Lior Shambadal estudió viola, trombón y dirección en su ciudad natal de Tel Aviv. También estudió teoría y composición con Sergiu Natra. Su trayectoria académica le llevó a Carles Melles en el Mozarteum de Salzburgo, así como a Hans Swarowsky en Viena, y a realizar estudios con Carlo Maria Giulini, Igor Markevitch, Sergiu Celibidache y Franco Ferrara. Continuó su educación con Música Electrónica en Viena y composición en Francia con Witold Lutoslawski y Henri Dutilleux.
Su extensa actividad de conciertos lo vincula con orquestas de Israel y Europa. En 1980 fue director principal de la Orquesta Sinfónica de Haifa, entre 1986 y 1993 jefe de la Orquesta de Cámara del Kibutz en Tel Aviv, con la que realizó numerosas giras por toda Europa. Desde 1993 hasta el final del 2000 fue director musical del Pfalztheater Kaiserslautern, donde también se dedicó a la apertura de un nuevo teatro. De 2000 a 2003 fue director principal de la RTV Slovenia Symphony Orchestra, en Ljubljana, y entre 2008 y 2010 director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (Colombia). En la actualidad, es el director principal de la Orquesta de la Sinfónica de Berlín (Berliner Symphoniker), responsabilidad que ocupa desde el año 1997. Como docente imparte clases magistrales para directores en Canadá, Italia y Berlín, sobre realización, el estudio de la partitura, el análisis musical, la técnica de realización y los principios de trabajo con los cantantes.
La Orquesta de la Sinfónica de Berlín (Berliner Symphoniker) obtuvo su nombre actual tras la fusión entre la Symphonisches Orchester Berlin y la Deutschen Symphonieorchester. Carl August Bünte fue el primer director. Hoy, como se ha mencionado, la Sinfónica de Berlín toca bajo la batuta del director Lior Shambadal. En Berlín actúan en la sala de conciertos de la Filarmónica y en la Casa de la Radiodifusión, también realizan actuaciones al aire libre en el festival Klassik Open Air, en la Kulturbrauerei o el Pyromusikale del aeropuerto de Tempelhof. Los viajes como orquesta invitada a Brasil, EE.UU., Egipto, Inglaterra, Italia, Suiza, España, etc… son una muestra del reconocimiento de su calidad artística.
-¿Qué le llevó a querer ser director de orquesta?
-Con diecisiete años fui a un concierto de la Orquesta Sinfónica de Israel y escuché la 2ª sinfonía de Mahler. Tras el concierto tuve la oportunidad de estar con el director Paul Kletzki. Al regresar a casa me dije a mi mismo que quería ser director de orquesta. Yo ya sabía tocar varios instrumentos como la viola, el violín y el piano. Mi familia tiene una larga tradición de músicos. Para mí la música encierra un misterio sagrado, un mensaje espiritual, no lo considero un trabajo o una carrera, pero como nos sucede a todos es necesario trabajar.
-¿Cuáles son las premisas que sigue a la hora de dirigir?
-Yo siempre trato de dirigir la pieza que ha sido escrita por el compositor, sin florituras. Pienso que lo más fácil es realizar una interpretación libre de la pieza que ha sido escrita, utilizando adornos u otros artificios. Pero dirigir la pieza, tal como ha sido escrita, y por lo tanto acercarse lo máximo posible a la concepción que el compositor tiene a la hora de crearla, es más difícil.
-Hay una expresión inglesa que dice ‘El director dirige a la orquesta como a un rebaño, con respeto y terquedad’ ¿Esta frase, tan apropiada para el temperamento inglés, define realmente al trabajo de director de orquesta?
-Para dirigir una orquesta es imprescindible ser humilde ante la música, tienes que hacer ver a los músicos que eres alguien al que pueden seguir, alguien en el que pueden confiar. Si hay alquimia entre la orquesta y el director, los músicos se dejarán guiar por él.
-¿Cuál es su repertorio favorito?
-Mi compositor favorito es aquel que estoy dirigiendo en el momento, aunque después de dirigir a la sinfónica de Berlín durante tanto tiempo, debo decir que me inclino más por los compositores alemanes: Beethoven, Brahms, Mendelssohn, Schumann, etc.
-¿Cree que es importante que su elección respecto al repertorio debe ser compartida por los músicos de la orquesta que dirige?
-Dependiendo de la orquesta a la que dirijo, refiriéndome a la nacionalidad de la orquesta, interpreto un repertorio u otro, puesto que pienso que interpretarán con mayor facilidad la música de su país de origen, ya que entienden mejor a los compositores de su propia nacionalidad.
-¿Suele pedirles su opinión sobre el repertorio?
-No pido opinión sobre el repertorio a los músicos de la orquesta, yo soy el director y soy quién elige las piezas, esa es una de mis labores.
-¿Escucha a otros colegas? ¿Es crítico con ellos?
-Nunca escucho a otros colegas, por supuesto que escucho a directores de otro tiempo, como por ejemplo a Toscanini, pero nunca a directores que sean contemporáneos míos.
-¿Cree que actualmente la música clásica tiene influencia? ¿Qué podría mejorar en Europa con respecto a ella?
-La educación musical es pésima en toda Europa, incluso es pésima en los EEUU. Hay muchas orquestas que han cerrado a lo largo de toda Europa, por ejemplo, en Italia y España. Se ha perdido el interés por la música, se ve como un hobby, pero no como una carrera profesional y es aquí dónde nos equivocamos. Los mejores países para la música clásica actualmente son América del Sur (Colombia, Venezuela,…) y China, en estos países el interés por la música clásica es más palpable.
-¿Qué le diría a los jóvenes que se acercan a la música clásica por primera vez?
-Deben buscar la música separada de la imagen, deben buscar la música sin ningún adorno que distraiga, de este modo llegarán a ella con más facilidad y la relación con esta será más enriquecedora.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos más inmediatos?
-La Masterclass de dirección de orquesta en Berlín y varios conciertos en Israel, Kazajistan, Vicenza, Serbia, Berlín, China…
-Gracias a Lior Shambadal por su amabilidad y por conceder esta entrevista para los lectores de Entreletras.