octubre de 2024 - VIII Año

La exposición: Los leales (30 militares de la República)

La exposición organizada por la Fundación Pablo Iglesias titulada “Los Leales” está recorriendo diversas ciudades, empezó en Alcalá de Henares y actualmente está en Madrid en la Escuela Julián Besteiro (Escuela de formación de la UGT) durante el mes de febrero de 2022. La muestra, que ha sido diseñada tras una minuciosa investigación por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Gutmaro Gómez Bravo, presenta un estudio novedoso sobre los militares de alta graduación leales al orden constitucional de la II República. Su patriotismo e integridad permitió improvisar, ante el Golpe de Estado, la defensa profesional con que hacer frente al levantamiento. Inmediatamente, los militares sediciosos—, apoyados en una parte del ejército que invadió la península aprovechando las tropas establecidas en el Norte de Marruecos, una parte de ellas mercenarias— provocaron una guerra que duró tres largos años.

El golpe urdido, entre otros por el General Mola, se apoyó en una parte mayoritaria de la Guardia Civil, aunque no de algunos de sus principales mandos, que se concentró en las capitales de provincia, aunque siempre tuvo la oposición de la Guardia de Asalto. Contó la República con la Marina y la Fuerza Aérea, pero el resto del Ejército en la península secundó mayoritariamente el Golpe, gracias a la desarticulación de las Jefaturas de Estado Mayor de las Divisiones Orgánicas, tras el asesinato de algunos de los responsables y su sustitución por otros oficiales de rango inferior implicados en el proceso sedicioso. De los nueve Jefes de Estado Mayor de División sólo cuatro participaron en la conspiración, seis terminaron apoyando el Golpe y tres se opusieron. Entre los generales Jefes de División sólo se sublevó Cabanellas e Zaragoza, Franco en Canarias y Goded en Baleares.

Esta exposición nos presenta una selección de 30 de los militares profesionales que sostuvieron la defensa del orden constitucional, y de este modo desmiente que la rebelión del ejército fuera absoluta. Aproximadamente un 29 % de la oficialidad en activo no se sublevó, frente a un 36 % que sí lo hizo. La diferencia la marcó el 35 % restante, que abandonó la zona republicana, ante la defensa popular improvisada por las organizaciones sindicales tras la desarticulación de las estructuras del Estado.

Otros autores, como el comandante Juan Barba Lagomazzini, en su obra “Hombres de Armas de la República” editado en 2015, donde señala 900 como la cifra aproximada de los jefes y oficiales que defendieron el orden republicano, es evidente que en una exposición es necesario realizar una selección, pero faltaría un panel donde se hiciera un balance más detallado que permitiera profundizar en la situación, así como la indicación de los criterios de selección utilizados. Una parte de los militares habían sido retirados por la Ley de Azaña, de ahí que las cifras de los oficiales que apoyaran el Golpe militar son discutidas, ya que muchos volvieron a sus antiguos puestos de mando haciéndose con guarniciones que conocían con anterioridad. Lo mismo ocurre con el bando republicano donde se produjeron muchos ascensos por méritos de guerra lo que confunde en la valoración e importancia de los Jefes y Oficiales que defendieron la legalidad republicana en una primera fase.

Una crítica razonable a la exposición es la inclusión de la fase final, que da lugar a una división entre los militares republicanos, y por lo tanto al incluir a Segismundo Casado entre los seleccionados en los paneles, al ser el máximo responsable del golpe militar que puso fin a la defensa republicana, en el intento de encontrar un acuerdo entre militares, que mitigara las previsibles consecuencias de la derrota del régimen republicano, tras una cruenta guerra, inspirándose en el acuerdo entre liberales y carlistas en el siglo XIX, pero la crispación de la situación internacional y la manifiesta actitud de aniquilamiento de los militares franquistas lo hizo imposible. Otra crítica sería que no aparecen siempre entre las fotografías seleccionadas la imagen que identifique a cada oficial, apareciendo a veces de grupo o de documentación.

El conflicto bélico, después del golpe inicial, y tras la llegada de las brigadas internacionales, se enquistó. La República, posteriormente, pudo reorganizar un Ejército Popular, y es ahí donde los mandos profesionales leales ejercieron un papel decisivo en la defensa del territorio. El paso del estrecho por el Ejército de África, el apoyo aéreo de Alemania y la importante presencia de las tropas de tierra italianas, acabaron inclinando la balanza a favor de los sediciosos, junto al bloqueo internacional de suministros a la República, que pudieron ser cubiertos sólo parcialmente comprándoselos a Rusia y, en menor medida, a México.

Algunos de los militares seleccionados en esta muestra participaron en la defensa desde el primer momento, como Mangada, que intervino en el asalto al Cuartel de la Montaña, como un ciudadano más. Pero el grueso de los estudiados, tuvieron un papel profesional en el diseño de las operaciones militares y en la estructuración de la defensa. Unos murieron en la guerra y otros terminaron en los pelotones de fusilamiento tras la derrota, marchando el resto al exilio.

Los militares profesionales compartieron las responsabilidades de mando con otros no profesionales que fueron ascendidos, siguiendo criterios técnicos, por méritos de guerra. La exposición consta de fotografías facilitadas por los familiares y otras obtenidas de los archivos militares que hasta ahora no se habían podido consultar, así como copias de los mapas originales de las posiciones de la guerra y otra documentación complementaria significativa.

La estructura en cada panel consta de su principal actuación en el conflicto y se indica su etapa posterior en el exilio o se describe su final trágico. La ordenación de los paneles es alfabética, y a todos se les da una misma extensión, independientemente de su importancia y graduación.

Esta novedosa exposición desmiente con rotundidad la extendida imagen de que el Ejército fuera unánime en el levantamiento militar, y refuta que, tras los primeros meses de improvisación, la defensa republicana no contara con una gran dosis de profesionalidad. Bien merece una visita.

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Archivo Entreletras

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