marzo de 2024 - VIII Año

Educación literaria o instrucción literaria. Una reflexión curricular

En los diferentes sistemas educativos, incluido el español, la educación literaria en edades juveniles se encuentra diseñada en torno a los grandes clásicos de la literatura universal. En España los criterios educativos de dicha asignatura se enfocan principalmente en la enseñanza de los tesoros literarios españoles, latinoamericanos y, en menor medida, universales. Esto conlleva un extenso corpus de lecturas debido a la gran calidad de la literatura española y a la abundante producción literaria de los prolíficos autores de este país.

Pocas naciones pueden presumir de una historiografía literaria tan compleja como la española. No solo hablamos de una extensa colección de obras, sino también de una elevadísima calidad narrativa y poética, así como también de una continuada y prolongada excelencia en la producción de cientos de autores. Esto ha dado como resultado que este país goce de varios periodos históricos donde su literatura ha alcanzado niveles de perfección que, aun en la actualidad, siguen despertado el interés de investigadores, docentes e incluso autores contemporáneos que buscan en el pasado la inspiración para sus obras literarias más modernas. No solo hablamos del conocidísimo Siglo de Oro español o de la más reciente Edad de Plata, otros periodos menos publicitados pueden jactarse de una producción literaria superlativa tanto en cantidad y calidad, como lo demuestra la narrativa, la poesía y el teatro medieval o el Romanticismo y el Naturalismo de los siglos XVIII y XIX.

Desde los miles de textos de carácter anónimo (como el Cantar de Mio Cid, el Lazarillo de Tormes o la versión española de La danza de la Muerte) o los primeros testimonios firmados de la literatura española (como la poesía de Gonzalo de Berceo, el Corbacho del Arcipreste de Talavera o el maravilloso Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita) hasta el elevado esplendor de la poética del Siglo de Oro (como el teatro de Lope de Vega, la poesía de Francisco de Quevedo o Don Quijote de la Mancha, la obra más importante de la literatura universal) y la grandeza de la lírica de la Edad de Plata (donde sobresalen poetas de la talla de Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado o el mismo Federico García Lorca), la literatura española hace gala de una singular calidad estilística y conceptual que le ha valido consagrarse como una de las tradiciones literarias más relevantes de la humanidad.

Si bien esta riqueza narrativa, dramática y poética es todo un privilegio y un deleite para los lectores, es, también, un singular obstáculo en la educación literaria de los jóvenes. Aunque es cierto que los estudiantes adolecentes se decantan por otro tipo de narrativas, lo que desmiente aquella frase tan manida de “los jóvenes ya no leen”, también es verdad que se hace necesario que dichos alumnos y alumnas se acerquen de forma satisfactoria y honesta a los grandes clásicos literarios de la cultura española. Esta labor, indispensable en una educación integral, implica una serie de dificultades pedagógicas derivadas, sin lugar a dudas, a la lejanía con la que los jóvenes perciben a dichos clásicos literarios, a la dificultad de descifrar el antiguo uso del lenguaje y a la, en apariencia, inabarcable extensión de muchas de estas obras literarias, como puede ocurrir con, por ejemplo, el Amadís de Gaula o el propio Don Quijote.

Para nadie es un secreto que este tipo de literatura no gusta a los jóvenes. No solo se les dificulta acceder a estos títulos tan maravillosos, sino que estas obras tampoco responden ni a sus gustos, ni a sus intereses, además de no responder a sus capacidades lectoras […] El nivel de exigencia de una lectura (vocabulario, extensión) es el principal problema de acceso a ella. Según el barómetro del CIS publicado en noviembre de 2015, las principales razones por las que los lectores no leen El Quijote (que son aplicables a muchos grandes clásicos de la literatura) tienen que ver con la complejidad del lenguaje (66.2%) y su extensión (36,8%) (Anónimo, 2016).

Muchos de los alumnos jóvenes que consumen otro tipo de literaturas más comerciales de forma habitual se ven superados por la complejidad de los grandes clásicos hispánicos, lo cual deriva en un desinterés y apatía por estos títulos cuya lectura les resulta insatisfactoria y frustrante.

Con este panorama educativo puede ser fácil caer en el error de pensar que los grandes clásicos de la literatura española, iberoamericana y universal son incompatibles con el público adolecente y con una educación literaria integral para este tipo de alumnos y alumnas. Nada más alejado de la realidad. Diferentes encuestas entre docentes a nivel mundial (Anónimo, 2016) han evidenciado que el uso de ciertos títulos clásicos han resultado más efectivos al momento de acercar a los jóvenes a la lectura de textos canónicos. Esto revela que los adolescentes no sienten una animadversión natural hacia el canon literario ni a autores determinados, sino a algunos textos específicos y a estilos narrativos y poéticos que pueden resultar complejos.

Si bien la labor pedagógica en cuanto a la instrucción literaria de los grandes clásicos explicados a los lectores y estudiantes jóvenes puede convertirse en una tarea compleja, afortunadamente existen varias herramientas que pueden ayudar a conseguir unos resultados satisfactorios. Estos instrumentos educativos, si son usados correctamente, no solo sirven para acercar esta literatura más elevada a los adolescentes, sino también para fortalecer los hábitos de lectura gracias a una conjunción entre la narrativa que alumnos y alumnas consumen de forma habitual e independiente y los grandes clásicos hispánicos explicados de manera amena y efectiva.

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Archivo Entreletras

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