marzo de 2024 - VIII Año

‘Otoño y nueces’ de Mónica Moreno Fernández-Santa Cruz

Otoño y nueces
Mónica Moreno Fernández-Santa Cruz
Amazon, V. Kindle, 2019

En una visita a su abuela, Bárbara localiza en un trastero un viejo álbum de fotos y se lo enseña a su abuela. Esta, Aurora, se detiene largo rato en cada una de las fotos pegadas en el álbum. Aparece una, fechada en 13 de julio de 1936, en la Puerta del Sol, de Madrid, lo que permite a Aurora hacer alguna evocación de los días que precedieron al estallido de la guerra civil española (1936-1939), el 18 de julio siguiente. En esa foto aparecía Aurora, a sus diez años, con su madre y su hermano Ramón, de 15 años entonces.

Después de una pausada contemplación, la atención se fija en otra foto. Es de la boda de los padres de Aurora, los bisabuelos de Bárbara. Pero lo que causa una honda sorpresa en Aurora es la aparición de una foto oculta. Tras la foto de la boda surge, escondida debajo, otra foto más pequeña. En ella se ve a dos chicas y su visión produce una intensa conmoción a Aurora, cuando reconoce a las fotografiadas. Eran Rosario y Pilar, dos jóvenes a las que conoció por azar, en esa misma época. Una de ellas, Rosario, fue novia de Ramón, el hermano de Aurora.

Así comienza esta extraordinaria narración nacida de los recuerdos transmitidos por la madre de la autora, que vivió la Guerra Civil en Madrid, y a la que se recuerda con profunda emoción en la dedicatoria de esta novela: Para ti, mamá, que viviste aquellos días y me transmitiste los sentimientos que han inspirado esta novela.

Mónica Moreno Fernández-Santa Cruz es una novelista de vocación. Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, ganó por oposición plaza en el Cuerpo de Letrados de las Cortes Generales, en 1998. Para entonces, ya había dado sus primeros pasos en la literatura con algunas novelas y relatos juveniles, como ella misma dice. Pero ha seguido adelante en su vocación literaria publicando nuevos textos, hasta la aparición de sus dos últimas novelas, Otoño y nueces y Mentiras, aparecida más recientemente.

Mónica Moreno Fernández-Santa Cruz ha aparecido en las publicaciones de Amazon, con varias obras, entre las que destaca esta novela, Otoño y nueces, de fuerte impacto emotivo, que centra la acción de su relato en el Madrid asediado de la última y ya lejana guerra civil española (1936-1939). La trama se desarrolla fundamentalmente en el Madrid revolucionario del Frente Popular, el de los milicianos y milicianas vestidos de mono azul, y de permanentes represiones.

Vivimos tiempos en los que se habla mucho de memorias históricas, una noción que se va a ver, en breve, hipostasiada en “Memoria Democrática”. Quizá por eso sea más pertinente esta narración, escrita con gran sensibilidad y siguiendo la propia realidad histórica, en ocasiones casi día a día, de lo sucedido en Madrid, entre 1936 y 1939.

Otoño y nueces, a lo largo de sus más de 400 páginas, sigue una historia de amor de dos jóvenes, Ramón y Rosario, atrapados en la vorágine de una revolución y una contienda civil, de su vida y la de sus familiares y amigos. La novela, como se ha dicho, se inicia con la revisión de un álbum de viejas fotografías, que evoca recuerdos perdidos de Aurora, que serán relatados a su nieta Bárbara, con delicadeza, a veces con dificultad, y con una profunda melancolía en todas las ocasiones. Un relato que, más que a alabar o a condenar, se orienta a comprender. Comprender situaciones, acciones y personajes, situados en las extremas condiciones de una revolución desarrollada en el contexto de una guerra civil, o viceversa.

El mexicano Enrique Krauze (1947), en su obra De héroes y mitos (2010) ha reflejado uno de los peores dramas de las revoluciones. Krauze rememora en esas páginas una diferencia terrible: la que distingue a los “revolucionarios” de los “revolucionados”. Los primeros, que no suelen llegar ni al 5% del total de la población de un país en revolución, ocupan usualmente el centro de la atención de crónicas, filmaciones y grabaciones. Al menos algunos de ellos, ya que Krauze agrupa en su concepto de “revolucionarios”, tanto a los militantes revolucionarios propiamente dichos, como a los militantes contra-revolucionarios. Un 5%, en total, integrado por los protagonistas de la revolución, sujetos agentes, tanto a favor, como en contra.

El 95% restante de la población, los “revolucionados”, son los sujetos pacientes que, además, quedan habitualmente relegados al anonimato en los libros, películas y grabaciones, más volcados en glosar la épica y valores revolucionarios (o contra-revolucionarios). Las revoluciones pueden ser explicables, justificables y hasta inevitables, pero sus lances y desenlace no mejoran casi nunca la vida de la gente. A menudo, no se suele reparar en las hambrunas desatadas, en los padecimientos de poblaciones atrapadas en violencias, saqueos, crímenes y muertes

La novela Otoño y nueces toma como fondo el desarrollo de la guerra en Madrid. Un fondo en el que destacan las penurias y privaciones padecidas por una población civil inerme. E incluso del hambre que acompaña siempre al racionamiento. Una ciudad en la que desaparecieron los perros y los gatos callejeros, pues se usaron de alimento. De una población que guardaba para comer las mondaduras de las patatas o de las naranjas, que también se consumían. Y del miedo. De las delaciones, de los tiroteos por las calles, de los cadáveres sin retirar de la vía pública.

Escenas de terribles, como las descritas por Clara Campoamor (1888-1972) en su impresionante obra La Revolución Española vista por una republicana, editada en francés en 1937, publicada en España, en 2005, en traducción y edición de Luis Español Bouche. Ese Madrid del que Clara Campoamor tuvo que escapar en octubre de 1936 para poder salvar su vida.

Y escenas de la verdadera resistencia, esa que nos impulsa a seguir viviendo incluso en las más adversas circunstancias. No solo al mero sobrevivir, sino a seguir viviendo con los seres que se aman y con la familia, a pesar de todas calamidades e infortunios que se abaten sobre ellos y que han de vencer cada día para poder continuar sus vidas. Vidas que, a veces, también se truncan. Pero donde es posible también, pese a todo, encontrar el amor, aunque desgraciadamente también abunden otras pasiones más terribles.

Un relato que impresiona y que se centra en las peripecias de la vida cotidiana de los “revolucionados” a que se refiere Krauze, en su citada obra, y una novela muy recomendable que no defraudará a quienes la lean.

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