para el colegio y la radio)
  • 1964 – La bruja doña Paz
  • 1974 – Las tareas del ángel Gurriato
  • 1983 – El último dragón y la sombrerería
  • 1985 – El señor que se comió un mundo
  • 2009 – 26 Cuentos infantiles en orden alfabético. I (Ediciones de la Torre, Madrid)
  • 2009 – 26 Cuentos infantiles en orden alfabético. II (Ediciones de la Torre, Madrid)
  • 2009 – 26 Cuentos infantiles en orden alfabético. III (Ediciones de la Torre, Madrid)

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