junio de 2025

Alien: Covenant

Por Fernando López Guisado.-

Cartel Alien Covenant-1

A una película le puedo perdonar casi cualquier cosa. Por ejemplo… Resultar predecible; unos protagonistas carentes de carisma y actor incapaz de reconducirlo; simpleza o enrevesamiento hasta caer en farragosa por alternar ambas perspectivas sin lograrlo; ritmo irregular; o no convencerme, aunque respete, decisiones argumentales que afectan a toda una imaginería tan potente e icónica como la metatrama de una saga que comenzó en 1979.

Disculpo tanto su visita tópica al universal de la cifi más pura —¿De dónde venimos?— como su enfermiza obsesión por rendir culto a clásicos del género sin creerse que la original es uno de ellos y no una simple ‘serie B de terror con bichos extraterrestres’. Cuando cae en la cuenta de que sólo necesita su propio referente es ya demasiado tarde porque debe resolverlo a matacaballo.

Se lo perdono casi todo, más si me lo compensa con otros elementos como la interpretación de Fassbender y momentos tan terroríficos como endiabladamente perversos, en todo sentido, pero centrándome en lo visceral psicológico, que te remueve por dentro alcanzando lo morboso, lo pervertido y, creedme, lo logra con brillantez.

Pero no le perdono que, durante la mayoría de metraje, me aburra durante una hora con escenas largas de regodeo técnico en las que la se gusta demasiado a sí misma pero solucionando los asuntos de peso mediante plumazos narrativos incongruentes. En especial, si ese periodo se presenta tras los primeros dos minutos; comparable a subirte a una montaña rusa tras una fila kilométrica en la que muchos se te cuelan o jugar un partido después de un recorrido turístico por cada brizna de césped de la cancha bajo un sol de justicia.

Al recibir y escribir una historia defiendo la concreción, la agilidad, el decir todo con la expresividad máxima. ‘Alien: Covenant’ podría condensar su primera hora y media en sólo quince minutos, incluso con tiempo de recrearse en detalles preciosistas, y sería una película fenomenal, según los gustos.

Pero no, es alguien que te lee poemas cursis cuando estás a punto de pegar un polvo salvaje. Justo cuando se dispone al tema, aunque lo haga de maravilla, sólo quieres dormirte de una vez.

 

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

‘La noche de los tiempos’ de Antonio Muñoz Molina
‘La noche de los tiempos’ de Antonio Muñoz Molina

La noche de los tiempos. Antonio Muñoz Molina. Seix Barral. 2006 Es sorprendente que de cuanto he leído, pocas novelas…

La Cataluña del eterno retorno
La Cataluña del eterno retorno

En Cataluña llevamos demasiados años en suspensión. Desde 2012, los días históricos y las declaraciones institucionales teatralizadas han ocupado y…

Sol de domingo en los cien años de la Cuesta de Moyano
Sol de domingo en los cien años de la Cuesta de Moyano

La Feria de libros de la Cuesta de Moyano No sé por qué razón, la luminosidad de este día de…

1244