La casa alemana
Annette Hess
Editorial Planeta, 2019
Annette Hess es una periodista, y escritora alemana nacida en Hannover en 1967. Escritora y guionista de series y de programas de tv, ha decidido hacer una incursión en materia de memoria histórica en las consecuencias del régimen alemán de 1932 a 1945 a través de ésta novela. Es un tema para sus conciudadanos tabú, o cuando menos incómodo. No cabe pensar que un régimen como el que se desarrolló en esos años en Alemania pase desapercibido para los alemanes sin convulsionar, incluso hoy, a todos y cada uno de los hogares alemanes. Lo hizo de manera muy intensa y perdurable y ha marcado a las generaciones que lo vivieron y a sus descendientes.
Empeñados todos en invertir no pocos esfuerzos en la reconstrucción del país, muchos de los que lo vivieron nunca han visto con agrado volver la vista atrás para analizar los sucesos acaecidos no solo en Alemania sino en los territorios dominados por el régimen del III Reich en esos años.
La autora pone el acento no en investigar las figuras importantes que fueron juzgadas en los diversos tribunales como en el de Nuremberg, sino en cómo todo esto repercutió en el conocimiento de los ciudadanos comunes, cómo afectó al seno de muchas familias alemanas que hasta entonces habían silenciado lo acaecido o simplemente lo habían orillado. Fotografías familiares desaparecidas o mutiladas, mutismos cómplices en el seno de las familias.Las conversaciones sobre el tema quedaron silenciadas o en ocasiones suspendidas, la historia sobre ciertos parientes han sido ignoradas, o desviadas en cuanto a sus implicaciones. Todo un cúmulo de situaciones comprometidas que hicieron que la memoria colectiva se alterase, sufriera un borrado consciente o instintivo, parcial o total, e incluso, y se mantuviera durante un tiempo un manto de opacidad, cuando no una abierta complicidad.
Investigando en los archivos de estos juicios, la autora se fijó en una persona de nacionalidad alemana que actuó en colaboración con la Fiscalia como intérprete. La protagonista fue percibiendo que la realidad que afloraba en los interrogatorios. Toda la materia le era desconocida para ella. La autora toma esta referencia humana, real, para construir el relato, y del juicio saca textos y testigos.
La novela alumbra un ejercicio de memoria. Es la historia de una muchacha que se se asoma al horror desde el desconocimiento de unos hechos que le han ocultado dentro de su familia y que le obligan a interpelar cómo los suyos vivieron aquello y qué papel jugaron o hasta donde llegaron sus complicidades.
La vida de Eva Bruhn hasta ese momento gira en torno a la “Casa Alemana”, el restaurante tradicional que regentan sus padres mientras ella comparte sus pequeñas cosas con ellos mientras se gana la vida con traducciones y con la compañía de un atribulado novio supeditado a sus padres.
En 1963, va a celebrarse el Frankfurt el primer juicio de Auschwitz y el destino hace que Eva sea llamada a sustituir como intérprete a la titular que la Fiscalia necesita para los interrogatorios de los testigos.
Este empleo le permitió adentrarse en ese relato ignorado y denso, sobre el cual, los suyos habían extendido un manto de silencio.
La autora nos traslada la vergüenza y la culpa de muchos ciudadanos alemanes que han reflexionado después, con el tiempo, sobre los hechos acaecidos. Muchos han alegado con convicción de que ocultándolos era la mejor salida para sus vidas,sin perturbarla, garantizando con ello su propia supervivencia. Otros han llegado a concluir que incluso que no habían existido. De hecho, hay un significativo colectivo que así lo afirma entre aquellos más resistentes a admitirlo.
El proceso de reconstrucción de la Alemania devastada después de 1945 ha tenido importantes capítulos, que incluso han llegado a ocultarse durante un tiempo muchos hechos hasta que en los años 60, fruto de la labor de reconstrucción del pasado inmediato, hasta que las autoridades alemanas se tomaron en serio el asunto. La guerra fría no ha ayudado a esclarecer muchos hechos. Este mismo fenómeno también ha tenido lugar en Francia sobre las sombras que el gobierno Vichy y el colaboracionismo de las autoridades francesas dejaron en la población civil. Las dificultades para dilucidar la verdad del papel del gobierno de Petain y la Resistencia francesa. El evento ha ocupado abundantes páginas y no pocos estudios. Aún quedan lagunas. Hoy sabemos que no fueron muchos los resistentes. No digamos ya en lo referente a la colaboración de los republicanos españoles en la liberación de Francia, oculta durante tiempo. Ha sido empeño reciente de unos pocos, que no sin resistencias, forzaron a las autoridades francesas a admitirlo.
Quedan por dilucidar muchos detalles de todo esto en España, donde la sombra de la dictadura ha proyectado su manto de silencio auspiciado en la transición por todos los grupos políticos del arco parlamentario muy pendientes de que la democracia arraigara en el país. Es de esperar que la liberación de los archivos y las trabas burocráticas y políticas permitan ilustrar aún algunos puntos oscuros respecto a los que lucharon por la democracia, que permitan reconocer aspectos de la verdad histórica.