octubre de 2024 - VIII Año

Las Mentiras Románticas, Cataluña, elecciones Generales y Municipales

Por Blanca Cercas*.– / Abril 2019

urnacatEn Cataluña, desde 2012 hasta ahora mismo, a algunos de los políticos de la izquierda correcta les ha sido muy difícil no dejarse seducir por conceptos como ‘la liberación de los pueblos’ o el ‘derecho a decidir’ de los mismos. Los dos conceptos han contribuido a construir el denominado ‘procés’. Un movimiento oportunista de la vieja ‘Convergencia i Unió’ destinado a desviar la atención del descontento ciudadano por la crisis económica del 2008 y dirigirlo hacia una ‘Arcadia’ feliz en la forma de una Cataluña independiente.

En realidad, presentar el asunto no supuso demasiado esfuerzo porque esa Arcadia estaba dentro del deseo romántico latente en muchos catalanes, formados en la idea de un país y una cultura diferente, por no decir mejor, que la de una España que había perpetuado la cultura y los valores de un régimen antiguo y rancio, heredero del franquismo.

Esta ha sido la crónica oficial del ‘procés’, por la que se ha dejado cautivar gran parte de la izquierda catalanista.

Soy mujer e hija de emigrantes extremeños. Nosotros, como muchos de los que aterrizamos en los años 60 en Cataluña, estábamos convencidos y fuimos educados para integrarnos en una sociedad nueva, de la que nos sentimos honorados de formar parte, y en la que nos inmiscuimos, trabajamos, luchamos y defendimos mejoras sociales y políticas de carácter nacional (como fue la Escuela Pública Catalana de Calidad, por ejemplo) e incluimos a nuestros hijos en ellas.

Pero, además de ser mujer, tengo 60 años y soy de izquierdas. Comparto lo que denominan la tríada ilustrada. Si bien parece que en cuanto a la libertad (pese a algunos peros sobre los que no es el momento de extenderse) podríamos darnos por satisfechos, no es menos cierto que en cuanto a la igualdad y la fraternidad hay mucho por hacer en Cataluña, y en España. Muchas cosas que no tienen nada que ver con la ‘liberación de los pueblos’ y sí mucho con la solidaridad entre éstos.

Al cabo de 53 años viviendo en Cataluña, soy catalana, hace mucho que me siento como tal, y no solo eso, mi lengua habitual, mi formación, mi hijo y mi trayectoria profesional así lo avalan. Creo que desde la transición, en Cataluña hubo un cierto grado de cohesión social. Sobre todo en la izquierda, que, hasta hace muy poco, se decía no independentista. El PSC se ha nutrido de catalanes, extremeños, andaluces, castellanos, practicando un modelo de mestizaje apto para una sociedad moderna y plural.

Soy de formación historiadora. Algo a lo largo de la historia me ha enseñado a comprender que los nacionalismos suelen ser construcciones sociales al servicio de intereses que no suelen ser los de todos. Por eso difícilmente la izquierda puede ser independentista, a no ser que adopte las trampas de conceptos románticos como la ‘liberación de los pueblos’ o el ‘derecho a decidir’.

papeletasTodos sabemos ya a ciencia cierta qué es lo que ocurrió en Cataluña el 6 y 7 de septiembre de 2017, entre otras cosas por qué se televisó en directo. Pero no toda la sociedad catalana lo juzgó de la misma manera. Aunque de una derecha nacionalista no era esperable pero tampoco imposible que hiciera lo que hizo, sí fue desolador comprobar que una parte muy importante de la izquierda catalana compartió aquel atropello de nuestras libertades.

Mi desaliento y mi tristeza ante la actitud de una parte importante de la izquierda catalanista ha sido un motivo importante por el que me he resuelto a participar activamente en política. A mis 60 años no tengo la ambición de hacer una carrera política -es demasiado tarde-, pero sí albergo la ilusión de ayudar, aunque sea mínimamente, a reconstruir la sociedad donde he creído vivir durante tantos años. Una sociedad mestiza, donde, ahora más que entonces, ese mestizaje es muchísimo mayor: magrebíes, gambianos y latinoamericanos se están afincando en Cataluña, igual que hace 40 años lo hicimos extremeños, andaluces o murcianos.

Afortunadamente, las Elecciones Generales y las Municipales han coincidido casi en el tiempo en este 2019. Y eso me ha permitido conocer una realidad del PSC catalán que yo no conocía, pero que, sorprendentemente, tampoco conocían muchos de los mismos militantes del partido.

Las campañas, y yo lo he aprendido en esta, significan viajes continuos de sitio en sitio. Rutas de pueblo en pueblo, carteles y discursos. Y en estos peregrinajes yo he descubierto a muchos hombres y mujeres de izquierdas, que han resistido valientemente la embestida del ‘procés’ en muchos municipios de las comarcas de Girona. Hombres y mujeres de tradición socialista, emigrantes del resto de España muchos de ellos, catalanes de varias generaciones otros. Todos han sufrido el aislamiento con que ha actuado un plan, muy bien urdido, para lograr la independencia de Cataluña, con el acuerdo de menos de la mitad de la población y violando las normas de convivencia que nos hemos otorgado los catalanes. Hombres y mujeres que podían haberse dejado llevar por el arrebato y buscar posiciones que en estos momentos polarizan la sociedad catalana. Y sin embargo han aguantado estoicamente el embate.

Son gentes que intentan rescatar, de entre las cenizas que ha dejado el Procés, políticas de igualdad, de solidaridad, de fraternidad. Intentan confiar en el dialogo, o en algo que se le parezca, para volver a vivir en el la sociedad democrática por la que han luchado. El lugar al que tantas cosas han dado y en el que creían que habían contribuido al bienestar de todos, no solo de unos cuantos. Ellos se lo creyeron y todavía se lo creen. Por eso no sucumbieron a una bandera y luchan ahora para no sucumbir a otra.

Pero hay que tener esperanza. Porque creo que el Procés nos ha dado a muchos de nosotros, que nos creímos la épica de la izquierda y su estética, una lección: que hay que huir como de la peste de las mentiras, sobre todo de las mentiras románticas (que son las más peligrosas), que no hay estética sin ética y que la épica está muy bien en las películas y en las novelas, pero no en la vida, porque no sirve para mejorarla.

* Blanca Cercas Menas es número 2 como candidata independiente al Congreso de los Diputados por el PSC y por la circunscripción de Girona, es historiadora y Directora de Prospecciones de la Fundación de la Universidad de Girona

 

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

Periodismo, pandemia de falsedades o la distancia del puercoespín
Periodismo, pandemia de falsedades o la distancia del puercoespín

La mentira funciona. Le han crecido aquellas patas cortas con las que aplasta la realidad. Combatirla con legislaciones que favorezcan…

Volver a encender la luz del Ateneo
Volver a encender la luz del Ateneo

El Grupo 1820 del Ateneo de Madrid había significado, hasta ahora, tan solo la aparición de un grupo de asociados…

Galdós: un canario que no canta y un parlamentario que no parla (I)
Galdós: un canario que no canta y un parlamentario que no parla (I)

Benito Pérez Galdós (1843-1920) es uno de los más insignes escritores que ha dado nuestro país, cronista del siglo XIX…

1051