septiembre de 2025

Ella ya no está… Él estará siempre

She’s not there
Rod Argent, 1964

Un auténtico zombie de la música como Rod Argent escribió varias canciones para su grupo (The Zombies, por supuesto) durante los años 60. El 24 de Julio de 1964 se publicó este single cuya cara B era You make me feel good, alcanzando el número dos en las listas de Estados Unidos y Canadá. El incombustible teclista británico y líder del grupo fue unos de los pioneros en el uso de instrumentos como el melotrón, el clavicordio o el órgano eléctrico en el mundo del rock. Sin embargo, la canción que nos ocupa hoy (quizá junto a Time of the season) hubiera bastado para quedar en la historia; de hecho, probablemente eso es lo que le haya hecho ingresar en el tan cacareado como controvertido salón de la fama.

Sin más, la letra para empezar:

Well, no one told me about her, the way she lied
Well, no one told me about her, how many people cried
But it’s too late to say you’re sorry
How would I know, why should I care?
Please don’t bother tryin’ to find her
She’s not there

Well, let me tell you ‘bout the way she looked
The way she’d act and the colour of her hair
Her voice was soft and cool
Her eyes were clear and bright
But she’s not there

Well, no one told me about her, what could I do?
Well, no one told me about her, though they all knew
But it’s too late to say you’re sorry
How would I know, why should I care?
Please don’t bother tryin’ to find her
She’s not there

Well, let me tell you ‘bout the way she looked
The way she’d act and the colour of her hair
Her voice was soft and cool
Her eyes were clear and bright
But she’s not there

But it’s too late to say you’re sorry
How would I know, why should I care?
Please don’t bother tryin’ to find her
She’s not there

Well, let me tell you ‘bout the way she looked
The way she’d act and the colour of her hair
Her voice was soft and cool
Her eyes were clear and bright
But she’s not there

Y en español:

Bien, nadie me advirtió sobre ella, la forma en que mentía
Bien, nadie me advirtió sobre ella, a cuanta gente hizo llorar
Pero es demasiado tarde para decir que lo sientes
¿Cómo iba a saberlo? ¿Por qué debería importarme?
Por favor, no te molestes en intentar encontrarla, ella no está:

Bien, déjame hablarte de su aspecto,
de su forma de moverse, del color de su pelo
Su voz era suave y tranquila,
sus ojos claros y brillantes
pero ella no está.

Bien, nadie me advirtió sobre ella, ¿qué podía hacer yo?
Bien, nadie me advirtió sobre ella, a pesar de que todos lo sabían
Pero es demasiado tarde para decir que lo sientes
¿Cómo iba a saberlo? ¿Por qué debería importarme?
Por favor, no te molestes en intentar encontrarla, ella no está:

Bien, déjame hablarte de su aspecto,
de su forma de moverse, del color de su pelo
Su voz era suave y tranquila,
sus ojos claros y brillantes
pero ella no está.

Pero es demasiado tarde para decir que lo sientes
¿Cómo iba a saberlo? ¿Por qué debería importarme?
Por favor, no te molestes en intentar encontrarla, ella no está:

Bien, déjame hablarte de su aspecto,
de su forma de moverse, del color de su pelo
Su voz era suave y tranquila,
sus ojos claros y brillantes
pero ella no está.

La música de todas las épocas ha estado siempre llena de personas que desaparecen de nuestras vidas, de anhelos y decepciones, de recuerdos y añoranzas. Parece que Argent se sumerge aquí en la relación con una especie de mujer fatal a quien todo el mundo, excepto el autor, claro está, veía venir. Apariencia, movimientos, color de cabello, de ojos, voz… lo dicho: nostalgia patente en la mente del narrador. Y después solo queda resignación y recuerdo, ya sea bueno o malo. Las emociones humanas siempre son complejas y a veces la búsqueda del cierre de una relación no resulta precisamente sencilla. Si bien es cierto que la historia no nos descubre gran cosa nueva, no lo es menos que cuando se acompaña con esos acordes de guitarra y ese piano eléctrico el resultado se eleva a grandes niveles.

La canción ha sido versionada muchas veces y por mucha gente, aunque hoy me detengo en una interpretación muy especial del tema. Y es que, en 1977, la cara 3 del doble álbum Moonflower del gran Carlos Santana abría con este tema. El aire latino imprimido por el guitarrista mexicano confería a la canción un sonido muy especial. La voz de Greg Walker, y la percusión de Pete Escovedo (en estudio) y Chepito Areas (en directo) encandilaban siempre al oyente, lo que no es nada nuevo tratándose del grupo que acompaña a un señor que estuvo incluso en Monterrey y que ahora intenta volver a hacer otro Woodstock (lo ha dicho en serio). En fin, Santana ha estado siempre con nosotros y ahí sigue para lo que haga falta.

Hace unos días pudimos verle en dos de los conciertos del Botánico en Madrid. Y tocó She’s not there, aunque dijo “He”, no “She”. El motivo lo aclaró rápidamente al dedicársela a su desaparecido amigo Paco de Lucía. Y es que todos los que tocaron con él coinciden en una cosa: que era el mejor. Da igual preguntar a cualquier guitarrista de rock más convencional, o a grandes dominadores como Larry Coryell, John McLaughlin, Al di Meola o Steve Vai. Todos están de acuerdo en quién era el número uno. ¡Qué lástima que no hiciera una versión propia y aflamencada de esta canción! Con esa guitarra y ese cajón peruano hubiera sido algo memorable. Eso es lo que pensaba después de ver a Santana. Otra nostalgia estival que añadir a la larga lista, si nostalgia de lo que nunca ocurrió es un término válido. Claro que Paco… estará siempre.

Aquí quedan las dos versiones.

Original (The Zombies):

Y la de Santana:

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

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