Si el otro día nos congratulábamos por la incansable y eficaz labor del Festival de Cine Fantástico malagueño durante estas tres últimas décadas, en esta ocasión hay que aplaudir la acertada decisión de traernos a la ciudad, en esta última edición, al multipremiado director del cine indie Bill Plympton. Cuesta creer que este niño de 75 años e intensos ojos azules nos siga sorprendiendo con su frescura creativa y su afabilidad juvenil.
Su innata pasión por el dibujo, lleva siempre una libreta encima, ya le animó en su adolescencia a acercarse a la todopoderosa Disney y aunque fue rechazado con muy buenas palabras y un paternal pellizquito en la mejilla, con el tiempo se daría cuenta, como él mismo ha manifestado en alguna ocasión, que negociar con los voraces ejecutivos de la productora no era como hacerlo “con el poli bueno y el poli malo (de las películas que le gustaban), sino con el poli malo y el Anticristo”.
Toda una declaración de principios para un valiente cineasta que siempre ha apostado por una inquebrantable independencia creativa en todos sus trabajos para la pantalla. Su secreto siempre ha consistido en minimizar los costes de producción y abrazar la máxima del “menos es más” del mítico Ad Reinhardt, lo que no impidió que su ambición le llevara a llenar él solito nada menos que los 96 minutos de metraje con la friolera de 30.000 dibujos para su debut en el largo con el film ‘The Tune’ en 1992.
Sus comienzos como caricaturista, con un humor políticamente incorrecto, provocativo y perverso, que a él le gusta definir como “humor para zombies”, en las revistas masculinas Playboy y Penthouse, le marcan su futura labor como director de cine. Sus ilustraciones han aparecido en las páginas de The New York Times, Vogue, Vanity Fair y Rolling Stone.
Sus cortometrajes han sido vistos en todo el mundo, viajando de festival en festival y entre sus merecidos reconocimientos se cuentan dos nominaciones a los Óscars por ‘Your Face’, en 1988, y ‘Guard Dog’, en 2005, y el Premio del Jurado del Festival de Cannes de 1995 por ‘Push Comes to Shove’, seccion del citado ‘The Tune’.
Plympton considera que “la clave de la animación es la caricatura”, por eso en su corto ‘Your Face’ juega con la distorsión del rostro de un hombre que canturrea sentado en una silla. La canción acabará bruscamente cuando una boca se abra en el suelo y se trague al cantarín protagonista con silla y todo. Tras los títulos de crédito, la boca reaparece y se lame los labios con fruición, quizá en un guiño sardónico a las secuencias inicial y final del extravagante musical de serie B ‘The Rocky Horror Picture Show’, filmado una década antes por el realizador Jim Sharman, film de culto del underground y parodia kitsch del entonces en boga Glam Rock.
La mirada rabiosamente irónica sobre el lado ridículo de la vida cotidiana y el sarcasmo de Plympton, jugando furibundamente con los clichés sociales, ha alimentado su rico universo visual y narrativo desde sus primeros cortos como «Microtoons». Y ese estilo tan personal ha invadido incluso el mundo de la publicidad. Actualmente vive en Nueva York, desde que ya graduado en Diseño Gráfico, en la Oregon City High School de su lugar de origen, decidiera instalarse en 1968 en la ciudad de los rascacielos.
Después de ‘The Tune’ Plympton, quizá agotado por tan titánico esfuerzo, explotará las posibilidades que le brinda el cine con actores reales en sus dos siguientes largometrajes: ‘J. Lyle’, y ‘Guns on the clackamas’. En el primero hace una comedia alocada y surrealista sobre un sórdido abogado que se tropieza con un chucho mágico que habla y que acabará cambiando su vida. El segundo es un divertido acercamiento entre bastidores al género del western, pero desde una insólita óptica entre imaginaria y desastrosa, que rodará entre su Oregón natal y Nueva York.
En 1998, Bill vuelve a la animación, con su largometraje más salvaje hasta la fecha, que llevaría por título ‘I Married a Strange Person!’ La historia no puede ser más terrible con gore a lo bestia “y violencia y sangre con humor». Grant y Kerry, una pareja de recién casados durante su noche de bodas, van a sufrir la experiencia más inquietante de sus vidas, cuando el marido empiece a desarrollar extraños poderes sobrenaturales que su mujer no puede manejar.
En el siguiente largo, ‘Mutans Aliens’, del 2002, nos contará las peripecias de un astronauta que regresa a la Tierra, después de veinte años abandonado en un asteroide, gracias a la ayuda de una banda de alienígenas mutantes y a pesar de lo que nos cantaba Gardel, comprobaremos que el tiempo no pasa en balde y más si se vive en las nubes.
Con la sugerentemente nostálgica ‘Hair Hight», film de dibujos animados de nuevo, se mete en una comedia gótica ambientándola en una escuela secundaria de los años 50, en un cruce fértil que combina ramalazos a lo John Waters y Roger Corman, sobre un triángulo amoroso que no funciona y con dos teenagers que regresan a su baile de graduación para vengarse.
En el largo ‘Idiots and Angels’ del 2008, comedia negra sobre la batalla de un hombre gris que pierde su vida rutinaria cuando le salen alas que le permiten volar, lleva al colmo su virtuosismo narrativo sustituyendo los diálogos convencionales por música de principio a fin. Sería presentado por el también animador y ex Monty Python Terry Gilliam.
En el año 2018, Plympton realizará una serie de videos ironizando sobre la grotesca figura del entonces presidente de los EE.UU. para The New York Times y a los que llamaba ‘Trump Bites’. En uno de ellos, ‘Trump and Putin: A Love Story’, nos muestra a los protagonistas/antagonistas besándose obscenamente medio en porretas. ¡El escándalo estaba servido!
El incansable Plympton está trabajando actualmente en su nueva comedia animada del Oeste, ‘Slide’.
El FANCINE ha contado con los diseños del animador para el “gatete de Schödinger”, proteica mascota del Festival, que viene a ser un homenaje sentimental en versión cuántica al célebre y fantasmal gato de Cheshire de la Alicia de Carroll/Tenniel, dos de los referentes del genial creador de Oregón.
El sábado, en lo que es una de las joyas de la corona, la pantalla del cine Albéniz nos deleitará con una retrospectiva de este niño grande de profundos ojos azules que no ha dejado de soñar. Seguro que su flamante magia nos vuelve a contagiar para ponernos en la órbita de aquel héroe suyo de ‘Mutans Aliens’, de la que nunca querremos bajarnos.
¡Eternamente joven Bill Plympton!