octubre de 2024 - VIII Año

Atmósfera política en Cataluña

En un temblor de hojas atravesó el silencio la velocidad de un zorro, pero el silencio es la ley de estos follajes… Apenas el grito lejano de un animal confuso… La intersección penetrante de un pájaro escondido… El universo vegetal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la música terrestre.
Pablo Neruda (Confieso que he vivido)
Tal vez en el bosque oscuro aparezca un claro, donde los graznidos, los zarpazos y la confusión de las fieras en medio de la desesperación por la pervivencia, se aplaquen y den lugar a la harmonía de la coexistencia en progreso.

Durante el programa televisivo Salvados del pasado domingo 17 de enero, Pablo Iglesias otorgaba respaldo a la “casta” política del “procés”, considerando al eurodiputado Puigdemont exiliado por acciones políticas, no sólo contrarias al estado de derecho, al que éste prometió lealtad al asumir el cargo de President de la Generalitat de Cataluña, respetando y haciendo respetar la constitución española y por añadidura el corpus legal del estado.

Carles Puigdemont con gran habilidad para el trampantojo, consiguió abrirse camino al margen del compromiso adquirido a la lealtad institucional y tras un acto de ilusionismo político, escondido bajo la capa de su trasfondo honesto, se refugió en Bélgica en un alarde de felonía.

Pero aun así, no es en absoluto criticable el empeño ideológico y aferrado al más estricto significado de la libertad de pensamiento, es lícita la defensa de sus propósitos políticos, pero haciendo un ejercicio con el mismo rigor, igual respeto para aquellos posicionados en contra de sus objetivos o propuestas.

El problema en primer lugar, fue llevar a cabo un intento de fuerza y a la fuerza, al margen de una realidad geo estratégica (en el actual mundo globalizado, no es fácil la integración de nuevos operadores), al margen de la realidad socio política, (el independentismo sometido a las urnas no ha obtenido nunca ni siquiera el 50% del respaldo ciudadano, y eso en la cresta de la ola de su campaña, y es ese y no otro el auténtico referéndum, como lo proclamó Artur Mas, al convocar elecciones “plebiscitarias”) y por último, un intento separatista al margen de las necesidades de los hombres y mujeres que viven y trabajan en Cataluña, atornillados por los recortes presupuestarios y la reducción de los recursos públicos llevados a cabo, a causa de la crisis del 2008, por el padre político de Carles Puigdemont, es decir, Artur Mas, que en una espectacular huida hacia adelante y para tapar las miserias, chanchullos y trapicheos a la sombra de una ética oscura, intentó convertir la coalición de Convergencia y Unió, de autonomista y burguesa (“el segadors han deixat d’existir i han sigut reemplaçats per  els  botiguers”) y se lanzó a la cruzada del independentismo, por aquel entonces no sabía, ni siquiera sospechaba, que su sucesor designado le arrebataría el timón o simplemente perdería el control de la nave; él mismo sentenció en su investidura: «Si no hay suficiente sintonía entre el timón y las velas, puede pasar que la embarcación vuelque» y no la hubo…..

Ahora bien, esta aventura basada en la emocionalidad de la ciudadanía y alejada de la razón práctica y bajo las consignas de Lengua y Patria, ha estado conducida por todas las fuerzas de la derecha política catalana, donde siempre había predominado la cuestión económica para la razón de estado y tuvieron eso sí, el mérito de arrastrar con ellos a Esquerra Republicana de Cataluña, un partido que se declara de izquierdas, aunque históricamente se sitúa al margen de los partidos de izquierdas de origen sindical y/o de filiación socialista o marxista. Su ideología puede resumirse en una variante socialdemócrata y republicana, pero, sobre todo, independentista, de facto ha sido la única fuerza política que siempre defendió esta ideología, las demás agrupaciones han sido siempre ideológicamente autonomistas y de derechas, hasta su conversión oportunista, con excepción de los de la CUP.

La coalición de la CUP confluencia de algunos partidos de corte marxista y por consiguiente internacionalista, integrados eso sí, en su mayoría por un grupúsculo de partidos independentistas radicales, hoy estos también reconocen su error, el de haber sido arrastrados por el autonomismo de derechas….

Aquí pensaban seguir
Tragando y tragando tierra……
Y seguir de modo cruel
la costumbre del delito
Y en eso llegó don Pablo.

Pablo Iglesias Turrión, recurriendo a la memoria y la hemeroteca, es aquel que hacía aquellas afirmaciones como “no somos ni de derechas ni de izquierdas”, “queremos una democracia real”, colocándose enfrente de los de “la casta” y que hoy se posiciona al lado del, por así decirlo, del Puigdemonismo.

Los círculos del movimiento Podemos, convertido hoy en otro partido clásico (de la casta) que su único mérito ha sido defenestrar a Izquierda Unida y a Iniciativa per Cataluña, absorbida ésta última por su confluencia catalana. Poco queda ya de la solidez y la integridad de aquel viejo PSUC que dejó huella en la historia. El podemos de hoy intenta nadar y salvar la ropa, mientras va haciéndose girones en la batalla, no representa con la misma solidez la ciudadanía más desfavorecida de la sociedad, los trabajadores, los inmigrantes castellanoparlantes, que dejaron su sudor en la construcción de la Cataluña de hoy, los marginados.

¿Es posible que no se dé(n) cuenta de su deriva?, tal vez a causa de su ambición o tal vez a causa de una simple ligereza verbal. Da para pensar. Si sus antepasados republicanos levantasen la cabeza, tal vez de vergüenza se volvían bajo tierra. Iglesias alineado con los inquilinos de la mansión de Waterloo, compara a estos con aquellos que sufrieron la persecución y el escarnio de la dictadura de un fascismo nacionalcatólico y cuyo destino, para muchos de ellos, fue alojarse en los campos de concentración del sur de Francia.

Es entonces, mirando el escenario, cuando asoman a mi mente, con tristeza y tal vez buscando respuestas aquellos versos del miserere de Gaspar Núñez de Arce,

¡Cuántos cráneos soberanos,
Que el genio habitara en vida,
Hoy convertido en guarida
¡De miserables Gusanos!

¿Acaso ellos, a los que ya no se les puede escuchar, no se sentirían ofendidos, al haber sido comparados, los que respetaban la ley y la democracia legitima, con aquellos que la ignoraron?

¿Cómo es posible en política, no atender a la razón?, salvo que el genio haya muerto, hoy aparece el cielo cubierto por un opaco manto de nubes; unos esperan hacer renacer la izquierda que un día fue, otros buscan ampliar la base de seguidores de la causa separatista, algunos intentan nadar, aunque sea contracorriente, o al menos mantenerse a flote, otros sumidos en la meditación, buscan descubrir cómo piensan ellos mismos. ¿y los ciudadanos dónde están?; ¿escondidos tal vez dentro de una telaraña de comunicación cruzada?, ¿manipulación a lo mejor? ¿tal vez a resguardo dentro de las emociones y el amor a la patria?

Muchos pueden estar detrás de la trilogía “Dios, Patria y Familia”, lema de algunos partidos u organizaciones que se encuentran en desacuerdo con el sistema democrático o cerca del fascismo. Últimamente ha sido una bandera levantada por Bolsonaro en Brasil, por consiguiente, cercanos a VOX o a una buena fracción de seguidores del PP, pero eso no quiere decir que envueltos en la estelada, no encontremos bastantes partidarios de esta trilogía en las filas del independentismo.

Así, la realidad política catalana se debate en una crisis tragicómica, donde la mayoría de sus actores se mueven trufados con la teoría del esperpento (1) (Género literario que se caracteriza por la presentación de una realidad deformada y grotesca y la degradación de los valores consagrados a una situación ridícula), pero lo que aún es más deprimente es que tal vez, ni siquiera se dan cuenta.

Hace ya un año que el President Torra (de facto, ya que al asumir el cargo afirmaba que el único President era Carles Puigdemont), daba por acabada la legislatura, para poco tiempo después anunciar que convocaría elecciones, para que nueve meses después fuese inhabilitado por la justicia para el ejercicio de cualquier cargo público, sin haber cumplido con la obligación de la convocatoria a las urnas, a la que de alguna manera estaba obligado por el desgobierno y la falta de entendimiento entre los miembros de la coalición gobernante. Sin embargo, antes de ceder el bastón de mando, pacta con su vicepresidente de ERC, que no habrá nuevo President, sino que éste asumiría el cargo solamente en funciones, y Pere Aragonés, de acuerdo con lo también pactado, convoca elecciones para el 14 de febrero y disuelve el Parlament el pasado diciembre (2). Ahora sin President y sin órgano legislativo, en un desesperado intento de huida, ante el miedo de perder el timón, escorando a babor, justificado en la peste que nos asola a todos, pretenden continuar el frente del desgobierno hasta un día antes de junio, tal vez así el viento haya alejado la tormentosa amenaza que hoy se vislumbra con un cielo rojizo.

Si la justicia les fallase en contra, aducirían, como siempre y sin dudarlo, al relato de la persecución, intervención y represión del Estado sobre Cataluña, enviando el manido mensaje victimista.

Democracia, no solamente votar, sino también gobernar para el pueblo, cosa que no han hecho, es respetar las normas jurídicas de un estado de derecho, cosa que no han hecho, es gestionar para el bienestar de la ciudadanía y para toda la ciudadanía, cosa que no han hecho.

Tres años de una legislatura extremadamente pobre, con iniciativas en su mayoría presentadas por grupos parlamentarios y no por el Govern, caracterizados por la sanción de leyes contrarias a derecho, que hubieron de ser impugnadas por los tribunales y donde uno de sus mayores “hitos”, fue una llamada ley de desconexión, propia del tiempo del esperpento en que se desarrolló, una legislatura caracterizada por el sin-gobierno. Cuando históricamente el PIB catalán superaba al de Madrid, ahora se sitúa por debajo, el retroceso socio económico es un hecho incontestable…. claro que alojados en el victimismo siempre podemos imputar la culpa al estado central y levantar la bandera de “Madrid nos roba”, para nuestras vergüenzas

¿Alguien puede pensar que aquellos que fueron capaces de desafiar al Olimpo para convocar una manifestación política, sacando las urnas a la calle un uno de octubre, no son capaces hoy de buscar una alternativa para llevar a cabo unas elecciones seguras?, en este momento en medio de la cuarta revolución industrial, ¿no hay mecanismos posibles para facilitar el acto electoral como el voto telemático? ¿no es acaso posible el impulso del voto por correo?

Afirman que muchos ciudadanos/as infectados por el COVID 19, no podrán hacer efectivo su voto, ¿tampoco por correo?, no recuerdo indignación en otros actos electorales por aquellos enfermos que no podían ir a votar, ni por facilitar a los desplazados al extranjero el voto subrogado.

Desde luego, podemos encontrar ejemplos a favor y en contra de otras elecciones celebradas en territorio español como en el extranjero, sin embargo, esto suena más a artimaña que a una defensa de la soberanía democrática.

Las opciones políticas situadas también en la derecha política, pero de alcance nacional, se reparten los votos, después del despeñamiento de ese otro espejismo ilusionista que fue Ciudadanos, los pronósticos colocan a todas estas fuerzas en una posición representativa, pero ciertamente testimonial.

Por cierto, si me permitís en este análisis una pregunta retórica, ¿Estos nobles patriotas españoles, en el caso de un triunfo de la izquierda democrática, constitucionalista y de razón equilibrada, favorecerán otra vez un gobierno independentista o ceñidos a la razón de estado actuarán en beneficio de la mayoría?

La respuesta, por ende, se encuentra únicamente en la banda izquierda y la opción de alcanzar un gobierno, sereno, equilibrado, racional y por sobre todas las cosas capaz de llevar a cabo una gestión eficiente y eficaz del territorio, se coloca hoy más que nunca al alcance de la mayoría de la ciudadanía de Cataluña. El liderazgo del PSC, encabezado por un hombre que lleva dedicado a la gestión muchísimos años en el Ayuntamiento de Barcelona, licenciado en Filosofía (3) y con un temple capaz de asumir los más complicados retos desde la tranquilidad y la escucha activa del entorno, sin duda abre un nuevo panorama que asusta a los “indepes”.

Pero desde la óptica percibida de posiciones más a la izquierda y que sin duda alguna es más necesaria que nunca, la recreación de un espacio, que refunde una plataforma roji-verde, alejada de los maniqueísmos y de aquellos convertidos en modernos Hermes, como heraldos y mensajeros de los Dioses, con la habilidad del uso de la palabra, que, en algún caso, vomitan verbo, uno tras otro. Esos que traducido por algún rapero podrían llamarse bocazas.

Poco a poco, don Pablo Iglesias, se separa del camino y casi, ya no tiene quien le escriba, sin embargo, hay mujeres en sus filas que tal vez, serian más prudentes y mejores conductores de los remeros de la nave.

En Cataluña, el activismo social suplantó a la política, en ocasiones prescindiendo del análisis riguroso, pero sobre todo acogiendo distintas sensibilidades que muchas veces resultan incompatibles entre sí, a medio camino entre el calor y el color, no se les percibe con claridad y aunque probablemente con las mejores intenciones, se alejan cada vez más del sentir y del “seny” ciudadano.

Ahora es el momento de abandonar la duda, de acercarse al racionalismo, de dar un paso en el camino hacia la resiliencia, de reforzar el timón y la quilla, es tiempo de alcanzar la concordia.

Referencias
1.- Género literario de Ramón María Del Valle Inclán. – RAE
2.- Vista la Comunicación de la presidencia del Parlamento al Pleno de la cámara sobre la imposibilidad de proponer un candidato para ser investido Presidente o Presidenta de la Generalitat y de inicio del cómputo del plazo de dos meses fijado por el artículo 67.3 del Estatuto de autonomía de Cataluña y del artículo 4.7 de la Ley 13/2008, de 5 de noviembre, de la Presidencia de la Generalitat y del Gobierno (BOPC número 709, de 21 de octubre de 2020)
3.- Según Platón, el principio democrático es absurdo porque el gobierno lo debe ejercer una persona con el conocimiento de la verdad y el que conoce la verdad es el filósofo.

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