octubre de 2024 - VIII Año

‘El médico de Ifni’ de Javier Reverte

Plaza & Janés Editores – Areté. Barcelona, 2005

Es una novela de un autor que vive sus viajes como los relatos de los antiguos viajeros. Sus periplos por los cinco continentes, sobre todo por América, África y Asia (Grecia, Turquía, Egipto y toda el Asia menor) han quedado como un legado impagable para asomarse a las antiguas civilizaciones allá donde la curiosidad le ha llevado. Ha satisfecho sus impulsos, sus deseos de saber y nos ha transmitido esa pasión con todo detalle y respeto.

Nacido en 1944 en Madrid, estudió Filosofía y Periodismo. Ha ejercido esta profesión en periódicos y en televisión, participando en todos los ámbitos de la profesión, columnista, redactor, reportero en conflictos bélicos, llegando a ser subdirector del diario “Pueblo”. Ha sido también co-director de un documental sobre los campamentos saharauis en Tinduf. La literatura de viajes ha sido su gran objetivo.

En este caso estamos ante una novela que se desarrolla en Madrid, en Ifni y en el territorio saharaui, con un trasfondo político sobre la presencia de España en el norte de África y su devenir de los antiguos territorios de dominio español en el siglo XX.

Javier Reverte, recientemente fallecido, ha dejado un legado importante no solo para los futuros viajeros, sino para la cultura en general, por la documentación aportada y por su estilo literario, sobrio y preciso.

En el caso de Clara, la joven protagonista de la novela, el relato nos aproxima a la realidad del Sahara.

Se inicia la narración en Madrid con la noticia de la muerte de su padre, a quien no ha conocido. Las últimas noticias sobre su paradero se pierden según su madre en la guerra de Ifni cuando era colonia española. Este evento despierta en ella la curiosidad de profundizar en la vida del padre desconocido, y situado en la penumbra por su madre. Ese sentimiento le hace planear una visita a Sidi Ifni dado que fue allí donde estaba destinado años antes como médico militar.

Este viaje le permite conocer los territorios africanos de dominación española en otro tiempo, y los campamentos de Tinduf, que el autor conoce bien y que ha recogido en un documental sobre las condiciones de vida de sus habitantes y el problema no resuelto de ese pueblo peregrino.

Este trasfondo político es el telón de fondo de la novela, al describir la figura de Gerardo Canabal, el padre de la protagonista, su vida en Ifni y con ello la gestación y desarrollo de la guerra que determinó el inicio de la diáspora del pueblo saharaui.

Clara, en su periplo, descubre los últimos años de la vida de su padre, la existencia de un hermano al que no conoce, vive una historia de amor y descubre la traición de un amigo de su padre, que está ligado a su muerte y que su hijo, su desconocido hermano, le corrobora.

El embrujo de África te atrapa, te sumerge en sus desiertos, en sus tormentas de arena, en sus paisajes, en sus gentes, y en la lucha por su dignidad, en sus fracasos y en sus vidas no exentas de melancolía a la que se enfrenta la protagonista.

Es una historia en que se mezcla la lírica, los sueños, la épica y un cierto aire de poesía.

Es un relato también sobre África, donde el autor vuelca su admiración por ese continente, por sus gentes y por su sabiduría, lejos de las coordenadas de nuestro entorno.

Es también la historia de una búsqueda de identidades, de Clara, la protagonista, de su padre, militar inquieto, alejado del franquismo, régimen que rechaza, y de un hijo concebido con una mujer africana, fruto de la pasión, al que dio estudios dentro de sus modestas posibilidades, y al que adoraba. También es una aproximación al problema de identidades de todo un pueblo, a sus opciones de vida y a sus derechos colectivos. Para todos ellos hay agazapadas encrucijadas difíciles, renuncias constantes, y dilemas complejos.

El trasfondo de las pérdidas de las colonias, llamadas provincias, primero en los años 50, y de “El Sahara” después, en 1975, queda recogido en el horizonte del relato, como un complejo paisaje de nuestra historia. La difícil encrucijada a la que ha quedado abocada la población nativa ha sido insólita. Ubicada en la nada, sostenida por ayudas internacionales, pendiente siempre del desenlace de un referéndum de autodeterminación convocado por la ONU no realizado todavía, conduce a la reflexión.

La situación es un baldón para dicho organismo que ha conducido a un pueblo a peregrinar a merced de su suerte. Una suerte amarga, mal resuelta, y con serias consecuencias para los interesados, que han quedado olvidados en el desierto, ubicados a caballo entre Argelia y Marruecos, en unas condiciones de vida muy difíciles, como una burbuja histórica.

Javier Reverte aprovecha sus viajes para dejar constancia con sus relatos de la vida  de las gentes que conoce. El texto es un homenaje al buen periodismo y a la narración comprometida.

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