octubre de 2024 - VIII Año

Margarita Xirgu: la musa republicana errante (I)

Margarita Xirgú

Las musas eran las divinidades inspiradoras de las artes; hijas de Zeus, formaban parte del séquito de Apolo, dios olímpico de las Bellas Artes y de la música. Margarita Xirgu, nuestra mejor actriz, una verdadera musa moderna de nuestro teatro, actuó por casi toda América representando a la República y sus ideales durante una gran parte de su vida.

Margarita Xirgu nace en 1888 en Molins de Rei, una población de Barcelona, y ya desde muy joven colabora en los teatros de los Ateneos de Barcelona, debutando en 1902 como aficionada y, en 1906 con sólo dieciocho años, ya como profesional. En los barrios obreros había recitado incluso las octavillas en los actos reivindicativos, donde su voz dramática incitaba a la acción, con alegría y esperanza. El teatro fue la universidad popular de mucha gente con escasa formación.

Xirgú, Unamuno y Borras

Consigue cuatro años más tarde formar su primera compañía, dando el salto al Teatro Principal de Barcelona en 1913, y al Teatro Español en Madrid en 1914 donde triunfó con la representación de Marianela de Benito Pérez Galdós. En 1920 estrena Divinas Palabras de Valle Inclán. Su gran prestigio la lleva pronto a realizar importantes giras iberoamericanas por Argentina, Chile y Uruguay en 1912, 1921 y 1923.

Al principio de su carrera representa varias obras de Jacinto Benavente; recita sus Cartas a mujeres; y enseguida interpreta, tras sus primeros éxitos, diversas obras de los principales autores españoles como Pérez Galdós, Valle Inclán, Eduardo Marquina, Alejandro Casona, los hermanos Álvarez Quintero, Azaña, Alberti, Calderón de la Barca…

García Lorca, desde 1926, la considera la musa de su teatro, cuyas principales obras protagoniza: Yerma, Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba, entre otras. Estrenó en 1927 en plena dictadura de Primo de Rivera el drama lorquiano de Mariana Pineda. Además, la Xirgu pronto actúa en algunas obras clásicas de Lope de Vega o Calderón. En estas funciones colaboran los artistas plásticos más reconocidos: Picasso, que diseña en 1930 sus trajes para La zapatera prodigiosa, o Dalí, que crea los decorados de Mariana Pineda, también de García Lorca, uno de sus mayores éxitos.

Caricatura de Xirgú y Lorca por Del Arco

El escritor Cipriano Rivas Cherif, cuñado de Azaña, fue su asesor artístico desde antes de la República y actuó incluso como actor de su compañía en la temporada de 1927-1928, en el Teatro Fontalba.

El Teatro Clásico de Mérida es inaugurado por ella en 1933 con Medea, de Séneca, en versión de Unamuno, con el que recorrió toda España con gran reconocimiento del público y de la crítica. Sus montajes de los clásicos del Siglo de Oro modernizaron la escena española, haciendo desaparecer el exceso de elementos realistas y la concha del apuntador.

La Xirgu va a representar a muchos tipos de mujeres: Yerma, obsesionada; Bernarda Alba, autoritaria; Doña Rosita la soltera, sumisa, …

Curiosamente durante la segunda república emergieron mujeres que eran actrices y a la vez empresarias como María Guerrero, Catalina Bárcenas, Josefina Blanco, entre otras.

En enero de 1936, emprendió su cuarta gira teatral por Iberoamérica, donde tomó la decisión de no volver, ante el conflicto bélico en España, consecuencia del levantamiento militar; y permaneció en América como embajadora cultural de la República, actuando a la vez como productora, directora, animadora de espectáculos, pedagoga y conferenciante.

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Escrito por

Archivo Entreletras

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