julio de 2024 - VIII Año

‘Écfrasis’, de Alfredo Piquer Garzón

Écfrasis
Alfredo Piquer Garzón
IV Premio Cuadernos del Laberinto de Pensamiento 2023
Editorial Cuadernos del Laberinto
Colección Anaquel de Pensamiento, nº 21
Nº de páginas: 282

La Editorial Cuadernos del Laberinto convoca cada año un certamen literario de Pensamiento que se está perfilando como una fuente de textos de temática infrecuente y, por ello, excepcionales. En 2023, en su cuarta edición, este ya prestigioso premio internacional ha sido otorgado a Écfrasis, de Alfredo Piquer Garzón, entre 51 originales recibidos desde 10 países, sumándose a una lista de otros tres volúmenes galardonados: Grafitis del mundo, de José Ángel Valdivieso; La ausencia kantiana en el arte actual, de Pedro Fuentes Pozo; y Dios nunca pide disculpas, de Álvaro Medina del Toro. En una pulcra y esmerada edición, el libro se nos presenta como una obra sobre literatura, plástica y música y la interrelación que se genera entre ellas. Como indica el título, el autor habla sobre la écfrasis acontecida a lo largo de la historia, esto es, la descripción precisa y detallada de un objeto artístico, cuyo ejemplo más recurrente es la écfrasis nocional que Homero hace en la Ilíada al describir en ciento cincuenta versos el escudo de Aquiles al que representa, por cierto, la ilustración de la cubierta de este libro. Al mismo tiempo, nos encontramos con una reflexión sobre los temas que toca, algunos de carácter ensayístico.

Compuesto por quince capítulos muy variados en cuanto a la temática e independientes entre sí, el autor aborda temas artísticos diversos, estableciendo un argumento racional en cuanto a génesis, influencias, semejanzas sobre y entre ellos, aportando las correspondencias históricas necesarias para una proyección reflexiva. Alfredo Piquer informa en su Introducción que los capítulos de este libro se pueden afrontar de una manera espigada, nos dice, desde el atractivo que unos u otros temas puedan suponer para cada lector, ya que algunos fueron inicialmente materia de charlas, conferencias, artículos, etc. En ellos, el autor nos enfrenta con el recorrido del tema tratado, aportando exhaustivos datos y referencias como apoyo a la argumentación y, en ocasiones, a su opinión. Por este último motivo, se podría hablar de ensayos en algunos casos, aunque lo que confiere un deje especial a esta obra es la curiosidad que despierta en el lector por ampliar el conocimiento sobre las numerosas referencias utilizadas. El vasto universo cultural de Alfredo Piquer se nos ofrece como un trampolín didáctico, a buen seguro no voluntario, con la satisfacción que eso implica para el lector. Porque es muy difícil encontrar un ejemplar multidisciplinar que afronte los temas de los que trata con la ilación que encontramos en Écfrasis.

El autor penetra en temas apasionantes de distinta naturaleza. Desde una visión de la poesía actual, muy acertada, crítica y sincera hasta el análisis de la relación del género con la plástica; pasando por la reflexión Muerte y poesía o la litografía, que ha sido su profesión y sobre la que publicó, no hace mucho, un manual sobre tu técnica; por supuesto, aquí, la resonancia del admirado Fantin-Latour, la relación de esta disciplina con la música y con la poesía, otra materia artística que el autor consuma con un gramaje cualitativo superior. Por otra parte, hay una inmersión en la literatura del siglo XIX de especial intensidad, un siglo con referentes singulares que, en lo cultural, el autor ha calificado de fascinante, un adjetivo que es el aglutinador del contenido de este libro rebosante de humanismo y admiraciones confesables: el acercamiento a los mitos y cultura griegos de un sinfín de autores, como Enrique Badosa o Kavafis; las leyendas artúricas, desde el Medievo al Romanticismo pasando por el prerrafaelista William Waterhouse y su simbólico lienzo de la dama de Shalott, glosada en un poema por Tennyson y cantada por Loreena McKennitt o la inquietante y muy atrayente figura de Elizabeth Shiddal. La música es también protagonista de este tomo, como no podía ser de otra manera: uno de sus capítulos lleva el nombre de Offenbach y su papel histórico, sobre todo, con Los cuentos de Hoffmann en el posterior desarrollo (junto con Suppé y Strauss) de la música ligera del XIX y la comedia musical. En este orden de cosas, Alfredo Piquer se acerca a la canción napolitana y al entorno de ensoñación de la Villa San Michele y Axel Munthe; o al extenso mundo musical americano con el hillbilly, el country o el folk y referentes de una época de convulsiones como Joan Báez. Pero hay otros capítulos nominales: el del admirado Manuel Machado, sus viajes a París, la influencia de Verlaine, sus traducciones y la importancia de su Museo, una sección de Alma (1902), donde se le define como un autor fundamental, y pocas veces reconocido, para entender la referencia artística en el proceso de creación poética y la posterior evolución de las poéticas en castellano. Enumerando los nominales, encontramos un capítulo dedicado a las mujeres de Edgar A. Poe, al que reivindica como un autor inmarcesible; otro, a la figura de Zenobia Camprubí, mujer activa, inteligente, escritora y viajera, como colaboradora e impulsora de la obra de su esposo; y el capítulo dedicado a Julio Verne del que se analiza el profundo sentido poético de su obra, abriendo una puerta a interesantísimos horizontes.

Acercarse a la reflexión a través del conocimiento de la historia, del arte generado por sus periodos y de la literatura que ha acompañado a la humanidad en este recorrido es un ejercicio complejo, pero realmente factible cuando el autor posee un profundo conocimiento de las interrelaciones entre las distintas disciplinas, ordenando y racionalizando los puntos de confluencia. La estructura con capítulos independientes, pese a su contenido múltiple, metódico y riguroso trae como consecuencia que el texto sea ágil para todo aquel que se acerque a él sin perder, eso sí, un ápice de intensidad. Desde luego, es un volumen original; y es de agradecer, en los tiempos que corren, que procure a lo largo de todo su recorrido una estimulación por comprender e indagar, siendo, al fin, una fuente de progreso, conocimiento y curiosidad lectora.

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