abril de 2024 - VIII Año

Maria Chapdelaine

La película se estrenó en España el pasado 5 de agosto

Aprovechando lo tranquila que se queda la ciudad de Madrid durante este mes de agosto, una de las mejores cosas que podemos hacer es sin duda acercarnos al cine. Además tenemos la suerte de contar con algunos estrenos interesantes, como el de la canadiense Maria Chapdelaine.

Drama romántico que nos cuenta la intensa historia de amor y de iniciación a la vida de Maria, joven de 16 años, interpretada con admirable contención por Sara Montpetit , que recibió por ello una nominación al Prix Iris a la Actriz Revelación del año en los 24º Quebec Cinema Awards .

La película está basada en la célebre novela de igual título, que escribiera en 1913 el periodista bretón Louis Hémon, que en aquella época vivía en Quebec. El libro conoció desde su publicación un inmenso éxito comercial en esta provincia canadiense e incluso se incluyó en sus planes de estudio en los colegios. Hémon ha pasado a la posteridad como el escritor emblemático del Canadá francófono por su evocación mítica de los humildes campesinos de comienzos del siglo XX y de las tierras de Quebec.

Asimismo, la novela ha tenido previamente tres adaptaciones al cine antes de la llegada de este remake del quebequés Sébastien Pilote. Las dos primeras fueron francesas y dentro del llamado realismo poético  — la de Julien Duvivier de 1934 y la de Marc Allégret de 1950 —, y la tercera de Gilles Carle de 1984, de producción franco-canadiense, que fue nominada entonces al León de Oro en el Festival de Venecia.

La acción se desarrolla a orillas del río Péribonka, al norte del lago Saint-Jean, en una zona remota de Canadá en el Quebec rural de la primera década del siglo XX.  Allí reside el matrimonio Chapdelaine, descendiente de los pioneros franceses que llegaron hace 300 años, que con sus hijos — entre los que se encuentra Maria, la mayor —  debe trabajar incansablemente, en la pequeña granja familiar, con el objetivo de ir ganando terreno al bosque para conseguir una parcela de tierra que les permita sobrevivir con el cultivo y la siembra. La agotadora tala de árboles les obliga a contratar a algunos jornaleros durante la época estival. Las severas condiciones climatológicas y el aislamiento al que les somete su modo de vida serán puestos en solfa con la llegada de uno de los pretendientes de Maria, que está establecido en la ciudad estadounidense de Boston. Sin embargo, hay otros dos candidatos más, su vecino Eutrope Gagnon y el aventurero François Paradis, que no se lo van a poner nada fácil al urbanita Lorenzo Suprenant, que trabaja en las fábricas madereras de Massachusetts, y que vuelve todos los veranos a cortejar a la muchacha. Un hecho inesperado va a cambiar inexorablemente el rumbo de los acontecimientos y Maria se verá obligada a enfrentarse a un difícil dilema: continuar la dura vida rural de sus antepasados o empezar una nueva vida en la gran ciudad.

La película no elude su procedencia literaria en la medida en que se articula en cinco capítulos que llevan un título explícito. En cada uno de ellos, iremos acompañando a la protagonista durante el progresivo desarrollo de su paso de la infancia a la madurez, en una historia que sigue los códigos del bildungroman.

La película, rodada en los escenarios naturales donde transcurre la acción, hace una declarada apología del mito del buen salvaje a través de unas imágenes bellísimas, con la naturaleza agreste como telón de fondo, muy bien fotografiadas por Michel La Veaux donde se ven continuos guiños a la tradición pictórica del claroscuro de los pintores caravaggistas del norte, al francés Georges de la Tour e incluso a Vermeer en el tratamiento táctil de la luz sobre los rostros de los actores, y desde un punto de vista conceptual, al uso paradójico que se hace del blanco de la nieve como metáfora de la muerte,  que nos trae a la cabeza el cuadro del expresionista Kirchner  —que presagia su suicidio—  Jukerboden nevado del Museo Thyssen de Madrid.

El ritmo de la película es sosegado, para trasladar al espectador el tempo monótono de las rutinas cotidianas del trabajo en el campo con el cíclico fluir lento de las estaciones.  La puesta en escena, el montaje y la interpretación son tan sobrios, bajo el velo religioso que envuelve la trama,  que hace recordar por momentos lo que Paul Schrader escribía en su libro, ya clásico, titulado El estilo trascendental en el cine: Ozu, Bresson, Dreyer, sobre la estética austera fílmica donde esta era analizada como el resultado de dos contingencias universales: el deseo del arte de expresar lo metafísico y el propio medio cinematográfico.

Dado el marco ambiental de la película que lo acerca a un género como el del western,  bien podríamos emparentarlo con un director como Budd Boetticher, al que Schrader incluía en su ensayo con largometrajes como Seven men from now, en el que lo trascendente desembocaba en un intenso realismo psicológico, como ocurre en el film que nos ocupa de Sébastien Pilote.

El decidido tono místico a lo largo de todo el metraje, se puede ver ya desde el nombre mismo de Maria para la protagonista  a la simbología religiosa del número 3 (los pretendientes, el tiempo de espera en años del que se termina postulando como triunfador a la conquista de la heroína, o los ciclos que marcan la vida del matrimonio Chapdelaine),  pasando por el mito de la Tierra Prometida, tema recurrente en el western.

Sin embargo, esta atmósfera casi ascética no excluye en modo alguno el palpitante erotismo que rezuma la película, sino que más bien lo exacerba, a través del personaje de Maria, réplica sotto voce de la legendaria Scarlett O’Hara de Lo que el viento se llevó.

También encontramos otras alegorías —del universo grecolatino—, como la de la Ítaca de Penélope, encarnada en la acción de tejer y destejer durante la espera de la propia Maria, como bien pone en evidencia su madre;  reconocemos asimismo el viaje iniciático de ida y vuelta de dos de los pretendientes, como rito de paso obligado para la consecución del objetivo propuesto.

En este contexto, no es baladí la estigmatización que se hace en el film del mundo del progreso y el hecho, abiertamente maniqueo, de la estima social que despierta el sacerdote en ese microcosmos campestre, nimbado por la fe, en detrimento del que se le otorga al médico, matasanos también en el argot del western.

Por otra parte, el realizador utiliza algunos estilemas de los grandes clásicos del cine como sucede en referencias expresas al John Ford de La taberna del irlandés, la escena del baile de la fiesta local de los lugareños, o de Fort Apache con el valor simbólico que tiene la puerta de acceso a la casa como prolongación del porche, en su recurrente dialéctica dentro/fuera  —entre lo doméstico como refugio familiar y el mundo indómito de la naturaleza feraz—. También se encuentran ecos, aunque latentes, del conflicto de Leslie Howard/ Clark Gable a causa de Vivien Leigh, de la ya mencionada película de David O. Selznick, si bien se renuncia categóricamente a cualquier grandilocuencia épica, como apuntábamos antes, en beneficio del carácter trascendente que busca Pilote.

La folclórica música de cuerda que Philippe Brault ha compuesto para la banda sonora tiene un marcado tono elegíaco que le va muy bien a las imágenes.

Emotiva película, pues, que nos puede ayudar a pasar los rigores de este verano que no nos está dando demasiada tregua.

¡Apúntenselo en su agenda, amigos!

Ficha técnica y artística:

Título original: Maria Chapdelaine
Año: 2021
País: Canadá
Idioma: Francés
Duración: 158 min.
Género: Drama rural. Años ca. 1900
Dirección y guion: Sébastien Pilote
Argumento: Novela de Louis Hémon
Música: Philippe Brault
Fotografía: Michel La Veaux
Reparto: Sara Montpetit,  Sébastien Ricard, Hélène Florent, Émile Schneider, Antoine-Olivier Pilon, Robert Naylor, Danny Gilmore, Hélène Florent, Gilbert Sicotte, Martin Dubreuil, Émile Schneider, Charlotte St-Martin, Gabriel Arcand, Henri Richer-Picard,  Xavier Rivard-Désy, Arno Lemay, Thomas Haché y Normand Carrière.
Productora: Item 7, Multipix Management. Distribuidora: MK2 Mile End
Estreno en España: 5 de agosto de 2022

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Archivo Entreletras

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