octubre de 2024 - VIII Año

‘Siempre es ahora cuando te pienso’ de José Antonio Verdasco

siempreesahoraSiempre es ahora cuando te pienso
José Antonio Verdasco
Ediciones Ondina, 2018

En ocasiones un poeta tarda tiempo en ver editada su primera obra. Durante años elabora sus versos en la soledad de su mesa de trabajo, construye sus poemas, revisa, mejora aquello de lo que no ha quedado satisfecho, afina su voz poética que, como mucho, comparte con sus allegados y amigos. Hasta que un día su quehacer literario toma forma de libro. Este es el caso de José Antonio Verdasco, un poeta que acaba de entregarnos su primer poemario titulado Siempre es ahora cuando te pienso, publicado bajo el sello Ediciones Ondina.

Sesenta y un poemas en los que encontramos versos que, en palabras de la escritora y editora Elena Muñoz, ‘…están impregnados de esa belleza que nos atrae al asomarnos a un abismo para contemplar en el fondo lo que hemos perdido’.

Sin duda, los poemas que contiene este libro sorprenden por su fuerza expresiva y su estilo limpio, directo, exento de artificios retóricos. ‘Ser y tiempo / dos titanes devorándose / eternamente’. El sentido de la existencia y el discurrir del tiempo. Desde el inicio expone el poeta cual va a ser el epicentro sobre el que girarán sus versos. Dos conceptos que viajan unidos en las páginas de este poemario, suscitando tribulación, desamor, desconsuelo, inquietud y también, ¿por qué no?, ese renacimiento que, una y otra vez, como un eterno retorno, el autor haya en la poesía. ‘Entre tantos escombros tengo / la costumbre de renacer’, nos dice en el poema LIV. ‘Ser y tiempo’, binomio indisoluble, en permanente contienda por buscar respuestas e intentar comprender la inexplicable caducidad que rige nuestra naturaleza y el mundo que nos rodea.

En efecto, este libro es un canto a la existencia, con sus luces y sombras, con sus exaltaciones y miserias. Un canto de una belleza triste. Valgan unos versos del poema XIII para definir lo que, a mi juicio, es este poemario: ‘Geometría en carne viva / del desconsuelo’. Derrota, desgarro, desamparo,… un sentir doliente que expresa al unísono el autor en el poema X, en el que declara: ‘…me hallo / hostigado por los estigmas / que me devoran / a cada paso’.

Quizá donde mejor puede verse el tema de la existencia y el tiempo es en el poema XXVII, un poema excelente que destaca en la lectura de este libro:

En el espejo donde desnudo
mi miedo,
donde habita mi duda,
donde me hago más viejo.

Ahora es un espejo roto
por el enajenado abrazo
de la tempestad del tiempo,
tiempo que surca los parajes
donde peno por la agonía
de los instantes que fueron’.

La idea de la pérdida es otro tema que surge en estos versos nada más comenzar la lectura: ‘carcomido / por las lágrimas / que sembró / tu adiós eterno’ (poema V).

En estos poemas a los que Verdasco no ha puesto título, pero sí emoción y cadencia, rematando con habilidad cada uno de ellos, nos encontramos a un poeta con un elevado sentido autocrítico: ‘Obstinada herida / sentirme / mi peor enemigo’, escribe en el poema IX.

El poeta, además, parece verse fuera del presente. ‘Tengo vocación de / exiliado del presente, / de fantasma arrastrando / las cadenas de lo vivido’, anota en el poema VI. Y prefiere cimentar el futuro sobre lo que le ofrece el pasado: ‘Forjar sobre el ayer / mi mañana’ (poema VIII). ‘Redime estos huesos / de los escombros de una época / donde fui furtivo / de mí mismo’, enuncia con posterioridad en el poema XXV.

Asimismo, hay en la poesía de José Antonio Verdasco una búsqueda del edén perdido, como representación de un ámbito o un tiempo idealizado al que el poeta desea encaminarse, lo manifiesta en el poema XIII: ‘busco con frenesí / los abrasados días /del paraíso extinguido’. Paraíso como contraposición a un mundo donde reside la desolación y el semblante más áspero del ser humano. ‘Los pájaros del miedo / se amotinan y en las / esquinas del mundo / mueren paraísos’, subraya en el poema XLI.

En los poemas de Siempre es ahora cuando te pienso, descubrimos imágenes de gran intensidad que proporcionan vigor al discurso poético. Sirva de muestra estos versos del poema XVIII en los que se posiciona frente al lado oscuro de la realidad: ‘Me cala un aguacero zafio / de rumores,/ en esta madrugada, / en la que me asedian, / lobos rabiosos,/ epitafios vengativos / donde se conjuga / insomne la zozobra.’

El amor tiene de igual forma su lugar en este poemario, ‘Solo tú bordas las lunas / de miel en cada abrazo. / Sostienes la pena del / mundo en tu sonrisa/ […] / abrasas en un beso los / futuros inciertos que me / asolan.’, celebra en el poema XXXII, mientras el poeta abdica ‘de la corona de espinas / de la rutina’.

En la poesía de Verdasco cobra relevancia el instante: ‘Prefiero el instante, sentir como me mece / en su universo’ (poema XX). También el azar que ‘forja la arquitectura / del porvenir’ (poema II) y el caos donde ‘habita / mi orden, / ecosistema de raíces / inescrutables’ (poema XXI).

Llama la atención en este poemario la figura del fantasma que vemos hasta siete veces repetida en el libro (fantasma, lo fantasmal, espectro), ese ‘pasar fantasmal’ que vaga ‘…como sombra / sin pulso’. El fantasma, una idea que podemos ver del mismo modo en otros autores actuales, por ejemplo en el poeta Fernando López Guisado o en Gemma Serrano.

Los poemas de Siempre es ahora cuando te pienso, título tomado de los dos versos que configuran el poema XVII, son en su mayoría breves, el más largo tiene veinticinco versos. Ya hemos comentado la inclinación de Verdasco a lo sintético. Por ello, en alguna ocasión parece que estemos frente a un aforismo en vez de ante un poema. Lo cual no es de extrañar, pues no son pocos los poetas de nuestro tiempo que cultivan el aforismo como forma de expresión. Los poemas LI y LII ilustran respectivamente esta consideración: ‘La soledad es un veneno que no mata, / pero oxida’ y ‘Morir es volver al olvido / Vivir es pulsar un segundo la efímera historia’.

Con Siempre es ahora cuando te pienso se suma José Antonio Verdasco al elenco de poetas contemporáneos con obra publicada. Un poemario que nos ofrece una poesía de calidad en la que podemos entrever una interesante trayectoria poética. Habrá que estar muy atentos a lo que, a buen seguro, nos traerá de nuevo la poesía de Verdasco.

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