marzo de 2024 - VIII Año

Fancesco Guicciardini, un diplomático toscano por tierras extremeñas

Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto
Luis Cernuda

Francesco-guicciardiniLos viajes han despertado curiosidad desde las épocas más remotas. El hombre siempre ha deseado conocer otras tierras, otras costumbres y otros horizontes. Sin ir más lejos, La Odisea, no es otra cosa que un viaje con retorno al punto de partida y Las mil y una noches están llenas de viajes fantásticos. Por otra parte, para quien tiene ojos para ver y curiosidad intelectual el viaje es una experiencia, una fuente de conocimiento y hasta una exploración de lo desconocido.

Tengo un libro en las manos, Ruta de los viajeros extranjeros a su paso por Extremadura. 500 años de aventuras, editado por la Junta de Extremadura, con cuidados textos de Manuel Aguilar Yuste.

¿En qué consiste su propuesta? En describir, desde el Siglo XV, a diversos viajeros que recorrieron tierras extremeñas, bien deteniéndose en ellas o bien de paso. De todos ellos voy a elegir a Francesco Guicciardini (1483-1540), aunque hubiera sido muy interesante hablar también de Henry Frederick Link o Alfred Jouvin.

Florencia es el Renacimiento. Un periodo de esplendor, brillantez cultural, acompañada, en el caso del mosaico de Estados Italianos, de crisis política, enfrentamientos y luchas fratricidas.

¿Por qué he elegido a F. Guicciardini? Su poliédrica figura llena de matices, me salió al paso estudiando a Maquiavelo. Hay una importante correspondencia entre ambos y al parecer, Francesco intentó mediar ante los Medici para que Nicolás pudiera recuperar su influencia.

¿Quién fue Guicciardini? Ante todo, un hombre inteligente, sagaz, hábil y maniobrero que representó fielmente lo que fue la República florentina en el Renacimiento. No sólo fue un político y diplomático sino también un jurista, un filósofo y un historiador realista y concienzudo. Puede afirmarse que perteneció al círculo de los poderosos Medici y a lo que podríamos calificar de vida intelectual y cultural de la República.

spagna¿Cómo y por qué se interesó por España? Los Médici observaron sus excelentes cualidades para la diplomacia y la intriga y lo nombraron embajador ante el Rey Fernando el Católico. Desempeñó, a plena satisfacción, las tareas encomendadas y regresó a Italia prestando diversos servicios a dos papas de la familia Médici: León X y Clemente VII.

A una mente despierta, como la suya, no se le escapaban las opiniones, puestas en sazón, de sus interlocutores, las excelencias de las ciudades en las que residió y los caminos que tuvo que transitar. Así, surgieron su Diario di Spagna (1512), Relazione di Spagna (1514), si bien, lo que me parece más asombroso de su producción son Considerazioni sui Discorsis del Machiavelli sopra la prima deca di Tito Livio (1528/1530).

Durante su viaje a España aprovechó bien el tiempo. Visitó Barcelona, Zaragoza, Granada y Sevilla entre otras ciudades y describió su andadura por tierras extremeñas, llamándole especialmente, la atención la abundancia de fuentes cerca de Badajoz.

A un espíritu analítico como el suyo, no le resultaba complicado analizar los cambios que se estaban operando en aquellos años. Así observa, con nitidez, la pérdida de poder de los Estados y Ciudades-Estado italianas y el auge que van adquiriendo monarquías como la española y la francesa. Al igual que Maquiavelo analiza con precisión los Estados que se van fortaleciendo y los que pasan a debilitarse y frecuentemente caen en manos de uno u otro de los nuevos poderes emergentes.

Podría decirse que, en cierto modo, Guicciardini realiza un primer intento de lo que sería una historia europea, pues excede lo que sería un ámbito geográfico delimitado y concreto. Maquiavelo y Guicciardini tienen más elementos en común de los que parece a simple vista. Ambos, para juzgar los hechos políticos se desprenden de enfoques morales y valoran el papel que la ambición, el egoísmo y el conocimiento de la condición humana juega en el tablero político. La visión de Guicciardini es pesimista. El hombre carece de capacidad para prever y orientar el futuro. Se atreve a negar que existan leyes inmutables que rijan las acciones de los hombres.

Son los gobernantes los que fraguan su propia grandeza o los que precipitan a los pueblos al desastre. La fortuna es caprichosa y gusta trastocarlo todo, colocando arriba lo que estaba abajo y viceversa.

historia ditaliaTambién, me parece particularmente novedoso que acuda a fuentes documentales inéditas y que consulte y tenga en cuenta los puntos de vista y opiniones de otros historiadores de diversas épocas. Lo más característico, desde luego, es que esté convencido de que los políticos y regidores de los Estados son, con sus virtudes y defectos, los que propician su fortalecimiento o su desmoronamiento y caída.

Las experiencias narradas por los viajeros, en libros donde dan puntual cuenta, de lo que han visto y, además, analizan las circunstancias políticas, sociales y económicas del país visitado, tienen un interés nada desdeñable.

Puede constatarse, asimismo, que el Renacimiento es un periodo viajero, donde son muchos los europeos que acuden a nuestro país y dónde los españoles viajan, especialmente, a Italia con la que existen muchos vínculos con el diverso mosaico de estados en que se encuentra dividida. Podría decirse, incluso, que entre España e Italia existe un espacio común compuesto de elementos culturales afines. Baste recordar a este efecto, como otro de los viajeros italianos, Andrea Navagero entró en contacto con Juan Boscán y Garcilaso de la Vega. Su influencia y erudición sirvieron para que el verso endecasílabo terminara de implantarse en nuestro país y así como algunas estrofas, como por ejemplo, el soneto, en el que Francesco Petrarca había logrado hallazgos sublimes.

Tras esta digresión volvamos a Francesco Guicciardini y a sus andaduras por nuestro país. La naturaleza del viaje fue esencialmente política. Se trataba de que el Rey Fernando, que ya por aquel entonces estaba empeñado en establecer un cinturón profiláctico en torno a Francia, fuera receptivo a sus demandas. Su inteligencia y habilidad hicieron que cumpliera, a plena satisfacción, las expectativas con las que inició el trayecto.

Francesco Guicciardini en su Storia d’Italia, con toda justicia, su obra más celebrada y donde lleva a cabo sus principales descubrimientos metodológicos y de enfoque historiográfico dejó plasmadas muchas de sus ideas pero, como veremos más adelante, no sólo en ella. Antes de su composición en Relazione di Spagna ya había demostrado sus condiciones de analista y acierta a trazar un panorama muy ajustado y veraz de la realidad socio-política de la Península Ibérica. Por regla general, se suele situar ante los hechos como un espectador imparcial, lo que le es de suma utilidad para asimilar las fuerzas que están en juego en los escenarios políticos. Estos y otros rasgos dan buena prueba de su capacidad analítica, lo que ha hecho que algunos lo consideren el fundador de la historiografía moderna.

Parte de sus obras permanecieron durante mucho tiempo inéditas. Por tanto, su pensamiento sólo pudo ser conocido parcialmente. Baste recordar que su Ricordi politici e civile (1512-1530), no fueron publicados hasta 1857.

Es digno de destacar que la mayor parte de sus obras están escritas para sí mismo y no para ser leídas y expuestas al juicio de otros. Su obra mejor estructurada y mejor concebida, no es otra que Storia d’Italia. Por cierto, es la única compuesta para ser expuesta a la opinión pública. Quizás, por esto, merezca la pena destacar la libertad de juicio y la soltura con que compone el resto de su producción intelectual, dando por sentado que no van a ser conocidas, al menos, durante un largo tiempo.

francescoFrancesco Guicciardini fue un destacado intelectual del Renacimiento tardío. Para valorar el alcance de su pensamiento, no convendría dejar de lado, sus experiencias como diplomático y como analista político.

Los intelectuales renacentistas, especialmente los del Renacimiento tardío, aprendieron a ver el mundo de otra manera y con ojos nuevos. Pertenecieron a lo que podemos denominar, Humanismo y aprendieron a valorar la historia, la cultura y el devenir de los hechos con una vara de medir exclusivamente humana, o lo que es lo mismo, atendiendo a los triunfos y fracasos, a la virtudes y a los vicios de los hombres como principal fuerza generadora de los acontecimientos sin atribuirlos, como se hacía hasta entonces a fuerzas supra naturales.

Los recuerdos que dejaron plasmados los viajeros que recorrieron, por distintas causas y razones nuestro país, son muy ilustrativos. Haríamos bien en prestarles más atención y en procurar ser más conscientes de cómo a lo largo de los siglos nos han ido viendo quienes venían de fuera.

Todo viajero inteligente y despierto nos sitúa ante un espejo. Unas veces el espejo da una imagen deformada de la realidad y otras se ajusta más a nuestras tradicionales formas de entendernos a nosotros mismos.

Es de gran valor, el esfuerzo que hacen distintas Comunidades Autónomas, como en el caso que nos ocupa, la extremeña, por trazar un recorrido de los viajeros extranjeros por sus tierras. Haciendo hincapié y rescatando del olvido las consideraciones, enfoques y observaciones que realizaron durante su estancia.

Probablemente, uno de los más atentos y sagaces fue Francesco Guicciardini. Quien se decida a leer sus Relazione di Spagna, sin duda no se verá defraudado.

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Escrito por

Archivo Entreletras

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