abril de 2024 - VIII Año

En la muerte de Juan Velarde Fuertes

Imagen: Biblioteca Universidad Complutense

El 3 de febrero de 2023 falleció en Madrid el insigne economista, y también humanista español, D. Juan Velarde Fuertes. Nacido en 1927, contaba con 95 de años de edad. Su trayectoria vital, académica y profesional será, sin duda, abundantemente recordada por los medios de comunicación, pues fue mucho más que un gran economista o humanista: fue uno de los grandes intelectuales españoles de la segunda mitad del siglo XX y de comienzos del XXI, de probidad y genio incuestionables. Integró una generación a la que también pertenecieron los desaparecidos Gustavo Bueno, Francisco Rodríguez Adrados, Luis Díez del Corral y tantos otros.

Conocí a Juan Velarde a finales del 2009, cuando acudió al Ateneo de Madrid para preparar con el entonces Presidente de la Docta Casa, el filósofo Carlos París, algunas de las actividades que se realizarían para la celebración, en 2010, del 175º aniversario de la creación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid (1835-2010). Él mismo participó también en la conmemoración, que se desarrolló en el otoño de 2010 y durante 2011. Lo hizo el 26 de octubre del 2011, con una conferencia sobre el pensamiento económico español de los siglos XIX y XX y el Ateneo de Madrid, centrada en Laureano Figuerola y Antonio Flores de Lemus, en acto presentado por José Carlos Rodríguez, actual Director del Instituto Juan de Mariana.

No es más que una anécdota, pero casi podría alcanzar el rango de categoría para la explicación de toda una época: la amable atención de Juan Velarde al requerimiento de Carlos París no se debió solo a la natural buena disposición habitual de Juan Velarde, también tenía que ver con una camaradería de origen militar, pues ambos hicieron juntos las Milicias Universitarias (Servicio Militar para universitarios, en el franquismo). Época y camaradería que compartieron con otros no menos ilustres personajes, con los que mantendrían trato desde entonces, como el politólogo Gonzalo Fernández de la Mora o filósofo Gustavo Bueno. No debieron pasar una mala “mili”, pues mantuvieron siempre el contacto después.

Juan Velarde integró la primera promoción, en 1947, de licenciados de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, creada en 1942, en la Universidad de Madrid. Y en ella se doctoró en 1956, cuando decidió orientarse definitivamente hacia el estudio y la docencia. En 1951 había obtenido plaza en el Cuerpo de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social, con el número 1 de su promoción, lo que le permitió acercarse al mundo trabajo y de la seguridad social española. En esta materia llegó a ser un gran especialista, que participó en la construcción del sistema español de Seguridad Social. De hecho, simultaneó su dedicación docente con la dirección durante muchos años del Instituto de Estudios Laborales y de la Seguridad Social, desde su creación, en los últimos años del franquismo, hasta 1982.

Como muchos otros, incluidos sus insignes camaradas del Servicio Militar, Velarde se formó en el espíritu del nacional-sindicalismo “joseantoniano” (falangista), dominante en los años de su educación. Pero, como casi todos, entre ellos sus compañeros de la “mili”, también Velarde evolucionó mucho desde los presupuestos intelectuales de esos primeros inicios. En 1965, Gonzalo Fernández de la Mora publicó su obra El Crepúsculo de las Ideologías y, por esas fechas, Gustavo Bueno y Carlos París ya estaban en la órbita del entonces ilegal Partido Comunista de España. No muchos años antes, se había producido el llamado Contubernio de Munich (1962). Y, en 1956, con los disturbios estudiantiles de ese año, otro elenco de nombres luego ilustres sería detenido y enviado a prisión: Ramón Tamames, Sánchez Dragó, Enrique Múgica, José Luis Abellán, y otros jóvenes educados en el franquismo, entre ellos.

La evolución de Velarde fue diferente. En los años 50´, desde su primer nacional-sindicalismo, pasó a estudiar y promover una línea de política económica socialdemócrata, junto a Fuentes Quintana, en el congreso de Falange de 1953. Además, conoció la obra del exministro de Hacienda, José Larraz, que sería para él una fuente de inspiración para sus estudios históricos sobre la economía española. Recuérdese que la obra de Larraz, La Época del Mercantilismo en Castilla, 1500-1700 (1943), a través de los estudios de Marjorie Grice-Hutchinson, influyó notablemente en F. von Hayek, quien sería Premio Nobel de Economía en 1974. Estos estudios tendrían importancia en las investigaciones posteriores de Velarde sobre la historia económica de España. En palabras del propio Velarde: “Larraz fue capaz de ser, …, uno de esos ministros de Hacienda, uno de esos hombres de Estado, que dejaron honda huella y positiva, en la economía española. Fue un hito que seguía a los Martín de Garay, a los Canga Argüelles, a los Álvarez Mendizábal, a los Mon, a los Bravo Murillo, a los Figuerola, a los Echegaray, a los Fernández Villaverde, o a los Calvo Sotelo”.

A partir de los planteamientos adoptados en la década anterior, ya en los años 60’ y desde su Cátedra de Economía, primero en la Universidad de Barcelona (1960) y luego en la de Madrid (1964), Velarde avanzaría ideas para la lucha contra los monopolios, la apertura y liberalización del comercio exterior, la reforma del sistema fiscal y la reducción del gasto público. Velarde terminó defendiendo una línea progresiva de liberalización económica, orientada a conseguir que la economía española se adaptase a los principios de la libertad de mercado y de la competencia. En definitiva, a la herencia liberal de la economía. Al mismo tiempo, siempre mantuvo una defensa intransigente de los sistemas de protección y seguros sociales, que conocía en profundidad.

Desde antes de 1952 y hasta sus últimos momentos, desarrolló también una ingente labor periodística, en la que desplegó una destacada labor de crítica, explicación y orientación para la economía española. Participó activamente en la Transición a la democracia (1975-1978), y no solo desde sus tribunas en la prensa. Se alineó en 1977 con la Alianza Popular de Manuel Fraga. Luego, colaboraría activamente con el Partido Popular. Sus últimos cometidos políticos los realizó como integrante del Consejo Superior de Estadística, del Ministerio de Economía, y Hacienda y como Consejero de Cuentas del Tribunal de Cuentas, entre 1991 y 2012, lo que no le impidió continuar con sus estudios y publicaciones, especialmente las colaboraciones en prensa, tanto general como especializada.

Una amplia actividad profesional a la que habría que añadir el legado de una importante obra teórica, en la que destacan sus estudios sobre el pensamiento económico clásico español de la Escuela de Salamanca, y sobre la evolución de la economía española en los siglos XVIII, XIX y XX. Una labor desarrollada en artículos, conferencias y discursos académicos, pues la dimensión más humanista de juan Velarde se desarrollaría en dos entidades a las que tuvo una especial vinculación: la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (fundada en 1775) y la real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1857).

Fue un sabio integral de acrisolada honradez intelectual. Gracias a las investigaciones de Juan Velarde muchos hemos podido conocer y comprender algunos de los fenómenos económicos que marcan nuestra historia presente y pasada. Por ejemplo, la inflación desatada en España por la llegada del oro y la plata americanos, en los siglos XVI y XVII, que tanto contribuyó a la decadencia hispana. Como también pudimos conocer y comprender algunos acontecimientos económicos, tan mencionados críticamente como poco conocidos. Entre ellos, la Desamortización de Mendizábal, la política arancelaria en el siglo XIX, o la autarquía que, tradicionalmente se atribuye al franquismo, pero que posee raíces anteriores, desde el siglo XIX. Y tantos otros.

De la anécdota a la categoría, puede que Juan Velarde Fuertes no haya sido exactamente un arquetipo, pero no cabe duda de que fue uno de los españoles más destacados de entre los que vivieron el franquismo, protagonizaron la transición y configuraron la democracia liberal en la que todavía vivimos. Fue Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (1992) y Jaime I de Economía (1996), entre otros muchos galardones.  Quizá no fuese un hombre tan representativo de una época como alguno pudiera pensar, pero sí que fue todo un carácter: durante toda su vida, Juan Velarde Fuertes envió diariamente un ramo de flores a su esposa, desde los tiempos del noviazgo.

Descanse en paz.

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Archivo Entreletras

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